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El presente de lxs subalternxs

Hito Steyerl

(Agradecemos a Hito Steyerl y a Translate por permitirnos realizar la traducción al español)

¿Es la clase trabajadora de hoy ‘subalterna’? O para repetir la pregunta con el título del igualmente famoso y controvertido texto de Gayatri Spivak, “Can the Subaltern speak?”: ‘¿Puede hablar la clase trabajadora?’ A primera vista esta pregunta es impactante; en una segunda instancia, es inapropiada. ¿Por qué debería excluirse específicamente a la clase trabajadora de la representación social de manera tan radical como lo requiere el concepto de subalternidad? A la luz de una socialdemocracia establecida en todo el mundo y de innumerables sindicatos y consejos de trabajadores, la pregunta parece absurda, si no descabellada. ¿Qué significa entonces sugerir la afirmación de que la clase obrera hoy está en silencio?

Corte, vayamos a una escena diferente. La película Tout va bien de Jean-Luc Godard y Jean-Pierre Gorin de 1972 muestra una entrevista con una trabajadora en una fábrica de embutidos ocupada. Jane Fonda interpreta a una reportera dedicada, que simpatiza con las trabajadoras y quiere hacer públicas las circunstancias de sus vidas. Sin embargo, esta entrevista se describe de una manera inusual. La película nos muestra la imagen de la entrevista, pero la superpone una voz en off con los pensamientos de la mujer parada silenciosamente a un lado. Ella piensa que la entrevista solo propagará más prejuicios baratos entre el público. La forma del reportaje social es en sí misma un cliché, una excusa para seguir sin escuchar a las trabajadoras. Godard y Gorin lo dejan claro: por mucho que la reportera interpretada por Jane Fonda pueda intentar transmitirnos la voz de las trabajadoras, no puede triunfar contra el poder concentrado de los clichés y los discursos. Cuanto más directamente busca dejar que las mujeres hablen por sí mismas, más fuerte se vuelve su silencio.

En una entrevista [1], Godard resumió este problema: dejar que los trabajadores hablen por sí mismos o involucrarlos en la producción de la película no significa en absoluto dejar que ellos expresen su opinión. Lo decisivo no es lo que dicen, sino lo que se escucha. Godard y Gorin, por tanto, nos muestran el escenario de la entrevista con esta mujer como puesta en escena paradójica de un elocuente silencio. ¿Puede hablar la trabajadora de Tout va bien? Incluso si habla, falta el sonido. Por tanto, ¿ya es subalterna?

 
Una traducción involuntaria

Históricamente, la conexión entre la clase trabajadora y la subalternidad no carece de fundamento. Según la leyenda, incluso Gramsci, que definía políticamente la subalternidad, ya sustituyó el término de clase subalterna por el proletariado en sus diarios de prisión (1934-35). No pudo usar la palabra proletariado debido a la censura carcelaria en la Italia fascista. De esta manera, el término subalternidad, que en realidad significa ‘de menor rango’, se abrió camino en la teoría política como una especie de traducción involuntaria. Gramsci relacionó el término con los grupos de la sociedad que estaban expuestos a la hegemonía de las clases dominantes, pero especialmente con las clases campesinas del sur periférico, que nunca se habían integrado en la nación italiana, en otras palabras, con grupos que estaban intrínsecamente desunidos y excluidos de la representación social. Los subalternos no hablaban el idioma de la nación, no podían comunicarse con él y, por lo tanto, tampoco formaban parte de él. De hecho, debido a la falta de un lenguaje común, cada grupo subalterno permaneció aislado de los demás. A diferencia del movimiento obrero de esa época, que desarrolló un lenguaje comprensible internacionalmente para constituirse como sujeto, los subalternos permanecieron dispersos.

En consecuencia, el neologismo terminológico de Gramsci experimentó lo mismo que todas las traducciones. Las traducciones tienen una dinámica propia: se cargan con nuevos significados que hacen imposible traducirlas de nuevo. El significado de los subalternos de Gramsci pronto se alejó mucho del proletariado de la comprensión marxista ortodoxa. A diferencia de un proletariado autoorganizado, los subalternos permanecieron difusos y desunidos. Por esta razón, tampoco tenían un lenguaje común que les hubiera permitido organizarse como clase o formar una nación. Su dispersión les impidió hablar con una sola voz y representarse políticamente. Por tanto, los subalternos ya no podían, o más bien aún no, ser trasladados de nuevo al proletariado.

 
Traducción como trans-latio

Sin embargo, todo el potencial del concepto de subalternidad se hizo evidente por primera vez en el curso de la llamada globalización. Porque las periferias cambiaron cada vez más en el curso de la integración de los mercados mundiales. Parece que es solo en los pisos superiores de las metrópolis donde ya no existe la línea de montaje del clásico Modern Times de Charlie Chaplin. Sin embargo, en lugar de desaparecer, solo hizo explotar la fábrica. La fábrica ahora tiene lugar en las minas, los campos, los dormitorios y cuartos traseros, las carreteras secundarias, los garajes y los estacionamientos donde esperan los y las jornalerosy jornaleras. Se vertió en el mundo, produciendo innumerables nuevos grupos subalternos casi industrialmente.

Por tanto, no es de extrañar que las aplicaciones más fructíferas del concepto de subalternidad tuvieran lugar en la India a partir de la década de 1970 y, posteriormente, en América Latina. Según Ranajit Guha, en la India la historiografía nacional excluyó a la gran masa de la población india del estatus de sujetos políticos en tanto subalternos. [2] Estos subalternos y subalternas representaban a la mayoría de la población; sin embargo, se ignoró su participación en la resistencia contra el poder colonial británico. En contraste con esto, el proyecto del Indian Subaltern Studies Group fue reconstruir las voces perdidas de los grupos subalternos a través del trabajo de archivo.

El artículo de Spivak, partes del cual se publicaron por primera vez en 1985, se vincula con este proyecto de contrahistoriografía. Aunque simpatiza con el proyecto del Grupo de Estudios Subalternos, Spivak -al igual que Godard antes- se pregunta si es realmente tan fácil hacer hablar a los excluidos. ¿Es suficiente sostener metafóricamente un micrófono frente a sus bocas, incluso si el micrófono se reemplaza en este caso con los métodos históricos de investigación de archivos? Esto es más que dudoso, ya que el archivo es un refugio de poder, en el que las huellas de los subalternos están necesariamente retorcidas y distorsionadas. Spivak nos cuenta cómo incluso los pocos nombres femeninos registrados en el archivo colonial fueron distorsionados por la ignorancia de los británicos hasta el punto de volverse irreconocibles. ¿Podemos siquiera entender las expresiones tartamudeando de lxs subalternxs en retrospectiva, especialmente las de las mujeres? ¿Deben los ‘expertos’ traducir a su vez el lenguaje de las subalternas para explicarnos lo que realmente quieren decir? El papel de los ‘expertos’ es también el objetivo de la primera e importante crítica de Spivak. Ella acusa a teóricos como Gilles Deleuze y Michel Foucault de asumir el papel de este tipo de expertos en la conversación entre ellos, específicamente porque quieren que los oprimidos ‘hablen por sí mismos’. Aunque el reproche parezca paradójico, en una lectura más atenta se vuelve bastante claro: en la conversación en cuestión, son los dos intelectuales los que representan el ‘hablar por uno mismo’ de los demás. En cierto modo, la situación se parece a la escena de Tout va bien, aunque de otra forma. Las trabajadoras supuestamente hablan ‘ellas mismas’, pero nuevamente no se puede escuchar nada; mientras que la voz en off en la película marca la ruptura del habla por uno mismo, aquí todo se superpone con el comentario de voz en off de los expertos. Interpretan una especie de ventrílocuo de grupos desfavorecidos, mientras actúan al mismo tiempo como si ni siquiera estuvieran allí.

Según Spivak, dejar que otros ‘hablen por sí mismos’ es, por tanto, un gesto no admitido de auto-glorificación. Ya tenía bastante razón al criticar este gesto hace veinte años como una rehabilitación encubierta del sujeto (de la clase media occidental). Spivak ve este esencialismo encubierto como diametralmente opuesto al esencialismo abiertamente admitido y por lo tanto aparentemente pasado de moda del Subaltern Studies Group con su proyecto de reconstruir un sujeto político subalterno. Mientras que el primero niega el sujeto, pero lo vive, el segundo lo niega inicialmente, pero solo como intrínsecamente heterogéneo y fragmentado. Solo se define por ser disperso e incomprensible y, en última instancia, consiste en pura diferencia.

Este último aspecto es el que le interesa especialmente a Spivak, y con ello va más allá del planteamiento del Subaltern Studies Group. Porque, ¿cómo podría articularse todavía un tema de este tipo? Más precisamente: no se puede. Reconstruir la voz de los subalternos principalmente no es posible, según Spivak, especialmente si estas subalternas son mujeres. Su ejemplo [3] más controvertido se relaciona con la quema de viudas en la India. Spivak afirma que estas viudas son silenciadas por una especie de dilema discursivo: mientras que fueron glorificadas por el patriarcado local como preservadoras de la ‘tradición’, para las potencias coloniales inglesas ejemplificaron el atraso bárbaro de los indios que iba a ser modernizado por la fuerza. Entre estas dos posiciones irreconciliables, a estas mujeres les resultó muy difícil, si no imposible, articularse. No importa lo que digan, al menos un lado, si no ambos, lo utilizaría indebidamente para legitimar su propia posición. Por lo tanto, incluso si estas mujeres hablaran, no podrían hacerse oír. Este era el significado del lema apodíctico y a menudo cuestionado atribuido a Spivak: ‘lxs subalternxs no pueden hablar’. [4] El orden de los discursos no permite la articulación de ciertos hechos, porque ellos mismos se basan en este silencio. Esto da como resultado una estrecha conexión entre el estado de subalternidad y el silencio. Si los subalternos no pueden articularse a sí mismos, entonces esto significa a la inversa que todos los que pueden articularse a sí mismos no son subalternos.

 
Mónadas autistas

Sin embargo, incluso el propio texto de Spivak se encontró con un contexto discursivo en el que algunos de sus argumentos podían entenderse claramente, pero otros no (lo que llevó a que alguien se preguntara irónicamente si Gayatri Spivak puede hablar). Podemos definir a grandes rasgos este contexto como el de los debates sobre las políticas de representación, ya que han sido conducidos por lo menos desde la década de 1970 por feministas, más tarde también por teóricas de los estudios poscoloniales y culturales. La cuestión fundamental que se planteó fue concretamente la de cómo lxs subalternxs aún podían emanciparse a pesar de todo esto, cuando según Gramsci la representación en el ámbito de la cultura era una condición previa para poder representarse también políticamente. Por tanto, si lxs subalternxs no podían ser representadxs, ¿cómo podrían convertirse en sujetxs políticxs autosuficientes?

La solución (provisional) del problema parecía estar en el llamado esencialismo estratégico, propuesto por el Subaltern Studies Group: aunque no se crea en la identidad o en el sujeto, se pretende por un tiempo, para volverse capaz de tener agenciamiento político. Sin embargo, el problema no fue solo que este enfoque se volvió cada vez menos estratégico y cada vez más esencialista a lo largo del tiempo. [5] Además, el problema también era que la visualización en su mayoría puramente cultural de varias posiciones de los sujetos no se correlacionaba en la medida que se esperaba con una representación política mejorada. En cambio, produjo una multitud de diferencias consumibles y colocó subjetividades en primer plano que insistían estrictamente en su respectiva singularidad. Esto resultó en un verdadero panóptico de los más diversos modelos del yo que encajan armoniosamente en una nueva forma de capitalismo basado en la explotación de la diferencia. [6] En relación a convertirse en sujeto político, esta política de la diferencia resultó fatal, ya que resultó en una cacofonía de mónadas que ya no tenían nada en común y tendían a competir entre sí. Especialmente después de la caída de los estados socialistas, la jerga, en la que se había deteriorado el lenguaje de un movimiento obrero internacional, también se rompió. Desde entonces, nos hemos visto enfrentados a una multitud de movimientos y demandas políticas mutuamente intraducibles, la mayoría absoluta de los cuales se refieren a identidades culturales o nacionales específicas. Un lenguaje compartido independiente de la identidad se ha vuelto muy lejano. En el mejor de los casos, solo podemos escuchar, como en Tout va bien, sus pensamientos no expresados.

En este silencio, una cosa se ha vuelto particularmente indescriptible: la solidaridad más allá de la identidad. Es como si el orden dominante ya no se basara en la exclusión de los demás, sino en la negación radical de su posible igualdad. Y no importa cuán claramente se articule la demanda de igualdad, se desvanece en una hegemonía que ha refinado la diversidad en una técnica de poder imperial.

Peter Hallward ha sostenido que el descuido de la igualdad es una tendencia generalizada en los llamados estudios poscoloniales, que han terminado en un callejón sin salida debido a su insistencia incondicional en la diferencia. [7] Una multitud de sujetos singulares que son respectivamente inconmensurables con todos los demás, o al menos se comportan como si lo fueran, genera un universo autista. La furiosa conclusión de Alain Badiou a estos desarrollos fue que ya no es la diferencia el problema, sino la igualdad que todavía falta. [8] Expresado con los propios ejemplos de Spivak: no solo la trabajadora del otro lado de la división internacional del trabajo sigue siendo subalterna, sino que ni siquiera sabemos por qué alguien podría ser solidario con ella. Es la solidaridad como tal la que se ha vuelto hoy subalterna, porque no hay un lenguaje en el que pueda articularse audiblemente.

Y ahora podemos volver a la pregunta del principio: ¿la clase trabajadora es hoy subalterna? La respuesta es: ¿Qué clase trabajadora? Una clase trabajadora global no existe hoy, y no es seguro que alguna vez existiera. Como en la definición de subalternidad de Spivak, está fragmentada y es inherentemente heterogénea; no habla un idioma común y difícilmente puede traducirse por sí misma. Si sus componentes tienen algo en común, esto todavía no se puede expresar, excepto en las frases gastadas de las burocracias obreras que en realidad solo representan los lobbies sociales nacionales. Y lo que consideramos como su ‘hablar por uno mismo’ es en realidad sólo la sincronización de labios de los ‘expertos’.

Como clase trabajadora global, la clase trabajadora de hoy es tan subalterna como los campesinos italianos del sur en tiempos pasados. Sin embargo, ¿cómo pueden las personas que están establecidas en una relación transnacional entre sí por la cadena de producción flexible del capitalismo contemporáneo articular su relación entre sí? ¿Cómo hablan lxs trabajadorxs a través de los profundos abismos de la división internacional del trabajo? Escuchamos un enjambre de voces, pero nadie está escuchando realmente.

Constituir un sujeto político más allá del ámbito del Estado, la cultura y la identidad es precisamente lo que parece hoy estructuralmente imposible y, por tanto, es tanto más urgente. Quizás se pueda encontrar una oportunidad, sin embargo, en que los subalternos y el proletariado se han vuelto mutuamente traducibles de una nueva manera. Como señaló Jean-Luc Nancy, es cada vez más cuestionable definir este tema intrínsecamente disperso a través del trabajo [9] , y quizás el objetivo de un lenguaje común también sea solo un obstáculo que obstaculice nuestra visión de la escucha común. El legado del texto de Spivak es la indicación de este momento de fractura – y la tarea que todavía nos presenta hoy no consiste en fortalecer el autista ‘hablar por sí mismo’ de los sujetos individuales, sino más bien en escuchar su silencio compartido.

[1] En la película La politique et le bonheur (1972).

[2] Ranajit Guha, “On Some Aspects of the Historiography of Colonial India”, en: Vinayak Chaturvedi (Ed.), Mapping Subaltern Studies and the Postcolonial, London / New York: Verso 2000, p. 1–7.

[3] Por ejemplo, en Benita Parry, “Problems in Current Theories of Colonial Discourse”, en: Bill Ashcroft / Gareth Griffiths / Helen Tiffin (Ed.), The Post-Colonial Studies Reader, London / New York: Routledge 1995, p. 36–44.

[4] La pregunta en su totalidad: “Del otro lado de la división internacional del trabajo del capital socializado, dentro y fuera del circuito de la violencia epistémica del derecho imperialista y la educación que complementa un texto económico anterior, ¿puede hablar el/la subalterno/a?”; Gayatri Spivak, A Critique of Postcolonial Reason, Cambridge, Massachusetts / London: Harvard University Press 1999, p. 269.

[5] Los avances en el campo del arte pueden leerse como un ejemplo paradigmático en este contexto: la poscolonialidad se ha interpretado habitualmente como un mandato para organizar exposiciones regionales (los Balcanes, el Cercano Oriente, etc.).

[6] Sobre esto, cf. Kien Nghi Ha, Hype um Hybridität. Kultureller Differenzkonsum und postmoderne Verwertungstechniken im Spätkapitalismus , Bielefeld: Transcript 2005, y The spectre is still roaming around, Zagreb: Arkzin 1998, p. 61 f.

[7] Peter Hallward, Absolutely Postcolonial. Writing Between the Singular and the Specific, Manchester / New York: Manchester University Press 2001.

[8] Alain Badiou, Ethik. Versuch über das Bewusstsein des Bösen, translated from French by Jürgen Brankel, Vienna: Turia + Kant 2003.

[9] Jean-Luc Nancy, The Inoperative Community. Minneapolis: University of Minnesota Press, 1991.


Este texto es el prefacio de la traducción alemana de Can the Subaltern Speak? Postkolonialität und subalterne Artikulation, transl. by Alexander Joskowicz and Stefan Nowotny, Vienna: Turia + Kant 2007 (Es kommt darauf an, Vol. 6).

Nota del traductor: el género de la pregunta “Can the subaltern speak?” permanece tácito en inglés, lo cual resulta incómodo en español, donde el género masculino se usa de forma genérica. En el caso de Spivak, esto resulta paradójico, porque Spivak explícitamente se refiere principalmente a las mujeres subalternas. En ese sentido, opté con mezclar – un poco lúdicamente – formas neutras con el uso genérico del masculino, simplemente para llamar la atención sobre esta dimensión del concepto.

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Anarchism, philosophy, technology: a Nepantla interview with Daniel Baryon

interview

The editors at forum-nepantla.org got the chance to talk to Daniel Baryon about anarchism and its relation to philosophy and technology. In a time in which anarchism is starting to be highly used in a variety of political narratives, this interview helped us get a better understanding of what anarchism stands for and how it was often misinterpreted or misused throughout history.

Daniel runs a youtube channel on anarchism, providing detailed and in deep analysis of the relation between the state, power structures within the state, and means of organisation of political agents.

You can see Daniel’s content here:

and our interview here:


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Pixel girls: pixel art, post-nostalgia y feminismo

El pixel art es a la vez abstracto e impresionista. Se ve como una suerte de puntillismo sin trazo pero su elemento mínimo, el pixel, le otorga un misterioso aura virtual. Les llamamos pixels a esos cuadraditos, la mínima porción colorada en nuestro programa de dibujo. Es cierto, en su sentido técnico un pixel es otra cosa (es un punto), pero a los fines fenomenológicos la idea de ‘cuadradito’ es más apropiada. Porque así es como aparece el pixel art, como formado por minúsculos cuadraditos. Su asociación a los videojuegos es entendible: las limitaciones gráficas de los primeros juegos requerían un modo de representación acorde. La limitación de resolución y cromática, sin embargo, es subvertida en el pixel art. Ella no es un límite, sino una oportunidad.

Con Nepantla hemos entrevistado a tres artistas pixelarias: Vulpixl, Antorcha.exe y Matildecaboni. Las tres nos permitieron indagar un poco en sus diferentes perspectivas. Los video juegos estuvieron históricamente orientados a los usuarios masculinos. Piénsese por ejemplo en el típico argumento de Donkey Kong (1981) Super Mario (1985) o Wonderboy (1986): rescatar a la princesa o amada. Es cierto que había personajes femeninos, siendo Ms. Pac-Man (1982) uno de los ejemplo clásicos más conocidos. Sin embargo, nunca llegaron a ser mayoría La situación no mejora durante los 90’s, a pesar del burdo intentos de los ‘girl games‘ para ganar consumidoras con juegos abiertamente patriarcales de Barbi. Esto no quiere decir que las mujeres no los jugaran, pero discursivamente no aparecían como las destinatarias del imaginario gamer. Quedaban excluídas de su representación. Como dice Vulpixl: “Lo cierto es que mujeres y videojuegos no es una combinación inusual y nunca lo fue, así mismo sucede con el pixel art; solo que quizás nuestra presencia se vio opacada por distintos factores que, hoy día, siguen influyendo pero en menor medida”.

Es por eso que la idea de un pixel art femenino parece tan relevante. No se trata de cualquier formato, sino de la re-apropiación de un medio que estuvo dominado mayoritariamente por programadores hombres. Eso no significa reducir estas artistas a su género, sino reconocer una dimensión extra que nos permite apreciar su arte aún más.

Hay un devenir-revolucionario de los pixels y la nostalgia?


Vulpixl

VULPIXL

– ¿Cómo empezaste con el pixelart y por qué?

Podría decir que empecé hace cuatro años, a mediados de junio del 2016. Digo “podría” porque en realidad mi primer dibujo fue medio al azar, sin intenciones de hacer pixel art en sí, y, encima, no era algo muy digno de englobarlo en este estilo.

Esto surgió porque estaba garabateando en MS Paint y quise editar un detalle del dibujo que estaba mal; le puse máximo zoom y me di cuenta que con esos cuadraditos en pantalla podía hacer pixel art (tremenda revelación).

Hice algunos dibujos más, muy aleatorios, y los fui subiendo a redes, y, a medida que mis amigxs me iban alentando a seguir haciendo, me fui entusiasmando y eso me dio pie para crear VULPIXL, que, si bien existe desde el 2016, considero que su nacimiento real fue en 2018, cuando fui encontrando mi propio estilo y el que terminó de forjar la estética que tiene hoy día.


– ¿Qué te atrajo del pixel art?

Principalmente me gusta mucho el tema de los colores; cómo pueden explotarse tan bien en un estilo con paletas tan reducidas, o cómo combinaciones que en otro tipo de arte quizás no imaginarías, quedan super bien en el pixel art; así como también el hecho de que se pueda jugar tanto con la imaginación y con la interpretación en cada pixel. Creo que es un tipo de arte muy preciso y eso me atrapa porque genera, al menos en mí, cierto desafío; poner un pixel acá o allá puede cambiar la expresión en un rostro, la dimensión de un espacio, entre otras cosas.

También me gusta la versatilidad que dispone este estilo; se puede ilustrar tanto una obra caricaturesca o fantasiosa, hasta paisajes o retratos realistas y, así y todo, seguirá teniendo un encanto visual inmenso.

Vulpixl



– Se asocia mucho el pixel art con la nostalgia por lo retro, etc. ¿Cómo puede salirse de esa forma de pensar orientada puramente hacia el pasado? O, mejor dicho, ¿cómo se puede hacer arte retro, pero sin que sea pura nostalgia?

Creo que esto tiene un poco que ver con lo que mencionaba antes sobre lo versátil de este arte; toda obra aporta cierto atractivo independientemente de su relación directa con el pasado, y está bueno tener eso presente al momento de idear un dibujo.

Un poco de la gracia del pixel art la encuentro en salirse de esa asociación pixel = retro, pero el poder desprenderse de ese apego al ayer, depende mucho de a qué apunta cada unx.

En lo personal, la mayoría de mis ilustraciones van por el lado nostálgico, no tanto de los videojuegos en sí, sino más bien de toda una época, una estética y cierto estilo de vida; pero hay muchxs artistas píxel cuyas obras no tienen ningún tipo de relación con esto y saben lograr una separación entre lo retro y la nostalgia.

Pienso que, si bien es un estilo que inevitablemente nos retrotrae a una época particular, también se puede explorar y explotar con contenidos muy diversos que no necesariamente estén impulsados por la añoranza.


– ¿Cómo fue tu infancia digital? ¿Qué juegos se te guardaron en la memoria?

En casa teníamos el Family, SEGA Genesis, y la Playstation 1.

Tengo presente muy lindos recuerdos de tardes enteras jugando junto a mis hermanxs, así como también sola por la noche sin que mis viejxs se den cuenta. A veces jugaba tantas horas que, cuando me iba a dormir, deliraba que estaba en cierto nivel y no podía pasarlo, o cosas así.

Mis juegos eran más bien los de aventura; de SEGA me gustaban mucho los de Mickey y/o Donald (Castle y World of Illusion, Quackshot, Donald in Maui Mallard). Fuera de los videojuegos, no me gustaba mucho el mundo Disney pero, siguiendo con esta línea, tienen su merecido lugar en mi corazón juegazos como The jungle book o Tale Spin.

Obviamente también clásicos como Sonic the Hedgehog o Tiny Toons Buster’s Hidden Treasure tuvieron gran impacto en mí.

De PS1, jugaba mucho a todos los Crash Bandicoot así como también al Croc, GEX, Ape Escape, Spyro the dragon, entre otros.

No menciono todos los juegos que tienen una cuota especial de cariño porque no termino más, pero una mención especial para el Bloody Roar, Tekken y Quake que, si bien escapaba al tipo de juegos que me gustaban, tenían un atractivo especial que me atrapaba y me enviciaba mucho.

– Algunas de tus imágenes tienen una lectura feminista muy interesante. Lo digo en el sentido de que la cultura “gamer” siempre estuvo representada en el imaginario por hombres. ¿Cómo ves la presencia de mujeres en la escena del pixel art? ¿Tenés algún recuerdo de tu infancia “girl-gamer” que ilustre algo de eso?

Creo que la presencia de mujeres en estos ámbitos es esencial para mermar un mismo prejuicio que está en muchos lados, basado en que prácticamente cualquier actividad que hagamos y que no responda al clásico estereotipo ya conocido, se hace por pura pose (desde jugar videojuegos, hasta tener afición por los comics, o consumir animé, por poner algunos ejemplos).

Me pasa muy seguido que, cuando subo un dibujo a grupos destinados al pixel art y éste tiene cierta trascendencia, saltan algunos hombres indignados a comentarme cosas como que está mal hecho, o que debería editar tal o cual cosa, o que los colores están mal, y otras cosas que, si bien en algunos casos pueden ser ciertas, la realidad es que cada comentario está lejos de querer ser una crítica constructiva y connotan cierta posición de superioridad; da la sensación de estar debajo de una lupa donde tenemos que demostrar cuánto sabemos y esperar si nos dan el ok para existir como gamers o como pixel artistas o como cualquier cosa en la que se sientan un poco invadidos.

Obviamente esto no se da siempre así; por lo general se recibe buena onda y, de hecho, quienes más apoyaron mi trabajo a lo largo de estos años, fueron hombres.

En mi infancia no sufrí mucho de esa ‘representación masculina’, al contrario; jugaba mucho con mis hermanos y con mis amigos y nunca hubo ningún prejuicio con eso, cuando sos niñx está todo bien. Pero, ya siendo adolescente, sí comenzaba a pesar cierto estigma del que hablaba antes y ese mansplaining continuo que siempre estuvo presente en este ambiente.

Lo cierto es que mujeres y videojuegos no es una combinación inusual y nunca lo fue, así mismo sucede con el pixel art; solo que quizás nuestra presencia se vio opacada por distintos factores que, hoy día, siguen influyendo pero en menor medida.

– ¿Cuál fue la imagen que más tiempo te tomó hacer?

Por lo general, las que más tiempo me toman son las comisiones porque, al ser trabajos para otras personas, el nivel de exigencia es otro y, por ende, el nivel de ansiedad también. Por lo que suelo tener bloqueos artísticos importantes que hace que todo tarde muchísimo más de lo debido.

En cuanto a mis trabajos de autor, creo que el que más tiempo me tomó fue el del zorrito manejando una nave; ya que nunca había dibujado algo similar y estuve un buen rato para terminar todo el conjunto del dibujo; desde la nave hasta el fondo que, también, le metí una buena cantidad de horas y cuadraditos.

Vulpixl


– ¿Cómo viviste la cuarentena y qué estuviste haciendo?

Cuando empezó esto del aislamiento, creí que tendría mucho más tiempo y energía para dibujar todos los días y subir, como mínimo, un dibujo por semana. Pero nada más lejos de la realidad; esta cuarentena implica un contexto raro y delicado, que provoca muchas emociones causantes de bloqueos en los que a veces no puedo dibujar nada.

Igualmente, como VULPIXL estuve trabajando en distintos proyectos (que espero pronto salgan a la luz), y también en muchas comisiones, cosa que ayudó a mantener el ritmo y poder hacer algunas ilustraciones propias.

En general, unx termina encontrando la forma de adaptarse a ciertos escenarios nuevos y de adaptar, también, su medio de expresión; por mi parte sigo en este proceso de adaptación y ansío volver a poder hacer exposiciones o ferias que, la verdad, se extrañan mucho.


Antorcha.exe

Antorcha.exe

-¿Cómo te enganchaste con el pixel art?
La ilustración digital es algo que practico hace varios años, desde los 17 aprox. Sin embargo, comencé a hacer pixel art hace menos de un año en octubre para el inktober. Es un estilo sencillo y lo llamaría carismático, tiene buena aceptación, es fácil y entretenido de hacer, por eso continué aun después de octubre.

-Cómo se sale de la asociación del pixel art con la nostalgia retro?
Salir de ese estigma es complicado, se necesitarían trabajos en muchos campos para cambiar la visión retro que tiene el pixel art, porque al día de hoy es un estilo que se usa mayoritariamente en videojuegos e ilustraciones y se sigue buscando que represente este estilo lofi. Yo creo que para cambiar eso se necesitaría que el estilo llegase a la música y animación moderna y explorar sus límites.

Antorcha.exe

En tu caso, hiciste algunas imágenes sobre la situación actual chilena. Es genial ver esa apropiación de la estética pixel en un contexto latinoamericano. Cómo se te ocurrió?
Por dos razones principales: por mi deber de artista y para expresar mis propias emociones. Creo que los artistas han cumplido un rol muy importante en el estallido social para plasmar todo lo que estaba ocurriendo y mostrarlo a la gente, naturalmente yo quería ser parte de eso, y por supuesto como un ejercicio de expresión personal.

Antorcha.exe

-Cómo fue tu infancia digital? Qué juegos se te guardaron en la memoria?
Uff, si esperaban que dijera “pasé horas jugando pokemon en una ds” creo que van a estar decepcionados, nos divertíamos principalmente jugando entre nosotros y viendo television. Pero con mis hermanos si pasamos mucho tiempo jugando a los juegos de SEGA y MAME32 en el computador. Los que más nos gustaban eran los de 8bits, Arabian, Paperboy, Jurassic Park y Sonic.


Matilde

Matildecaboni

¿Cómo empezaste a dibujar con pixels?

De hecho, aprendí muy recientemente. Durante los primeros meses de cuarentena decidí participar en un pequeño proyecto en el que haría el arte de un simple juego de computadora. Antes estaba interesada en pixel art, pero esto me motivó a comenzar a aprender sobre él desde el punto de vista artístico. Durante la creación del juego, comencé a crear piezas separadas en las que experimenté con más libertad, lo que ayudó más a desarrollar el lado más artístico e imaginativo de mi trabajo, mientras que el proyecto me dio las limitaciones que me impulsaron a mejorar el aspectos técnicos del pixel art.

¿Qué encontrás atractivo en el pixel art?

Realmente disfruto su aspecto, su versatilidad y la conexión entre los videojuegos retro y la tecnología de mi infancia. De una manera más artística, encontré estimulante el límite de dibujar con pequeños cuadrados, y cómo te hace ser creativa e ingeniosa para superar esta limitación.

Matilde

Me interesa eso, ¿cómo ves la relación del pixel art con lo retro?

Creo que el pixel art es un medio que puede sostenerse por sí mismo sin estar necesariamente conectado con los juegos retro o la nostalgia. Es una forma de arte bastante nueva que tenía un uso muy específico, por lo que la gente tiende a identificarla con ella, pero creo que si puedes alejarte de esa perspectiva y verla como otra forma de dibujar como lienzo o acuarela, puedes hacer lo que quieras. Naturalmente, desarrollé mi forma de usar los medios de comunicación tomando el lápiz digital en mi mano y dibujando lo que se me ocurrió. De esta manera, creo que los resultados son más frescos y personales.

¿Qué recuerdos tenés de los videojuegos?

No teníamos muchos juegos en casa, la primera experiencia que tuve con los juegos fue con la Super Nintendo que tenía mi primo, en la que jugué Super Mario All-Stars, pero aparte de eso, lamentablemente solo jugué los primeros tres Juegos de Potter para pc. En mi caso, el recuerdo que tengo de los viejos videojuegos es el deseo insatisfecho de jugarlos. A menudo miraba a otros niños que jugaban Pokémon en su gameboy y nunca podía hacerlo yo mismo. No fue hasta hace poco que me presentaron algunos juegos que revitalizaron el interés y me hicieron comprender realmente lo que me perdí. Mis favoritos personales, que me hicieron darme cuenta de cuánto puedes hacer con un montón de píxeles son Monkey Island, Loom, Pokémon, Laura Bow y Earthbound.

Matilde

Tenés algunos dibujos que hacen referencia al arte japonés más tradicional.


Lo más divertido para mí sobre la cultura japonesa es la coherencia de la tradición y el progreso, y la forma en que se fusionan. En mi arte expreso un interés muy claro en el lado tradicional, pero al mismo tiempo decidí usar un medio particularmente conectado con la historia moderna de Japón. Creo que sin darme cuenta terminé recreando lo que más admiro de esa cultura.

Y, ¿qué imágen te tomó más tiempo hacer?

Sin duda, la máscara kitsune tomó más tiempo y esfuerzo para hacer, especialmente porque quería crear algo nuevo y personal, pero que se acercaba al modelo tradicional original del que me inspiré. Como hice con las otras piezas, también quería crear un diseño que todavía fuera respetuoso con la cultura pero que expresara mi opinión personal al respecto.

Matilde

Te iba a preguntar por la cuarentena, pero ya me contaste un poco al principio.

Hace unos años, desafortunadamente, tuve una experiencia similar de aislamiento debido a condiciones de salud en las que extrañaba el contacto humano y la motivación de hacer algo. Durante la cuarentena decidí hacer todo lo posible para no caer en ese estado mental e intenté experimentar con lo que tenía a mano para mantener mi mente funcionando. Está vez aprendí pixel art, acuarelas, seguí estudiando para mis exámenes universitarios y leyendo mucho, básicamente tratando de aprender algo nuevo todos los días. Me mantuve motivada principalmente gracias al apoyo de mis amigos y seres queridos con quienes estuve en contacto todos los días y no puedo agradecerles lo suficiente.

Matilde

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Wissenschaftliches Arbeiten: Literaturrecherche und Forschungsstand


Der Kanal “Wissenschaftliches Coaching” von Xenia Wenzel richtet sich an Studienanfänger*innen und Studierende, die mit wissenschaftlichem Arbeiten noch nicht vertraut oder erfahren sind und verständliche, praxisnahe Anregungen und Erklärungen für Frage- und Probelmstellungen suchen, die beim wissenschaftlichen Arbeiten aufkommen.

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No es otra fantasía asiática: la sexualidad liberadora de Mitski

por Kaitlin Chan

Versión original en inglés: https://kaitlinchan.com/not-your-asian-fantasy-mitskis-liberatory-sexuality

The Handmaiden (2016) dirigida por Park Chan-wook.

Cuando estaba en la universidad, mi navegador de Internet se inundó con anuncios de “¡Mujeres asiáticas sexys en su área!”. Al principio me pareció divertido. ¿Mi computadora estaba husmeando en las conversaciones que había tenido con amigxs sobre la escena gay de citas dominada por blancxs de mi universidad? ¿O había reconocido las huellas que dejé en la web que indicaban mi identidad de género (mujer) y etnia (china)? En cualquier caso, esos anuncios espeluznantes fueron algunas de las únicas referencias a la sexualidad de las mujeres asiáticas que encontré. Ni una sola mujer asiática fue citada en mis guías de estudios queer, o en la proyección de películas en el cine del campus donde yo trabajaba entonces. No fue hasta que solicité que la película coreana sobre lesbianas The Handmaiden sea proyectada que pude ser testigo de alguien de un origen étnico vagamente similar al mío teniendo una vida sexual. Mis amigas asiáticas AFAB (“assigned female at birth”= asignada mujer al nacer) a menudo hablaban sobre sus experiencias de deseo sexual, placer propio y conexión. Pero más allá de nuestras conversaciones, hubo una escasez de discurso y representación. ¿Éramos solo una categoría porno, un punchline?

Uno de los muchos anuncios que vi al navegar por la web en la universidad

En 2015, todo cambió para mí cuando una cantante y compositora japonésa-estadounidense vino a mi universidad para actuar. Se llamaba Mitski y estaba promocionando su segundo álbum, Bury Me At Makeout Creek. Apenas dos años después de SUNY Purchase, lanzó prolíficamente nueva música en un sello independiente y realizó giras sin parar. Canciones como “Liquid Smooth” (de Lush, 2012) me hicieron jadear de manera audible. Su voz clara y resonante cantaba descaradamente sobre alguien que no solo anhelaba, sino que pedía, ser tocado. Sus letras que convocan la energía sexual como un río furioso y un pico montañoso son un “fuck u” a los tropos agotadores sobre mujeres asiáticas exóticas y pasivas, estereotipos que perpetúan la violencia contra nosotras. Su música evoca no solo las posibilidades del placer sexual, sino también las profundidades del dolor sexual. También dentro de Lush está “Bag of Bones”, una pieza inquietante donde la protagonista se “deshace” y se “agota” después de una noche agitada. Si bien había otros señuelos temáticos para mí, como sus referencias a la muerte, la angustia milennial y el capitalismo, fueron sus letras sobre el sexo las que despertaron las partes más vergonzosas y ocultas de mi psique. Yo también quería ser enterrada en Makeout Creek.

Adam Driver con el disco Lush (2012) de la cuenta de memes de Twitter Adam Driver Holding Your Favourite Album.

La historia de los cuerpos de las mujeres asiáticas como objetos explotables y difamados crea un contexto para las ansiedades contemporáneas. Desde nociones míticas de vaginas apretadas o de costado hasta la fetichizante ‘fiebre amarilla’ en círculos de la alt-right y el vergonzoso mito del tráfico de huevos de jade que serían supuestamente de origen “chino antiguo”, gran parte de la cultura contemporánea sugeriría que en Asia la sexualidad de las mujeres está indisolublemente ligada a los legados de orientalismo y racismo, sin mencionar los valores patriarcales incrustados en algunas interpretaciones de la cultura asiática tradicional. Una proporción significativa de mujeres jóvenes asiático-americanas en la universidad cita “el mantenimiento de los valores culturales, familiares y religiosos y la armonía” como su razón principal para abstenerse de tener relaciones sexuales. Si bien esta es una decisión perfectamente razonable para un adulto joven, esto deja a las mujeres asiáticas interesadas en explorar su identidad sexual sin muchos puntos de referencia. Si articular su sexualidad es una afrenta a ser asiática, entonces, ¿dónde deja eso a las mujeres asiáticas que buscan placer más allá de ser invisibles o hiper-fetichizadas? Para mí, la música de Mitski ilumina una vía de escape.

Gwyneth Paltrow mintiendo a Jimmy Kimmel sobre los huevos de jade. Captura de pantalla del blog de la Dra. Jen Gunter.

Si bien la música de Mitski a menudo se confunde con un gesto autobiográfico, una suposición indudablemente generada por un prejuicio de género, Mitski realmente teje un intrincado elenco de personajes que escapan a las caracterizaciones tradicionales de las mujeres asiáticas como simples y agradables. Está la extenuante frontwoman de “Recuerda mi nombre” de Be The Cowboy, que le pide a su amante que “haga un poco de amor extra” que pueda “guardar para el show de mañana”. En el ardiente y malhumorado I Bet on Losing Dogs, la protagonista se lamenta de enamorarse de parejas inestables y vuelve a su imaginación sexual en busca de consuelo. Cuando se imagina a su amante mirándola a los ojos boca abajo cuando llega al clímax, se vislumbra brevemente un momento fugaz de satisfacción.

En la canción estridente y sucia de Townie, que Jia Tolentino describe como una historia de “aventura sexual”, la narradora sin aliento y audaz proclama audazmente que no seguirá las expectativas de su padre, sino los impulsos de su propio cuerpo. Quizás lo más icónico, en el video musical de “Your Best American Girl”, Mitski se besa con su propia mano en un traje rojo cereza mientras da testimonio de una despreocupada pareja blanca y heterosexual de hipsters chapando. No hay allí narraciones simplistas de dominación sexual o sumisión. Aquí tenemos una creadora en la cima de sus poderes que narra las complejas estructuras en que el sexo se cruza con el poder, la inseguridad y la respetabilidad. En otras palabras, ella nos muestra a las cosas tal como éstas son realmente.

El video musical de Mitski’s Your Best American Girl (2016) dirigido por Zia Anger.

Describiría mi vida amorosa en la universidad como tumultuosa en el mejor de los casos. Había esperado romance, intimidad y alegría. Lo que experimenté fue… algo completamente distinto. Pasé muchas noches de fin de semana angustiada envuelta en confusión y miedo. Además de no tener vocabulario para articular mis experiencias, también estaba demasiado avergonzada para hablarlo. Mis amigxs parecían inexplicablemente experimentadxs y “adelantadxs” en sus hazañas. Sin nadie más a quien recurrir, escuché a Mitski. Usando auriculares en la cama, acostada en la oscuridad. Los débiles sonidos de los grillos de Nueva Inglaterra se filtran en su inquietante voz. Con canciones que se rehúsan a expresar las experiencias corporales de anhelo, desesperación y éxtasis por medio de eufemismos, la música de Mitski me revivió de la presión de ser tokenizada y enajenada, conduciéndome hacia el control de mi cuerpo y el empoderamiento. Las líneas finales de “Townie” se duplican como mi mantra cada vez que me siento decepcionada con lo que veo en el espejo: “Voy a ser lo que mi cuerpo quiere que sea”. Algunos días, mi cuerpo quiere que sea una mujer fatal. La mayoría de los días, trato de esconder mis cicatrices del mundo y de las personas que me rodean. Todos los días, trato de escuchar lo que mi cuerpo me dice. Y todos los días escucho a Mitski.

Yo en mi segundo año, o lo que llamo mi año “Bury Me at Makeout Creek” (2015).

Sobre la autora:

Kaitlin (陳嘉賢) es dibujante y trabajadora cultural basada en Hong Kong. Actualmente se encuentra trabajando en una novela gráfica sobre la el ser queer, la amistad y lo que significa buscar una identidad por fuera de las categorías establecidas.

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Más que la cara

“Perhaps we can imagine the movement for women’s liberation as a colorful, varied patchwork of fabric: each piece of cloth distinct and textured, interconnected at specific points and diverging at others. The absence of a single face is an invitation to all women to weave their narratives into the fabric of genuine women’s liberation. It is this patchwork of cloth that we must carry through the threshold the current pandemic offers: a gateway to a possible world beyond capitalism and its fascist empires, beyond patriarchy and its ruling lords. When we cover our faces, in the tradition of MAKIBAKA and in solidarity with billions protecting each other from disease and resisting injustice, we do not retreat from the world. We equip ourselves with the tools to stitch it anew.”

“Bandanas” by Angeli Lacson

Mask play an important role during social movilizations. Why? To hide the identity? To create a collective identity? This zine is an exploration of these questions within feminisms.

In celebration of their fifth anniversary, Gantala Press (see our previous interview) would like to share with you their new coloring e-zine, Más que la cara: Women, Masks, and Protest. Featured here are brave women all over the world who draw from the strength and power of the collective in fighting for justice for their communities. This coloring zine is a collection of texts and images about women who utilize the mask in protest. Featured are the Zapatistas of Mexico, the MAKIBAKA women of the Philippines, the Guerrilla Girls of the USA, Pussy Riot of Russia, the feminists of Chile, and the face mask-wearing women in the pandemic. Send us a message if you want to access the PDF and the image files for coloring!

Download it HERE

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Nature Theatre: reimagining socio-natural assemblages

by Iryna Zamuruieva

We mark off a small patch of a park with a red and white hazard tape. Not to say that there is any hazard inside, really, on the contrary to invite people into the space. We’ve got chairs in rows and theatre posters (introducing the cast: the grass, the bugs, the cars, people and seagulls).

🎭🌿🦆🍃 🦢 🚗🐌 🎭

Once the usher has accompanied all the audience members to their seats, I make a few technical remarks: performance lasts 5 minutes, phones off please, hope you enjoy the show. The bell rings, the performance starts, ‘nothing’ is happening. Or everything is happening? What is happening? Look at the drama unfolding between the two ducks! Listen into the howling wind for the eerie soundtrack. How, already? The time flew by. Everyone, welcome into the lobby, what did you think of the show?

This was a Nature Theatre performance. An intervention I created as a way to experiment with how art can change how we think about ‘nature’.

As a cultural geographer, trying her artist hat on, I was looking for ways to respond to the 6th mass extinction/anthropocene/capitalocene/biodiversity and ecosystem losses. All of the above really. This was an exercise in response-ability.

Practising response-ability, for me, was — and is — a part of a wider process of socio-ecological transformation towards more-collaborative-with-more-than-human ways of living on this planet. Producing this kind of response has been carried out by activists, artists, public intellectuals, academics and many others, who imagine and propose new, exciting possibilities for more-than-human societies. In collectively unfolding these types of futures (and not others), telling these kinds of stories (and not others), the spirit and the practice of an experiment seems to be a golden thread, which I fully subscribe to.

***

I came up with the idea of turning the everyday scene of the city street into a Nature Theatre through the combined effect of a particular moment I just woke up (a dream fragment that stuck) and numerous walks I was taking at the time through Aotearoa New Zealand’s hills and valleys. The kind of walking I did had an intimate connection with paying attention — to where I walked, to what was along the path, to the landscape around me, to my companion. It took me some time to reach a point where I knew I wanted to capture this sense of the careful act of paying attention and use this quasi-meditative experience to create space for others to engage deeply and attentively with the surroundings.

🚶‍♀️🏞🚶‍♂️

After returning from my walks in the southern hemisphere back to Northern Germany, I distilled the idea of Nature Theatre, which a fellow cultural geographer friend and colleague-turned-to-be-usher Sebastian Ehret helped me facilitate on streets and parks of the fjord city Kiel. In the process of this distillation, I’ve engaged with a number of people — in real life conversations and through books, articles, essays. With them I was thinking this intervention through on a conceptual level.

🧾📚🤓

Prompted by the works of geographers Noel Castree and Matthew Gandy, I wanted Nature Theatre to complexify the definitions of ‘nature’, ‘city’, ‘urban’ and ‘rural’ — echoing social constructivist thinkers’ views on the entanglement of nature and culture and pointing out the oddity of our misguided ontological separation of ‘human’ and ‘nature’. Maria Kaika and Eric Swyngedouw help me articulate and handle this discrepancy by lending an adjective socio-natural that I adopt (very enthusiastically). Wanting to attend to the agency of more-than-human in my process, I root myself in works of yet more geographers — Steve Hinchliffe, Jamie Lorimer and Sarah Whatmore.

The crystalizing what exactly was it that I wanted to change, where, and how, I am indebted to the thinking of a radical political geographer Alex Loftus. It is his proposition of political change being bound up in reworking the socio-natural relations through which everyday environments are produced and experienced, I unfold throughout the Nature Theatre. I am also building on sociologist’s Ervin Goffman studies of the everyday and its political possibilities.

Cultural geographer Harriet Hawkins helps me draw lines between art practice and geography and to think how both combined foster socioecological transformations. Together with Hillary Angelo, they help me understand — both practically and conceptually, the assembling of new types of collectives that participate in the making of our socioecological futures. Nature Theatre was designed with the aspiration to be exactly this new type of collective. It is with another geographer, Kim Kullman, that I think through being with the more-than-human others by not only seeking to cope with the unpredictabilities of the world, but encouraging others to learn from such unknowns and to live and blossom with them.

Unavoidably, the giants whose shoulders I precariously balance on include Bruno Latour with his learning to be affected; Donna Haraway, who offers feminist calls for exercising response-ability to engage with unexpected others; Anna Tsing with her proliferating ways of paying attention to more-than-human and Susan Lacy, contributing her new genre public art analysis.

Weaving together cultural, radical, human and more-than-human geographic scholarship, socially engaged and new genre public art practices, seemed like a big task. Luckily, I found a rug that tied them all together. I didn’t really just stumble upon it. It was another cultural geographer, Florian Dünckmann that I had the incredible luck of working with at the time, who — after my numerous nature-theatre-related musings — wondered: “have you ever heard of the assemblage theory of Gilles Deleuze and Félix Guattari?” I shook my head. I still have a square post-it sized piece of paper with his handwritten names of these two philosophers who, little did I know, would become my main companions in planning, doing and making sense of the Nature Theatre. But more on these assemblages later — let’s return to the theatre.

***

A few performances in, my fellow usher shared his take on what was happening: “It really works!” Both of us by that point shared that vague, yet strangely certain feeling: there was something, that was *really, truly* happening in that process, something was emerging and something was changing. So what and how exactly was happening , emerging and changing?

💫

For one, people were paying attention. This seems trivial, but is very important. Looking into the frame (where nothing, but also each of the performance’s plots, was unfolding itself as it pleased), sitting throughout the performance in silence, listening — were all enablers of the reimaginings that took place. This is to say, that for reimaginings to occur, people have to be paying attention. There is no way around this, not at least in the Nature Theatre, or any other intervention that aspires to change something — a change in thinking and practices, in my opinion, doesn’t just magically happen overnight. It’s rather a result of continuous effort of a number of people that might start with paying attention to what’s really going on.

Paying attention in the Nature Theatre led to different levels of engagement with the place itself, each other and ideas about nature, distributed agency and many more. People were clapping at the end of the performance, hushing some of the noisier audience members, whispering when wanting to share something with their neighbour. A playful assemblage was emerging, by people attentively participating in the intervention and thereby reinforcing the rules of the game.

People were also starting to speculate on what was natural:

  • “This park? Not quite because it’s urban nature”;
  • “Humans themselves?” — when other people entered ‘the stage,’ some thought they were a distraction from ‘nature’ in our Nature Theatre, but for other spectators, the passersby blissfully unaware of being on this very stage, made perfect sense, because, “We are all nature.”

An assemblage where an exploration of the imaginary boundaries between us (whoever this us might be) and ‘nature’ was becoming possible.

Thirdly, people were questioning things: why certain objects on the street were there, who put them there, who made the decision they should be there, whose ‘nature’ is this, where are the voices of more-than-human in the decisions, how do we hear, understand and act upon these voices?? “We are the only people who have a word in this world. It’s a pity but we can’t hear other systems, like ecosystems and we think we are the best.” — someone shared in the lobby discussion. In a number of lobby discussions we spoke about how and who makes the cities we share.

An assemblage where people were wondering why things are the way they are, questioning if it can be otherwise, was emerging.

The socio-natural assemblages I refer to above, are comprised of ourselves, the surrounding environments with all its components, plus the abstract ideas we hold and negotiate with each other and that translate into the way we make places. Thinking with assemblage theory allowed me to understand the mesh of these objects, processes and concepts as existing both in the space of actuality (here, now, the experienced present) and the space of virtuality (the possibilities with an ever-present potential to become actual). This distinction between the actual and virtual becomes quite important to both planning and analysing changes within the Nature Theatre.

So, to now put it in assemblage terms, the Nature Theatre was rendering the possible into the current. This process of rendering something current was ultimately the actualising of virtual ties that connect all (or some?) assemblage components, both in actuality and in virtuality. For me, it, obviously, wasn’t about actualizing any random possibilities though. This was about finding more attentive ways of being in the city, ways that encourage and provoke thinking and reflection.

To delve deeper into the actualisation of virtual ties / rendering the virtual possible, I had to understand what were the assemblage processes and properties that enabled this to take place. The two axes I used for this sense-making were territorialization and coding, relying on Manuel Delanda’s work on applying the concept of assemblage to analyse real life situations and relations. I will explain what they are and why they mattered for understanding how change takes place below.

Territorialization means making or unmaking spaces by an assemblage, but also a degree to which assemblage homogenises its components. One can understand assemblages as having a high or low (or everything in between) degree of territorialization. An assemblage that’s highly territorialized implies a more ‘stable’ entity with less space for change. In my interpretation I took the practices of walking on the city street and hence certain (brief) moments of paying attention and engagement with concepts of nature as a highly territorialized assemblage. Through my intervention I deterritorialized/destabilized the ‘everyday urban walking assemblage’, eliminating (and changing) some practices that came with the change of the meaning in the territory (city space as a place to walk through as opposed to city space as a place to attentively engage with and pay attention). I argue that the core characteristics of the assemblage — people being in and with the city — have remained, but the nature of how they were doing it changed, bringing along other changes with it.

The second concept that I was creating and making sense of the changes with was coding. Coding refers to the roles played by assemblage components in (temporarily) fixing the identity of its whole. In this way coding goes hand in hand with (and, in my understanding, determines) the territorialization. What this means is, the assemblage with a high degree of coding will be the one, where the norms, relationships, rituals become more consolidated and rigidified. Low degree of coding, in turn implies more freedom and flexibility, like informal conversation with friends, for example, where assemblage components do not necessarily exercise coding. The way the Nature Theatre assemblage components were interacting with each other decoded some ways of being in the city and, for the brief duration of the intervention, codes a different assemblage through the use of language and playful new rules that emerged in the process.

In this process of recoding and reterritorializing the ‘everyday’ ways of being in the city, I saw myself as a part of those assemblages in question, attempting to alter the ties between the different components with the hope that by changing those relations, something different can emerge.

🔮

And something different did emerge — the three layers of reimagining I refer to above:

  • reimagining the way we were interacting with each other, the place and everything (or at least some things) in it;
  • reimagining the abstract and often taken for granted entities of ‘human’ and ‘nature’; and, finally,
  • reimagining our everyday spaces as sites for paying attention to their very materiality and, as a consequence, engaging with, reflecting on and trying to imagine different, healthier, fairer ways of co-existing in those spaces.

As I now look back at my assumption — of us, collectively, being capable of doing better — I see it as a deeply hopeful position from which to be engaging with art, research and social change work. This hope is of a particular kind. It is the kind of hope that’s rooted in a radical honesty — that the current socio-economic-political system is fundamentally broken beyond repair. This kind of hope, for me, goes hand in hand with the belief that we can (and many of us actively already do) invent and enact better, just and healthier systems of human and more-than-human interrelations.

🌱

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me extranas

¿Me extrañas?

por Samantha Mayer

¿Me extrañas?
¿Cuando la gente se acerca y las estrellas se alejan y te huyen?
¿y que el vacío lleno del vaso lleno vacío se convierte en nada y todo?
¿Desde dónde por qué y cuándo me buscas? ¿y me encuentras?
El amor no es más que esto.
El amor no es un papeleo vertical
Y la risa desarmada como alarma del coche.
¿Desde cuándo el mundo se me hizo así?
¿Por qué cuando no duermo contigo no duermo?
 
Y las letras se escriben solas, como sin ley ni gravedad
Adquieren volumen, caminan,
Recogen, coleccionan y minuciosamente
 
vuelan.
 
Alto.
 
Te rehuyen como manecilla de segundos ante un círculo
Infinito sin esquemas ni poros:
 
Que tus tobillos y rodillas descansen esta noche.
Que tu cabello se alargue hasta
El suelo y se enrede como lianas.
Que tus manos adquieran el callo de quien
Convierte y transforma.
Que de tus pestañas se haga curva la magia.
Que descanses para siempre,
Pero que despiertes mañana.
 
Donde toda la que eres palpita despierta y respira
Bombeante.
Con los ojos creando colores y mirando las risas.
Que me sueñes soñándote viva,
Que yo viva por tu sueño despierto.
Que mi compañía transforme la noche fría.

El arte de Cachorro

¡Buenas! Soy un simple Cachorro uruguayo y hago dibujos que luego paso a bordados, que luego paso a porcelana, que luego pas…

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Wissenschaftliches Arbeiten: Das Trichterprinzip

Egal ob Themeneingrenzung, Literaturrecherche, Forschungsfrage oder Schreibarbeit: Im wissenschaftlichen Arbeiten sind wir permanent damit beschäftigt einzugrenzen, um möglichst konkrete Ergebnisse zu schaffen und damit wiederum all jenes auszuschließen, das nicht zur Erreichung des Forschungsziels beiträgt. In diesem Video erkläre ich dir, wie du das Schaubild des Trichters für deine wissenschaftliche Praxis nutzen kannst.

Der Kanal “Wissenschaftliches Coaching” von Xenia Wenzel richtet sich an Studienanfänger*innen und Studierende, die mit wissenschaftlichem Arbeiten noch nicht vertraut oder erfahren sind und verständliche, praxisnahe Anregungen und Erklärungen für Frage- und Problemstellungen suchen, die beim wissenschaftlichen Arbeiten aufkommen.

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Contra el “crimen de odio” (hate crime)

por el colectivo Daikon

Sobre cómo resistir el encuadre de los ataques racistas como “crímenes de odio” y rechazar la complicidad con la policía

Durante el brote de Covid-19 ha habido un fuerte aumento de los ataques racistas contra personas del este y sudeste asiático en el Reino Unido. La Policía Meteorológica ha creado un foro sobre crímenes de odio que involucra a grupos de la comunidad china, y los miembros de la comunidad han pedido una investigación sobre los “crímenes de odio” recientes, en respuesta a lo cual el Ministro del Interior, Priti Patel, se ha comprometido a garantizar que todos los “delincuentes enfrentan justicia”. Incluso para aquellos que generalmente desconfían de la policía, denunciar los “delitos de odio” podría parecer un caso excepcional en el que la policía al menos está desplegando sus poderes contra los racistas. Esta pieza pretende ser algo intermedio entre una intervención y un recurso sobre por qué informar “delitos de odio” no nos mantiene a salvo. Una respuesta genuinamente antirracista a estos ataques debe rechazar la participación de la policía, que solo pone en peligro a las comunidades ya atacadas por la policía, al tiempo que legitima el papel de la policía en la subordinación de las comunidades negras, musulmanas y otras comunidades racializadas y marginadas. Sobre la base de la organización de ayuda mutua bajo Covid-19, deberíamos desarrollar prácticas autónomas de cuidado y seguridad comunitaria, y resistir la violencia estatal y policial en todas partes.

Nota: en este artículo, los “crímenes de odio’ contra los asiáticos orientales y sudorientales se consideran un fenómeno general. Esto se debe a que parece que la mayoría de los ataques han sido contra personas racializadas como ‘chinas’, generalmente asiáticos de piel clara del este y sudeste, debido a los orígenes del virus en China. Sin embargo, esta categorización tiende a aplanar las diferencias socioeconómicas, particularmente las formas en que muchas comunidades del sudeste asiático permanecen marginadas dentro de este grupo y se ven desproporcionadamente afectadas por la pobreza y la vigilancia.

Situando los ‘crímenes de odio’

Al igual que todos los enfoques de justicia penal, el “delito de odio” desplaza los problemas sociales a “delincuentes” individuales, cuyo castigo parece haber abordado el problema. En otras palabras, la ley de delitos de odio nos proporciona la ilusión de seguridad, mientras que las condiciones que dan lugar al abuso racista permanecen intactas.

Abordar los ataques racistas significa reconocerlos primero como síntomas de problemas más profundos que deben abordarse. Claramente, es útil que los estados occidentales encuentren en China un chivo expiatorio por sus respuestas catastróficas a la pandemia; de hecho, encuestas recientes sugieren que los británicos culpan al gobierno chino más que al gobierno británico por la propagación de Covid-19 en el Reino Unido. Pero también debemos entender las historias e intereses que convergen en la narrativa de ‘culpar a China’, y que le confieren poder. Los orígenes del virus en China significaron que siempre sería racializado en Occidente, su génesis y propagación se vería a través de la lente de las antiguas ideologías orientalistas y sinofóbicas que enmarcan a los chinos como sucios, enfermos y una amenaza ‘invasiva’: tropos a menudo reforzado por una política de respetabilidad de la diáspora que distingue a los asiáticos asimilados (“nosotros”) de los “no civilizados”.

El clima actual tampoco puede separarse de los intentos del imperio estadounidense de contener la creciente influencia política y económica mundial de China. Aunque la narrativa de ‘culpar a China’ está siendo promovida principalmente por los políticos y los medios estadounidenses, también está siendo tolerada y perpetuada aquí en el Reino Unido. Esto es algo a lo que deberíamos prestarle atención y hacer una estrategia crítica. La lucha global que se desarrolla entre los EE. UU. y China, exacerbada por la crisis actual, probablemente contribuirá a un clima racista para aquellos de nosotros racializados como chinos más allá de este momento, al mismo tiempo que intensificará las crisis subyacentes del capitalismo global, golpeando más a los que ya sufren más.

Todo esto está oscurecido por un enfoque limitado en la vigilancia del “odio” divorciado de su contexto político. Este enfoque solo se ha visto reforzado por los principales medios que enmarcan los ataques racistas como ‘crímenes de odio’. En línea con una tendencia liberal más amplia de individualizar la opresión estructural, el racismo aquí tiende a enmarcarse como principalmente interpersonal, enraizado en el prejuicio irracional de los fanáticos individuales o aquellos particularmente impresionables para la teoría de la conspiración racista.

Vale la pena señalar aquí que, al mismo tiempo que involucra a los tropos sinófobos, los principales medios de comunicación están brindando una cobertura significativa del crimen de odio anti-chino, cuando en comparación rara vez se ha prestado tanta atención al crimen de odio contra los negros o los musulmánes. No podemos ver esto simplemente como una extensión de la preocupación benevolente hacia los asiáticos orientales por parte de los medios adinerados: es inseparable de la instrumentalización estratégica de la supremacía blanca de las comunidades del este de Asia como una forma de enmarcar a ciertos grupos raciales como más merecedores de atención debido a su posición como minorías modelo “trabajadoras” y “respetuosas de la ley”. La otra cara de esto es la continua denigración de las comunidades negras y musulmanas, contra quienes la violencia se normaliza. Muchos asiáticos orientales otorgaron plataformas de medios para hablar sobre el racismo y participar activamente en esta denigración al defender los mitos de las minorías modelo y depositar la confianza en el estado y la policía británicos. Tales llamamientos a la pureza moral de las víctimas de ataques racistas en el este de Asia deben entenderse como un intento de demostrar nuestra proximidad a lo blanco y, a su vez, nuestro derecho a la seguridad y protección por parte del estado, legitimando la violencia contra aquellos que no pueden o no se enfrentarán tales normas

Esta cobertura mediática del ‘crimen de odio’ también hace que el ‘racismo del coronavirus’ sea sinónimo de racismo interpersonal hacia las personas del este y el sudeste asiático, ocultando la realidad del racismo estructural pandémico, que las comunidades negras están cargando con la peor parte. Las estadísticas de la ONS muestran que las personas negras tienen cuatro veces más probabilidades de morir por Covid-19 que las personas blancas, y las personas de Bangladesh y Pakistán tienen casi el doble de probabilidades. El gobierno británico sigue sin proporcionar equipamiento de protección adecuado a todos los trabajadores clave, no brinda apoyo social a los trabajadores e inquilinos clave, mantiene a las personas encerradas en prisiones y centros de detención y mantiene un ambiente hostil hacia los migrantes, además de las condiciones restrictivas de las visas . Estas son solo algunas de las políticas asesinas de inacción que exacerban las desigualdades existentes y matan desproporcionadamente a las personas negras y marrones, sacrificadas voluntariamente solo para que Gran Bretaña pueda continuar “como siempre”.

Dentro de las comunidades del este y sudeste asiático, los trabajadores migrantes son los más afectados, y la comunidad filipina sufre la mayor tasa de mortalidad entre los trabajadores de la salud. También hemos escuchado de trabajadores indocumentados vietnamitas con síntomas de coronavirus que no acceden a la atención médica por temor a que se les cobren tarifas que no pueden pagar o que se les informe a la Oficina Central. Este racismo estatal no es accidental ni excepcional, sino que es parte integrante de la larga tradición imperialista de Gran Bretaña de asegurar sus propios intereses a través de la explotación de personas racializadas y colonizadas. Tal racismo estructural se oscurece cuando los “crímenes de odio” se convierten en ejemplares del racismo. Al replantear el racismo como interpersonal y criminalizar a las personas racistas, la ley de delitos de odio permite al estado escribir su propio racismo en la imagen.

La violencia policial

La participación de la policía en el abordaje del ‘crimen de odio’ crea una situación en la que aparentemente se supone que muchas personas atacadas por la policía dependen de ellos cuando sufren ataques racistas. Por ejemplo, se supone que los trabajadores migrantes en los barrios chinos y los bares de pedicura vietnamitas que sufren abusos racistas deben buscar ayuda de la misma policía que realiza violentas redadas de inmigración en sus lugares de trabajo. Para las personas indocumentadas que son criminalizadas simplemente por vivir y trabajar en este país, denunciar crímenes de odio significa arriesgarse a ser arrestado, incluso detenido o deportado.

La realidad es que la legislación sobre delitos de odio nunca tuvo la intención de protegerlos. Es una forma de que la policía parezca que está del lado de nuestras comunidades en un intento de ganar legitimidad. Funciona para dividir a las comunidades en función de la raza y la clase al ofrecer protección a los ciudadanos minoritarios (por ejemplo, los asiáticos de clase media) que generalmente están protegidos de los impactos de la violencia policial, al tiempo que justifica la expansión de los poderes policiales y de vigilancia que principalmente apuntar a comunidades pobres, negras, musulmanas e indocumentadas.

Esto es parte de un patrón más amplio de cooptación estatal de luchas contra la opresión para enfrentar a las comunidades entre sí. Como Lynn Ly argumentó en un seminario web reciente, la misma retórica contra el crimen de odio que enmarca al estado como protector de las personas marginadas a menudo se moviliza para justificar la expansión de los regímenes de seguridad en el país y en el extranjero. Hablando desde un contexto norteamericano, Ly dio el ejemplo de cómo la movilización LGBT contra el ‘crimen de odio’ coincidió con aumentos significativos en el gasto militar, con los ‘derechos LGBT’ armados como justificación para una mayor vigilancia e intervención militar en la Guerra contra el Terror. Los poderes policiales ya se han ampliado bajo el Covid-19: hemos visto innumerables imágenes de la policía en grupos, sin cumplir con las pautas de distanciamiento físico y acosando a la clase trabajadora desproporcionadamente y a los negros solo por el hecho estar en la calle. Mientras tanto, los medios británicos celebraron el “espíritu de guerra” de los británicos blancos que se reunían para las fiestas callejeras de VE Day. No necesitamos más policías en las calles que pongan en peligro a las personas marginadas en nombre de ‘nuestra seguridad’.

También es importante considerar los efectos del racismo en la vigilancia de los perpetradores. En el contexto de las ideologías racistas anti-negras que enmarcan a los hombres negros en particular como propensos a la violencia y la criminalidad, podemos esperar evaluaciones racializadas del riesgo para informar cómo y si los casos de delitos de odio son perseguidos, tanto por la policía como por los miembros de las comunidades afectadas. De hecho, Daikon* ha escuchado de los contactos que un video de un hombre negro que llama a otras personas negras a atacar a los chinos (a raíz de las noticias sobre el racismo hacia los migrantes africanos en Guangzhou) ha circulado en el foro de crímenes de odio de la Policía Met, en el que algunos ‘líderes comunitarios’ chinos han respondido demandando castigo y con llamados a una escalada masiva, para informarlo a la embajada china y para advertir a los chinos de la amenaza a nivel mundial. Este ejemplo revela no solo el pánico anti-negro, sino también un compromiso con un ‘antirracismo’ estrecho y autoprotector que no aprecia, si no respalda activamente, el papel de la policía en la brutalización de las personas y comunidades negras.

Cualquier respuesta de la comunidad a los ataques racistas debe mantener a todos a salvo. Canalizar la energía en el castigo de los perpetradores individuales ofrece justamente eso, castigo, no seguridad, al no abordar las causas profundas de la sinofobia y sus manifestaciones en diferentes comunidades, e ignorar el racismo estructural de la policía. Necesitamos reconocer a la policía como una institución que defiende la supremacía blanca y rechazar la colaboración y la complicidad con la policía y la blancura.

Confiar en el estado para la protección divide a las comunidades de otras maneras también. Como Jon Burnett ha argumentado, cuando el odio se criminaliza, es el estado el que establece la agenda y las prioridades para combatir el “odio” de acuerdo con sus intereses. Esto obliga a las diferentes comunidades a competir entre sí por el reconocimiento estatal y la financiación limitada para sus causas, administradas a través de ‘líderes comunitarios’ (a menudo simples nacionalistas) que no son responsables ni necesariamente representativos de las diversas comunidades que dicen representar.

Esto desalienta las críticas a la policía y las agencias estatales, al tiempo que fomenta la competencia y la enemistad entre las comunidades. En este momento, es importante reconocer que no solo las personas del este y sudeste asiático están experimentando ‘crímenes de odio’ relacionados con Covid: una trabajadora de transporte negra, Belly Mujinga, murió recientemente a causa del virus Covid-19 después de que un hombre escupió sobre ella alegando tener coronavirus; el Grupo de Monitoreo reportó un lenguaje cada vez más violento usado hacia los negros; y una extrema derecha empoderada están circulando teorías de conspiración antisemitas y difundiendo noticias falsas de que los musulmanes están violando las pautas de distanciamiento social. Tenemos que prestar atención a las diversas formas en que se envalentonan los racismos existentes y se utilizan para hacer chivo expiatorio a las personas marginadas en tiempos de crisis, y construir coaliciones sobre el terreno más allá y contra el estado, cuyas políticas y narrativas de los medios son siempre la causa de brotes en ataques racistas, y que hacen cumplir un sistema que coloca a las comunidades racializadas más cerca de la violencia y la muerte.

Alternativas a llamar a la policía.

Las estadísticas de delitos de odio sugieren que los delitos de odio denunciados contra los asiáticos del este y sudeste se han triplicado durante el brote de coronavirus. El riesgo y el miedo son reales. Es crucial que construyamos y desarrollemos prácticas de cuidado y seguridad comunitaria que sean independientes de la policía. Consideremos las siguientes sugerencias como una invitación a pensar juntos sobre cómo podemos mantener seguras a nuestras comunidades.

Intervención del espectador

Una práctica útil en términos de prevención y reducción es la intervención de espectadores. La intervención del espectador en general implica reconocer una situación (potencialmente) dañina y elegir intervenir para prevenir (más) daños. Reconoce que los perpetradores de ‘crímenes de odio’ están empoderados por climas particulares de hostilidad racista alimentados por los medios porque sienten que su comportamiento está legitimado y, a menudo correctamente, creen que nadie intervendrá. También puede alentar a otros transeúntes que de otro modo podrían tener miedo o no estar seguros de cómo intervenir para crear una resistencia colectiva que empuje contra un clima de complicidad. Además, a menudo parte del daño del abuso racista es sentirse aislado y doblemente degradado por ser ignorado. Ser un espectador activo comunica a la víctima que usted reconoce y rechaza el daño que se está haciendo.

La intervención del espectador puede tomar una variedad de formas. Es importante destacar que no necesariamente implica confrontar directamente al perpetrador, lo que a menudo corre el riesgo de intensificar la situación. A continuación se muestra una guía general útil: “No seas un espectador: 6 consejos para responder a los ataques racistas”, un enfoque abolicionista para la intervención del espectador por parte de BCRW y el Proyecto Nia.

 Bajo el distanciamiento social, algunos de los cursos de acción recomendados no serán posibles, pero los principios son los mismos. Los espectadores activos aún pueden enfocarse en la persona objetivo desde una distancia adecuada: saluda con la mano para ver si necesitan apoyo, fingen que se conocen, llaman la atención de los demás, documentan el incidente con su consentimiento y se registran después del incidente. Aquí hay algunos gráficos útiles de Cradle Community sobre la intervención de espectadores durante el distanciamiento social.

El grupo Chinxs para la acción afirmativa también han producido recursos útiles sobre qué hacer al experimentar o presenciar el abuso racista.

Atención autónoma y redes de apoyo.

La intervención de espectadores puede ser útil para evitar daños en el momento, pero también necesitamos formas continuas de atención y apoyo. Por supuesto, esto ya existe en nuestras relaciones personales y comunidades, y a veces lo más útil que se puede hacer si se sufre abuso racista es comunicarse con amigos y personas de su confianza para hablar sobre lo sucedido.

Sin embargo, existen aquellos para quienes las redes existentes no pueden satisfacer sus necesidades: pueden enfrentar la falta de gas o la incomprensión. Existe la necesidad de desarrollar iniciativas comunitarias entre las personas que puedan entenderse mejor y apoyarse mutuamente que sean accesibles independientemente de informar a la policía. Ha habido algunas iniciativas comunitarias en este sentido, por ejemplo, la sesión de discusión después de la pieza interactiva de actuación de Youngsook Choi ‘Unapologetic Coughing’, que reunió principalmente a personas de la diáspora del este y sudeste asiático para discutir acciones prácticas y curativas frente al ‘racismo epidémico’. El Consorcio Filipino Kanlungan también ofrece consultas gratuitas para problemas de salud mental relacionados con Covid-19.

También hay excelentes recursos generales desarrollados por grupos de base. Sisters Uncut ha producido un recurso útil sobre ‘Cuidarnos unos a otros durante Covid’, que describe algunas estrategias para responder al daño, ya sea que experimente daño o apoye a otra persona que ha sido perjudicada.

Archivo comunitario

Actualmente nos enfrentamos a un gobierno que reescribe su propia complicidad en la muerte masiva de la historia. Es crucial reconocer y recordar lo que realmente está sucediendo en este momento (y siempre). En términos de racismo hacia las comunidades del este y el sudeste asiático bajo Covid-19, debemos pensar en desarrollar métodos para archivar historias e incidentes que no dependan de la policía ni impliquen su denuncia. Aquí hay una iniciativa dirigida por voluntarios que archiva datos e historias sobre la discriminación contra los asiáticos orientales y del sudeste asiático. Permite a las personas informar sus propias experiencias y enviar publicaciones en redes sociales, artículos de noticias, etc.

Daikon es un colectivo de mujeres y personas no binarias del sudeste y este de Asia que viven en un contexto europeo. El zine Daikon como una plataforma para construir comunidad, proporcionar espacio para voces y narrativas subrepresentadas, examinar críticamente y responder a la desigualdad estructural, y construir recursos radicales y educativos por y para las personas del sudeste y este de Asia de géneros marginados en la diáspora.

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Punk, perros y Tumblr: Entrevista con Gabriela Fraga

Gabba es una ilustradora, tatuadora y artesana de México que lleva el punk en la piel y a los animales callejeros en el corazón. Compartimos con ella una divertida charla sobre su trabajo y filosofía.

Nepantla: Querida Gabba, ¡gracias por prestarte para nuestra sección de entrevistas! Empecemos por los animales siniestros. ¿Cómo se te ocurrió retratar el mundo oscuro y perverso de nuestros animales domésticos?

Gabba: Tal vez me decidí a hacerlo porque me cautivan fácilmente. Su comportamiento, sus sonidos, sus movimientos y su expresión facial. Demuestran ser mucho más empáticos que muchos de nuestros semejantes. Cuando era niña tomaba una enciclopedia vieja de mi papá que tenía un apartado de fábulas ilustradas. Me provocaba escalofrío leer tanta crudeza de la cual entendía la mitad, pero los dibujos le daban equilibrio a esa sensación. Creo que aquellas fábulas que le inventaron voces y personalidad a estos seres son vigentes, y que estos cómics solo tratan de contar formas de crueldad y estupidez más apegada a nuestros tiempos. Bueno…también algunos aciertos. Desde hace unos diez años se visibiliza en tiempo real lo desquiciado y bizarro del comportamiento humano. Cada día resulta un poco más absurdo que el anterior. Las ideas u opiniones de las personas cambian velozmente, las veo encontrar equilibrio y después se vuelven muy complejas

N: Tenés mascotas? Podemos establecer nuevas alianzas con los animales?

G: Tengo dos perras de raza pequeña, y la forma en que son tratadas en casa difícilmente es una relación mascota y amo, y a veces humanizarlas es inevitable cuando paso demasiado tiempo con ellas. No sé si un animal pueda tener alianzas reales con seres cutres y mal intencionados como las personas (jaaaa), quizás sólo si éstos respetan su espacio y su libertad. Creo que nunca seremos lo suficientemente conscientes como para merecer una compañía tan grata como la suya.

Existe mucha información en redes para re-aprender la convivencia con ellos, condenar su explotación y sobre todo ir mucho más allá de las paredes de nuestros minúsculos hogares y nuestras caóticas y violentas ciudades para poner atención en los que sólo reclaman el espacio del que han sido despojados por proyectos progres. Hay gente buena y humilde que los cuida desinteresadamente y pues, me agrada ver como la sociedad se suma con grandes o pequeñas acciones a estas causas, pero lo que dije anteriormente viene mejor de otro tipo de persona; no puedo opinar más al respecto por la forma en que me gano la vida y mis hábitos.

N: Tu estilo tiene algo de punk old-school bien agrio. Cómo lo definirías vos? Qué te interesa mostrar o qué te inspira?

G: No me he detenido a definirlo porque me parece que lo que hago se reduce a tiras simples y dibujos rudimentarios. En el caso de la propaganda, podría definirlo como desechable…caduca la fecha del evento y se autodestruye. No tengo un objetivo, pero procuro enfocarme en dibujar ideas recurrentes cuando tengo tiempo, que muy seguro vienen de leer tanta mierda en internet desde que amanezco… desde la nota más rosa, pop e inútil, hasta la local más amarillista y sangrienta.

N: Tus cómics me parecen geniales. Estás trabajando en algo nuevo?

G: Quisiera dibujar canciones completas, muchas que me gustan y convertirlas en viñetas. Llevo poco en eso, y soy tardada dibujando, por ello es difícil concretarlo, se atraviesan algunas comisiones, de las cuales estoy muy agradecida, pero a veces me impiden darle continuidad. Llevo también algunos años en una serie de dibujos de un formato más grande y son acerca de la muerte (tema sobreexplotado en mi país, pero que me sigue motivando)

N: Además de dibujar haces chokers, harnesses y trabajo artesanal en piel (que, por cierto, están geniales). Cómo es tu día? Dividís tus tareas de modo fijo o es algo fluctuante?

G: Mi horario está invertido. Despierto casi a medio día, si hay mala suerte antes. Ahora todo va de labores domésticas, tiempo para salir a lo estrictamente necesario o cualquier pendiente que surja, no hay una rutina tan marcada. Antes del Covid-19, invertía ése tiempo para hacer entregas de mis productos por la ciudad, comprar material, visitar a mis amigos, andar en bici. Después del ajetreo era llegar a mi casa, cenar y a media noche comenzar a trabajar accesorios o dibujar aproximadamente 6 horas. Ahora el encierro me ha dado más tiempo de ocio pero no ha sido muy productivo porque sólo dan ganas de trabajar en la madrugada.

N: Cómo empezaste a tatuar?

G: Cuando salí de la universidad pasé casi ocho meses buscando empleo sin éxito. Justo la crisis laboral por la que atravesaba me hizo darle vuelta a la página y abandonar la antropología. El boom del tatuaje era entonces, herramientas a la mano y ya… de repente era yo, muy concentrada haciendo servicio a domicilio a algunas personas que quedaban satisfechas con mi trabajo y después de casi ocho años de no tocar ni un cuaderno de dibujo comencé a practicar no sólo dibujando flashes aburridos, sino lo que me gusta realmente.

N: Y cómo empezaste con lo de los chokers?

G: Mi padre, que es un artesano brillante y que admiro, me alentó a aprender el oficio. Esta vez tratándose de él, de manera muy disciplinada seguí al pie de la letra sus enseñanzas, y aún me falta mucho camino por recorrer para llegar a hacer las cosas que él hace y la calidad que logra con el mínimo de herramientas y cero máquinas que le restarían valor a su trabajo.

N: Cómo es el tema con flyers? Cómo te contactas con las bandas? Vas a muchos conciertos?

G: Comencé a frecuentar tocadas de punk local y a hacer nuevos amigos hace unos años. Muchos tenían bandas y de casualidad alguno de sus conocidos que vio mi trabajo en instagram me solicitó hacer uno muy especial y de ahí en adelante. La difusión de algunos flyers en redes y el apoyo de amigas y amigos hacia mi trabajo me trajeron comisiones que disfruté mucho. He realizado algunas comisiones para otro tipo de eventos, diseños para camisetas de algunas bandas y hasta para una casa de modas. Respecto a lo último…en realidad la vida adulta, el no tener salario y las responsabilidades no me permiten asistir a tantos eventos como quisiera.

N: Cómo estás sobrellevando el mundo viral? Hace poco entrevisté a otro artista de Ecuador (Ernesto Salazar Rodríguez) y le pregunté cómo había sido su relación con su cuerpo durante la cuarentena.

G: Ha sido mucho aprendizaje. Cosas simples como cruzar más de 5 palabras con algún vecino o tendero del barrio se convirtieron en un reto para mí. Nunca había permanecido tanto tiempo en éste perímetro. Lidiar con la personalidad de las personas que tienen miedo terrible de ser contagiados, o de manera contrastante, cruzarme con sujetos que tienen el hábito de escupir constantemente en el asfalto, han sido una prueba grande a mi paciencia, muy cretino de mi parte admitirlo, porque tuve el privilegio de aislarme debido a que no tengo necesidad de salir para poder trabajar.

Y bueno, el ritmo que llevamos en una ciudad tan grande y congestionada. Antes de salir unx se pinta tres rayas en la cara en un par de minutos para lucir presentable. Importa un pito si debes viajar en un camión donde ya no cabe ni una aguja, y comer en un puesto callejero de precios irresistibles no te detiene a pensar en una diarrea explosiva y escandalosa. Ahora con la presencia del virus, durante el confinamiento se tiene todo el tiempo para pensar en lo que no funciona a la perfección en nuestro organismo y nuestra imagen. Así que, la relación con mi cuerpo ha sido un verdadero fastidio. Quizás reclama el castigo al que fue sometido todos estos años con mis excesos.

N: La primera vez que ví tus cosas fue en Tumblr, donde tenías un blog de ilustración. Buenas épocas cuando Tumblr todavía era una plataforma más alternativa. Es loco pensar que en internet las cosas también envejecen.

G: Recuerdo que abrí mi cuenta justo en 2010 y se convirtió en un espacio microfamoso. Lo tuve al corriente muchísimo tiempo, quizás en mi afán de no abandonar mi cariño por la ilustración y mi respeto por los ilustradores. Dediqué mucho a la difusión de su trabajo importando muchísimas imágenes a esa plataforma y escribiendo créditos, y ahora cuando lo abro para seguir reblogueando, a veces me doy un pequeño golpecito de aprobación en el hombro que dice “… estuvo bien, Gabba; esto nunca fue tiempo perdido”. En éstos días lo visito y difícilmente comprendo la jerga de los usuarios y solo hay spam en mi bandeja de entrada.

Yo envejecí a la misma velocidad que Tumblr. Y por supuesto que fue tiempo perdido, pero ése casi siempre es el mejor.

N: Alguna rola o libro para recomendarnos durante el encierro?

G: Cualquier recomendación que pudiera hacer sobre un libro apestaría. Quizás de alguna canción no tanto…entonces sería ésta porque la escuche hace unos días y sentí que describía el estado de mi cuerpo y mi mente durante estos noventa días de confinamiento, es de una banda que ya no existe y el vocalista es ilustrador

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Agamben ‘s Boredom

by M.T.

The witness`s refusal to confess when the situation demands it could be considered a form of perversity. At least from a moral point of view, if not out of psychophysiological considerations. However, to what extent can each of us consider themselves witnesses of truth – a stance which Giorgio Agamben and his apostles seem to be taking – is something that will probably be decided on The Last Judgment. For the moment, the open circle of testifiers has to settle with partial truths, with news and ideas gathered through the imperfect method of dialectics. Under these conditions, Agamben`s labeling of medicine as “victorious faith” requires a more attentive analysis and a more nuanced discussion. In the context of the current pandemic, the Italian philosopher blames the medical science of foul play and of having acquired, through mischievous means, the power over certain life aspects that would normally pertain to other domains. By comparing it to Christianity and Capitalism, as systems of belief (although “ideologies” would probably be a more appropriate term), the philosopher from Rome draws our attention to the rights and liberties we have sacrificed on the profane altar of a cult disguised as science.Because even the less illuminated souls of non-philosophers are entitled to the presumption of innocence and in order to avoid chicanery, we shall refrain from questioning Agamben`s hypothesis, only briefly mentioning its evident refutabilaty. Out of consideration for the play of reason, we shall accept Agamben`s category of “religions” and we will agree that nowadays medicine could be seen as a religion or a cult. Still, the second part of his idea – the implied and disquieting subtitle according to which this new cult has lately gained the upper hand – is just an empty warning. If there has indeed been a fight and its winners were decided, then it were an honorable one and Agamben has to renounce the title of impartial moderator – a virtue cherished by any unbiased philosopher.

1. First of all, isn`t the separation between dogma and the cultic practice inherent in any domain? The believer may worship the Cross without proceeding to scriptural exegesis and often the Christian life is just a gray area for the appositeness of black and white dogmas. If we are to impeach virology, then we must do the same to ancient philosophy which is situated at the border of classical languages studies, and hermeneutics. What Agamben disregards is the long way from the virologist`s lab to the patient`s bed – a long list of specialists like the epidemiologist, the infectious disease doctor, the lawyer, the emergency physician, the nurse etc. Virology deals with medical practice no more than the theologian deals with the seats arrangement in the church. As for the “exaggerated dualistic opposition”, of which medicine is guilty as well, Agamben wrongly identifies the beneficent principle with recovery, and it is wrong because nowhere in the medical dogma is the process more important than the outcome – that of health. That being said…

2. What`s new to this medical dogma is the dissolution of any time frame, Agamben maintains. But Humanity has seen other epidemics and it has survived them all. I fail to see in which news report has it ever been said that COVID19 is here to stay forever. It will pass, like others before! This aspect invoked by Agamben is not only wrong, but utterly false and unasked-for. Only two months have passed, and some see salvation as already in sight. But it may be that the subjective time is hypersensitive to the imperceptible variations of the relative one and has lost sense of its Newtonian flow. Even so, it is this kind of flow that still governs the destiny of all life-forms, be they fully deserving ones, like humans, or barely tolerated, like viruses. We didn`t set out to burn books or throw accusations of spreading fake news, but an alarming rhetoric could be an early sign of paranoid pathology.

3. We should be grateful that at least “the collusion between religion and profane power” is not thrown on the back of the new cult, as Agamben admits that this modus operandi has successfully been used by previous ideologies. Exactly how it became a “cultic practice and not a rational scientific demand” is vague, because all that Giorgio Agamben proves during his battle with the dragon is that he doesn`t know much about the beast he is confronting. Cardiovascular diseases are not contagious, as he asserts. In its magnanimity, the medical dogma allows each individual`s free will to decide upon their body and uses the red line it has with the profane power only when there`s an urgent need. We need only mention public spaces in which smoking is not allowed and the taxes imposed by some states on alcohol and sugar, to see what an invalid claim this is. Yes, it is true that the medical religion uses legal norms to promote its ruling principle, but there is nothing new in this, and medicine is definitely not the frontrunner when it comes to such practices. And if we are to push the analogy even further and remind the Church its forgotten principles and practices, we should add to the embracing of lepers the long-forgotten festum fatuorum, exhorting the clergymen to descend among the parishioners and to consider, at least for one day, the disingenuous prayer of an unbeliever who is confined to a hospital bed due to an oxygen mask. As for capitalism and its presumed “losses of productivity”, the philosopher is not guilty but only troubled by a mild perception disorder. The silent winner as always, capitalism once again sought to end the battle in its advantage – what was lost through tourism and old industries was fully recovered by developing its newer assets: information technology, digital industry and bioengineering. During the last collision between the Christian god and the doctors and philosophers of the last century, capitalism easily replaced the coachmen with chauffeurs; now it replaces engineers with programmers. There is no need to reprieve it. Perhaps we should remind those who are interested in the subject that they should focus their attacks not on the medical, but on the capitalist clergy. If anything, there should be a Christian-Medical alliance in the hopes of defeating the religion of money.

4. The state of exception is perceived as so only by the infidels of the medical religion. Those from within the cult know that the current events are only a part of the natural world, just as on the bedside of the sick the doctor is the one proclaiming calmness, because they accept the possible death as part of life. Precisely for their capacity to see the bigger picture during a crisis, the doctor is the one we call upon to evaluate all possible outcomes. But evaluation of possibilities does not mean the power of decision. While waiting for the eschaton, the Christian knows that it is God`s Word, and not their own, that which will be decisive. And so, the Christian adopts a healthy quietness when confronted with what is inaccessible to them. This “world that feels as though it is at the end and yet is not in a position, like the Hippocratic doctor, to decide whether it will survive or it will die” now has the opportunity to remember its own narrowness and to put a halt on its juvenile sedition. By conjoining “together the perpetual crisis of capitalism with the Christian idea of an end time” the medical religion brings back on the front page a few spiritual practices that the modern person seems to have forgotten – the joy of simple things, the search for freedom on the inside and not outside of our souls. If the World did find a new religion during times of suffering, the medical religion was just what it needed.

5. The best part about the new religion is that it does not offer only one redemption and salvation, but many. The Evil God, the virus, can be triumphed over countless times, keeping us in a constant state of love and gratitude for the Good God – Health. Unlike the Christian God, who offered us knowledge but at the same time denied us eternity, using it as existential lure, Health is the beneficent god who not only promises itself, but offers itself to us in practice. The religion of science won the race with Christianity and capitalism because it is indifferent to our limited capacity of believing or disbelieving in its God.

Philosophers must indeed enter into conflict with religion, but for the sake of justice and truth, not for the enchantment of the battle itself. Unfortunately, regardless of the era we`re in, philosophers are still humans, as necessary and frail as always. Our duty, the duty of those ignorant scoundrels who deal with their salvation and redemption, is to gently nag them and to notify them when their hostility is misplaced. History thought us, even through great deniers such as Spinoza, that philosophy found its place in the world only in so far as it was willing to regard inoffensively the dominant religion (to encourage analysis and dialogue, instead of carping disguised as critique); that raising sincere questions has been more valuable than proclaiming verdicts and that, ultimately, a breath of fresh air is the only redemption we may hope for.


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¿Qué es el Blackout Tuesday? Industrias, marcas y más se vuelven negras en solidaridad con Black Lives Matter

J’na Jefferson*
Periodista de música y cultura

Si visitas Instagram hoy, lo más probable es que no veas nada más que imágenes negras. ¿Por qué es esto?

Blackout Tuesday, una acción colectiva iniciada por las trabajadoras negras de la industria musical Jamila Thomas (Directora Senior de marketing en Atlantic Records) y Brianna Agyemang (Gerente Senior de Campaña de Artistas en Platoon), tenía inicialmente la intención de detener la industria musical el 2 de junio para para mostrar solidaridad con el movimiento Black Lives Matter a raíz de las protestas derivadas del asesinato de George Floyd el 25 de mayo. Detener la industria de la música tenía el objetivo de pausar momentáneamente la industria evitando que artistas y sellos lanzaran nuevas actividades musicales y comerciales. El hashtag destinado a ser utilizado con la iniciativa era #TheShowWillBePaused.

“La industria de la música es una industria multimillonaria, una industria que se ha beneficiado principalmente del arte negro”, se lee en la publicación de Instagram de la iniciativa. “Nuestra misión es responsabilizar a la industria en general, incluidas las grandes corporaciones + sus socios que se benefician de los esfuerzos, las luchas y los éxitos de los negros”.

Sin embargo, marcas y negocios por fuera de la música también se han sumado a la propuesta y están alentando a sus seguidores a que suban fotos completamente negras en sus redes sociales usando el hashtag #BlackoutTuesday. En lugar de publicar como habitualmente, se alienta a las personas que quieran participar a llevar sus cruzadas en las redes sociales y su interés en el movimiento un paso más allá y publicar enlaces con recursos a los que las personas puedan acceder para obtener más información sobre cómo ayudar a comunidad negra. También se les pide que no compren ni vendan nada para mostrar fortaleza y moderación económica.

Les organizadores también están alentando las donaciones para las familias de las víctimas, así como a fondos para pagar las fianzas de la comunidad. También se busca informar más sobre campañas de base. En su sitio web, han incluido también enlaces para apoyar a las familias de George Floyd, Breonna Taylor y Ahmaud Arbery, así como fondos y recursos de la comunidad para obtener más información sobre cómo prevenir el racismo.

Es de suma importancia que quienes participan en Blackout Tuesday en las redes sociales (especialmente Twitter e Instagram) no utilicen los hashtags #BlackLivesMatter o #BLM en sus publicaciones. Para que más ojos vean los posibles incidentes que ocurren en las protestas de todo el país a través de estos mismos hashtags (#BlackLivesMatter o #BLM), es imperativo que los usuarios de las redes se abstengan de usarlos en sus publicaciones. Si ya han publicado su cuadrado negro con estos hashtags, les rogamos que editen su publicación y los eliminen. Los hashtags más apropiados serían #BlackoutTuesday y #TheShowWillBePaused.

Con suerte, ésta no será sólo una acción de 24 horas y sus participantes mostrarán que están comprometidos y comprometidas a largo plazo.

*Agradecemos a J’na Jefferson el permiso para traducir su texto. Originalmente publicado en The Root.

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Ontologías gaymer y corporalidades post-digitales: entrevista a Ernesto Salazar Rodríguez

El dualismo entre la corporalidad y lo digital huele a anticuada. Es cierto que un maniqueísmo que oponga los dos polos irreconciliablemente parece destinado al fracaso. Lo digital ya no es el terreno de lo no-real, sino una dimensión (nueva o no) de la realidad misma. Sin embargo, esta reivindicación de lo digital, muy necesaria, conlleva el peligro aledaño de reducir el cuerpo a un papel secundario. Es preciso, por el contrario, pensar cuál es el papel de lxs cuerpos y las corporalidades allí en las fronteras y los márgenes entre los dos reinos. 

En su Manifiesto Cyborg  (1983) Donna Haraway escribía “La frontera entre mito y herramienta, entre instrumento y concepto, entre sistemas históricos de relaciones sociales y anatomías históricas de cuerpos posibles, incluyendo a los objetos del conocimiento, es permeable. Más aún, mito y herramienta se constituyen mutuamente”. La obra de Ernesto Salazar Rodríguez es especialmente adecuada para repensar estas mito-poéticas de cuerpxs nuevxs.  Ernesto Salazar Rodríguez estudió artes visuales en Quito y Buenos Aires y en los últimos diez años expuso su obra en toda clase de galerías y espacios. No sólo nos prestó sus obras para ilustrar estas reflexiones acerca de la corporalidad post-digital, sino que también se prestó amablemente a responder todas nuestras preguntas.

Además de ayudarnos a pensar sobre cuestiones referentes a las estéticas de los postdigital (selfies, glitch, modelado 3D, memes), Ernesto nos invita a cuestionarnos algo más urgente: las políticas de lo postdigital. Qué nuevas alianzas gaymers pueden surgir de la afectividad de internet? Como él mismo afirma, su obra es un tributo a lxs cosplayers, weirdos, drag queens, pieles de colores, formas diversas, voces fantásticas. Estas “oddkin”, para usar otro término de Haraway, nos indican sin duda el compost político del que las nuevas mito-corporalidades podrían tomar su fermento.

Página de Ernesto Salazar Rodríguez: https://3rnst.com/index

Nepantla: Querido Ernesto, antes que nada gracias por acceder a participar en la entrevista! Tu obra me parece muy interesante porque juega con dos dimensiones que a primera vista parecen contrapuestas: la del cuerpo y la de lo digital.

Ernesto Salazar Rodríguez: Hola! Muchas gracias por el espacio! Me anima mucho empezar por el aspecto que mencionas, lo contrapuesto o polarizado. Una de las motivaciones que impulsaron mi trabajo fue precisamente la premisa de ceder en una necesidad de establecer puntos fijos, para más bien permitirme pensarnos en tensión, entre lo que nuestra percepción desnuda nos puede arrojar y lo que las extensiones que nos han dado (tecnologías) nos hacen alcanzar. Puede ser mi interpretación de lo que Haraway propone como cuerpo cyborg, por tomar una fuente. Concretamente, la reciente ubicuidad de las nuevas tecnologías de información, me ha obligado a pensar al cuerpo como un concepto que sobrepasa los límites de la piel y que manifiesta su presencia cada vez de modo más complejo, en tanto los aparatos tecnológicos se afinan y nos acaparan como información multisensorial. Esta es finalmente una clara postura ‘tecnofílica’ de mi parte, pues valoro mucho lo digital, al haberme permitido encontrar espacios de encuentro y protección.

N: ¿Cómo ves la escena del arte digital en Ecuador? ¿Qué anda pasando por ahí?

ESR: Es muy rica y muy bien pensada sobre nuestro contexto glocal. Creo que la comprensión de la tecnología a nivel Latinoamericano es doblemente crítica en cuanto a estrategias de apropiación y resistencia. La producción artística en nuestro país responde con varios acercamientos frente a lo tecnológico, mis colegas se animan todo el tiempo no solamente a ver a lo digital como un medio o plataforma de difusión sino incluso en generar discusiones críticas sobre si misma y sobre alternativas a esta y que sean más acordes a nuestra cultura inmediata. En mi creciente experiencia como docente, intento detonar pequeñas chispas sobre estos cuestionamientos en clase y provocar pensamientos críticos, si bien menciono mi postura tecnofílica, esta debe ser constantemente autocrítica y reacondicionada, hacerla jugar a nuestro favor.

N: Me gustaría discutir un poco tu obra. Empecemos por “Piedra – Papel -Tijeras” (2016). El concepto de lo postdigital apunta justamente a pensar lo límites de lo digital. “Piedra – Papel -Tijeras” muestra muy bien eso, porque además de usar glitches para revelar el sustrato “físico” de lo digital, juega con tres objetos que dan una fuerte impresión de “materialidad” (que se percibe muy bien por medio de sus sonidos). ¿Cómo se te ocurrió esta obra?

ESR: Esta intervención se dio cuando revisábamos en la maestría que realicé en Buenos Aires, sobre el error en el archivo digital, entendiéndolo primordialmente como algo que se produce por fuera de nuestro alcance, por el desgaste o mal funcionamiento propios de la máquina y que el artista señala o destaca. Es una premisa muy interesante sobre las primeras intervenciones no humanas, sin embargo, quise apropiarme de estas ideas para pensar en una manera correspondida entre el humano y la máquina, algo mutuo y afectivo quizás. Al pensar en piedra, papel, tijeras nos imaginamos directamente el contacto humano, el tacto, roce de piel sobre piel, entonces pensé cómo podía jugar con la máquina, cómo intencionalmente podía irrumpir en su circuito, en su balance perfecto, jugar con ella…y lo hice a través del lenguaje. Cada video que registré debía evocar un acercamiento de mis manos con los objetos que vendrían a corresponder al juego, era yo enseñándole a la máquina lo que podía hacer a través del video. Estos videos se desmenuzaron en cada fotograma que les componía y ahí jugué con la idea del lenguaje: la palabra.

Estas imágenes (.jpg) se componen finalmente de un código escrito que la máquina reinterpreta para finalmente arrojarnos una imagen frente al monitor, podemos editar la imagen directamente, pero no le podemos escribir algo para motivarle a reaccionar. Mi acción es sencilla en realidad, pero bastante larga: Abrí cada fotograma como si fuese texto, es decir con el programa básico de edición de texto que viene en MACOS, entonces ahí le quise contar “en palabras” qué era eso que le vulneraba, que le podía cambiar. A las imágenes de tijera entonces, les inserté varias veces la palabra piedra y así con las otras dos. A lo sonoro también quise afectarle, simplemente con alternar los sonidos que cada objeto produce de manera contraria. Me gustó pensar en conclusión que era una especie de glitch inducido de modo poético.

Esta intervención se repitió en otro ejercicio titulado “EL SONIDO DEL VIENTO ME HACE SENTIR QUE EL SUELO EN EL QUE REPOSO SE DESVANECE”. Tenía un video que grabé acostado sobre el césped de un parque, en Buenos Aires. A pesar de estar lejos de Ecuador y tener la oportunidad de repensarme en el espacio, me sentía oprimido por la ciudad, por la forma de la arquitectura y las calles. Me puse a pensar en para quiénes se diseñan las ciudades y si alguien como yo estaba considerado dentro del plan, me agobia esa idea. Esa sensación estaba presente cuando estaba grabando al cielo con mi cámara, el viento se movía fuerte y el árbol encima mío… sentía que me iba a caer a pesar de estar literalmente pegado al suelo. Entonces intervine este video con el título de la obra y le quité el sonido, pues se reemplazó de algún modo con este significado afectivo de la palabra “Viento” y lo inestable, creo oportuno contar un poco de esta obra porque es un eco en mi proyecto #bodywriter

N: Tu obra además trabaja con una variedad de formatos enorme. “Fauna” (2016) es una especie de bestiario surrealista flat-art. ¿Cuál es la particularidad para vos de “pintar” en formato digital (un medio explorado ya en “Versión plausible” del 2013)?

ESR: Fauna y Versión plausible tenían la misma línea de FOB!A, pues abordan en principio, un paralelismo estructural mente-cuerpo con software-hardware de la máquina. En estos tres ejercicios quise comprender la dinámica forma-contenido, aterrizada en conceptos como el miedo, donde hay una idea que a pesar de ser de lo más inmaterial, nos puede condicionar y limitar. Lo mismo con la idea de identidad potenciada en redes sociales (para ese momento usábamos facebook y debemos tomar en cuenta que la gente debía ubicarse en un espacio específico para “entrar” y “salir” de esta página) que indagué con Versión Plausible y finalmente FAUNA, a la que me gusta llamar también Miodesopsias, que hace referencia a cuerpos que se presentan en el campo visual, como bichos que realmente no lo son. Detrás de FAUNA tenía la intención de intentar comprender nuestra obsesión por darle forma a todo lo que se nos presenta, o negarlo. Así entonces el recurso más oportuno para representar estas ideas fue el vector, pues era una herramienta digital que se prestaba para entenderse propiamente desde el computador, lo que quiero decir es que se diferencia de la pintura digital que se podría hacer con programas como Photoshop, en tanto no se presta para “simular” la realidad. El vector se manifiesta como tal, líneas, curvas y figuras que uno ingresa información digital para que sucedan, me gusta mucho el término flat art, no lo había pensado así, pero me aporta mucho, son cosas totalmente digitales y sin volumen, información digital.

N: Lo que decía al principio con el tema del cuerpo se ve sobre todo en #BODY_WRITER. ¿Cómo se te ocurrió modelarte en 3D?

ESR: Pienso que llegó un momento en el que me acerqué más a mi mismo y comprendí la fuente de mi fascinación por lo digital, como un hombre homosexual e introvertido, tuve muchos conflictos (como muchas otras personas) de sentirme cómodo en “lo físico”, desde joven fui un gaymer (creo que a mi edad aun ni existía ese término) y esas largas horas que pasaba con mi primer videojuego de rol masivo en línea, me hicieron sentir que podía vivir sin verme obligado a disimular, tenía frente a mi pantalla una versión digital de mi o más bien, de lo que aspiraba a ser. Creo que es una de las cuestiones que más me interesan del videojuego, la relación de correspondencia que nuestro cuerpo ejerce frente a la posibilidad de idealización con estas formas cada vez más complejas de manifestaciones de identidad, y que, como expliqué en un inicio, involucran de manera más eficaz a nuestros sentidos. #bodywriter tiene muchos acercamientos, el que me gustaría contarles ahora, es la idea de un tributo a ese espacio: fluido, diverso, democrático quizás, que el videojuego me dio. En el ejercicio de medirme a mí mismo era consciente de que, desde niño, la gente se encargó metódicamente de medirme con sus criterios, cómo caminaba, como era mi espalda, mi cabello, que tan niño (hombre) era o no, fue un acto de amor propio. Medirme y traspasar esa información de modo poético, para reafirmarme negándome, en un vaivén: Un cuerpo que no se presenta como cuerpo físico y que en lo digital, se presenta o manifiesta su forma de manera empoderada, posibilitado por la tecnología ubicua de la información. Este proyecto habita una cuenta Instagram, que se presta para jugar, con tus propias reglas.

Es un proyecto donde puse mucho de mi: no sabía nada de modelado en 3D, apenas había experimentado con volumen (escultura) y me enfrenté en detalle a mi cuerpo como masa a replicarse, en un ejercicio de acercamiento y lejanía, me dispuse como un instrumento. Pero tenía muy claro que cada dispositivo tecnológico en el que se empezaría la obra, debía ser un fuerte significante, un propiciador. En ese aspecto quería paralelamente comentar a través del proyecto sobre Instagram, la selfie, el filtro de rostro, la realidad aumentada, la realidad virtual, la impresión 3D, la pantalla, la app de citas, el vibrador sexual, la idealización de la vida, en fin.

N: ¿Qué comentarios recibiste sobre la obra?

ESR: Alguien me dijo: refrescante, jaja.

Quiero pensar que sensibilizó algo que se puede pensar muy frío o superficial, fíjate que las redes sociales tienen muchos usos, entre esos, modos de control y vigilancia y también facilitador de famas cómodas y fáciles. Pero hay mucho más: personas que se visibilizan, gente extraordinaria, era un tributo a esas personas, cosplayers, weirdos, drag queens, pieles de colores, formas diversas, voces fantásticas. Cuando presenté una de las piezas en la Galería NoLugar, aquí en Quito con otros dos artistas, nació la idea de nombrar a la muestra SF de Ficción Especulativa, me sentí muy a gusto con el término, que aportó nuestra colega expositora y me hizo pensar mucho en mi función como artista para propiciar espacios nuevos de relaciones, de tactos. #bodywriter habla mucho sobre el tacto que das a la pantalla y que se manifiesta en el otro, desde algo tan simple como una vibración a su teléfono: un latido de corazón o un impulso más adentro, al afecto y el deseo transmitidos.

N: La idea de selfie a priori despierta una actitud de desconfianza. Se dice que la selfie es narcisismo. Pero la selfie, como bien mostrás puede ser además un medio de expresión disruptivo. ¿Cómo se subvierte ese imperativo de internet de “exponete”, “vendete”?

ESR: Si, en ese aspecto soy muy sensato, somos super narcisistas, de algún modo. Si no es por tu rostro es por lo que haces o lo que tienes, mostramos “eso” para sentirnos mejor. Un día visité el Centro Cultural Kirchner en Buenos Aires, había una obra que lastimosamente no recuerdo su autor, era una pancarta grande con un texto que decía “Estamos condenados al éxito” creo que lo dijo un ex-presidente argentino, debería rastrear el origen :), en definitiva la red social nos facilita eso que de por sí queremos hacer, recibir elogios, sin embargo las cosas son diferentes para el oprimido, son espacios para (re)nacer en ambientes seguros, con plataformas sin trabas, con filtros (pantallas) que hacen de muros contenedores, son estrategias y posturas políticas de reafirmación, en ambientes soberanos, si se juega bien.

N: ¿Tenemos que tener miedo de volvernos memes?

ESR: Meme en cuanto a un mensaje o síntesis cultural que se disemina o viraliza, para nada. Hay que saber cómo volverse meme y romper estructuras con el mensaje.

N: En ese sentido, te pregunto en general, ¿cómo funciona para vos la relación de lo digital con lo analógico? ¿Es una oposición ya superada o tiene sentido seguir pensándola?

ESR: No es una situación superada y creo que no estamos del todo en la capacidad de decidir si pensarla o no. Está, aquí en el presente. Nos interviene de modo directo e indirecto, es ingenuo despreciar este momento, más bien, desde el arte debemos fomentar un uso soberano/propio de la tecnología, exigir el acceso y alcance de todos sobre el mismo, devorarlo y reapropiarnos de este, para que funcione bajo nuestras reglas, un poco así como #bodywriter: un cuerpo que se reafirma bajo sus propios términos de medición.

N: Cuál fue la relación con tu cuerpo durante la cuarentena?

ESR: Extraña, difícil. Con lo que he comentado, sabrás intuir que tiendo a encerrarme, viví mucha parte de mi vida evadiendo lo de afuera y cuando mi obra al fin me llevó a hacer las paces o más bien a situarme reafirmado con mi cuerpo, vino el encierro y aquí estoy. El trabajo en la docencia me tiene muy ocupado así que pocas veces me doy cuenta de mi mismo. Con mi cuerpo es así también, con el proyecto #bodywriter ahora me gusto, me gusto mucho jaja, soy consciente de mis fallas y aciertos desde la piel y hacia adentro, y trabajo a partir de estas. Es algo bueno porque este proyecto me obligó a ser autorreferencial, sin embargo quiero hacer un proyecto donde destaque la forma de los cuerpos para formar una nación o un territorio de la suma creciente de todos nosotros, espero tener un poco de tiempo para concretar esa difusa premisa.

N:  ¿Y en qué estás trabajando ahora?

ESR: Creo que en la pregunta anterior me adelanté un poco, quiero volver a pensar sobre lo colectivo, otra vez. Mi tesis de maestría se fue por ahí: cómo conectar con lo esencial a otros, a través de internet, con una especie de acto poético de lanzar un mensaje embotellado al mar. Esta vez quiero sumarnos, una masa creciente y cambiante que se piense territorio, con leyes mutantes.

Por otro lado la pandemia me hizo trabajar en una nueva pieza de #bodywriter, una especie de performance transmitido en vivo por instagram, donde recitaba un deseo de ser tocado y tocar de vuelta desde lo remoto, que por ahora baste con deslizar el dedo sobre la pantalla para poder reaccionar. Saber que estamos ahí. Había dado por cerrado a #bodywriter, pero con estas circunstancias, siento que toma otros valores o que más bien, hay cosas que exploré con este proyecto que ahora se están enfatizando.

(todas las imágenes fueron tomadas de https://3rnst.com/)

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Plictiseala lui Agamben

de M. T.


Refuzul martorului de a mărturisi atunci când vremurile cer asta poate fi considerat o formă de perversitate. Cel puțin din punct de vedere moral, dacă nu chiar din considerente psihofiziologice. În ce măsură putem fiecare dintre noi să ne considerăm mărturisitori ai adevărului însă, postură în care Giorgio Agamben și apostolii săi par a se erija fără nicio reținere, rămâne a fi stabilit, probabil, la Judecata de Apoi. Pentru moment, cercul deschis al mărturisitorilor e nevoit să se mulțumească cu adevăruri parțiale, cu știri și idei stabilite prin metoda imperfectă a dialecticii.

În aceste condiții, eticheta pe care Agamben o pune medicinii, de “credință victorioasă”, reclamă o analiză mai atentă și o discuție ceva mai nuanțată. În decorul actual al pandemiei cu care întreaga lume se confruntă, filosoful italian acuză știința  medicală de concurență neloială și de acapararea, prin mijloace improprii, a unor aspecte ale vieții umane care revin în mod normal altor domenii. Comparând-o cu creștinismul și capitalismul, în calitatea lor de religii (deși, probabil termenul mai potrivit ar fi cel de “ideologii”), filosoful de la Roma ne avertizează în legătură cu drepturile și libertățile sacrificate pe altarul profan al unui cult deghizat în știință.

Pentru că și sufletele mai puțin luminate ale nefilosofilor au dreptul la prezumția de nevinovăție și pentru a nu da dovadă de rea-credință, vom evita punerea sub semnul întrebării a ipotezei lui Agamben, menționând doar în trecere evidenta ei contestabilitate. Din dragoste pentru jocul rațiunii vom accepta deci categoria agambeniană a religiilor și vom fi de acord cu dânsul că medicina poate fi privită în aceste săptămâni tulburi drept o religie sau un cult. Însă a doua parte a ideii pe care filosoful ne-o prezintă, titlul subînțeles și alarmant conform căruia acest nou cult ar fi ieșit învingător în fața veteranilor din această categorie, este doar un semnal gol de conținut. Dacă a fost dusă vreo luptă care și-a decis deja învingătorii, atunci ea a fost una dreaptă, iar Agamben e nevoit să renunțe, în urma articolului publicat, la medalia de arbitru imparțial pe care orice filosof nepărtinitor o ține la mare prețuire.

1. În primul rând, nu este ruptura între dogmă și practica cultică inerentă oricărui domeniu? Credinciosul se poate închina Crucii și fără a face exegeză biblică și nu de puține ori viața creștină este doar o zonă gri de aplicare a diverselor dogme albe sau negre prevalente într-un anumit spațiu sau timp. Dacă vrem să punem la zid virusologia, atunci va trebui să facem la fel și cu filosofia antică, care se poziționează undeva între studiul limbilor clasice și hermeneutică. Realitatea de care Agamben nu ține cont aici este că de la virusolog și până la patul pacientului (până la trasarea unor precepte practice), există un lung șir de alți specialiști, printre care se numără epidemiologul, infecționistul, juristul, pneumoftiziologul, medicul de Anestezie Terapie Intensivă, asistentul medical etc. Virusologia nu se ocupă cu trasarea unor reguli de conduită medicală mai mult decât se ocupă exegetul de aranjamentul scaunelor în lăcașul de cult. Cât despre “exagerata opoziție dualistă”, de care și medicina se face vinovată, Agamben identifică greșit principiul benefic cu vindecarea, căci nicăieri în dogma la care aderă medicii nu primează procesul, ci totdeauna rezultatul – adică tocmai starea de sănătate. În continuarea acestei remarci ajungem la:

2. Noutatea acestei dogme medicale este că nu mai există o limită de timp, ne atenționează Agamben. Dar Omenirea s-a mai confruntat cu epidemii și a trecut peste ele. Nu știu în care interpretare a știrilor s-a spus vreodată că pandemia de COVID19 este cu noi pentru totdeauna. Va trece și ea, așa cum au trecut și altele, acest aspect invocat de Agamben nu e doar greșit, este de-a dreptul gratuit și fals. Au trecut doar 2 luni și credinciosul deja poate să întrevadă mântuirea. Dar probabil că timpul subiectiv e hipersensibil la imperceptibilele variații fizice ale timpului relativ și a pierdut din vedere curgerea lui newtoniană. Curgere care, deși evitabilă prin artificii intelectuale, este în continuare cea care dictează destinul tuturor formelor de viață – fie ele cu drepturi depline, precum oamenii, sau doar parțial tolerate, precum virușii. Nu ne-am propus să ardem cărți sau să aruncăm blamul de știri false, dar retorica alarmistă poate sugera tendințe spre o patologie paranoică.

3. E bine că cel puțin “complicitatea dintre religie și puterea profană” nu este pusă pe seama noului cult, întrucât Agamben admite că acest modus operandi a fost folosit cu succes și de ideologiile predecesoare medicinii. Cum anume a ieșit din făgașul “exigenței științifice raționale” și a devenit o “practică cultică” este însă neclar, pentru că tot ce reușește să ne arate Giorgio Agamben în lupta sa cu balaurul este că nu cunoaște deloc fiara cu care se confruntă. Bolile cardiovasculare nu sunt contagioase. În mărinimia ei, dogma medicală lasă liberul arbitru al individului să decidă asupra propriului corp și se folosește de firul roșu pe care îl are cu puterea profană doar atunci când e imperios necesar. Ne putem gândi doar la interzicerea fumatului în locuri publice sau la accizele impuse pe alcool și dulciuri în unele state, pentru a observa că argumentul încercat în acest punct este complet invalid. Da, religia medicală se folosește de reglementări legale pentru a-și promova principiul conducător, dar nu e nimic nou în asta și chiar mai mult, medicina nu este nici pe departe fruntașă printre religii în astfel de practici.

Și dacă vrem să ducem analogia mai departe și să reamintim Bisericii principiile și practicile uitate, poate ar trebui să alăturăm îmbrățișării leproșilor de-mult-uitatul festum fatuorum, îndemnându-i pe clerici să coboare printre laici și să experimenteze, măcar pentru o zi, ruga lipsită de sinceritate a unui necredincios țintuit la pat de o mască de oxigen. Iar de partea capitalismului și a presupuselor sale ”pierderi de productivitate”, filosoful nu este vinovat ci doar afectat de o ușoară tulburare a percepției. Fiind ca întotdeauna învingătorul din umbră, și de data aceasta capitalismul a avut grijă ca la finalul luptei să rămână în avantaj – ce a pierdut prin turism și industria vechilor tehnologii, a recuperat fără probleme pe laturile sale mai noi: tehnologia informației, industria digitală și sectorul bioingineriei. Cu ocazia ultimei lovituri puternice primită de zeul creștin din partea medicilor și filosofilor din secolul trecut, capitalismul a înlocuit fără probleme vizitiii cu șoferi; acum își înlocuiește inginerii cu programatori. Nu-i cazul să-i plângem de milă. Eventual să amintim celor preocupați de acest subiect că dacă vor să-și îndrepte atacul spre cineva, atunci clerul capitalist și nu cel medical, trebuie vizat. Dimpotrivă, alianța ar trebui să fie între religia medicală și cea creștină, pentru a face față dușmanului comun – religia capitalistă.

4. Starea de excepție este percepută ca atare doar de către necredincioșii religiei medicale. Cei din interiorul noului cult știu că evenimentele actuale sunt doar o parte din cursul firesc al lumii, exact așa cum la patul bolnavului medicul este cel care aduce calmul acceptând eventuala moarte a bolnavului ca parte din viață. Tocmai pentru capacitatea lui de a se poziționa deasupra imediatului situației în timpul crizei, medicul este cel chemat pentru a evalua posibilele rezultate. Dar evaluarea posibilităților nu înseamnă puterea de decizie asupra lor. Așteptând eschaton-ul creștinul știe că prin cuvântul zeului, și nu al său, timpul acestuia va fi decis, adoptând astfel o sănătoasă umilință în fața celor ce-i sunt inaccesibile. Lumea acesta ”care se simte la sfârșit și totuși nu este în stare, ca și medicul hippocratic, să decidă dacă va supraviețui sau va muri”, are acum ocazia să-și reamintească propria-i micime și să recurgă din nou la sistarea răzvrătirii adolescentine. Unind ”criza perpetuă a capitalismului cu ideea creștină a unui timp ultim”, religia medicală readuce în prim plan practici spirituale pe care omul lumii moderne pare să le fi uitat – bucuria lucrurilor simple, căutarea libertății individuale în interior și nu în exterior. Dacă lumea și-a găsit o nouă religie în timpul suferinței, religia medicală este tocmai cea de care avea nevoie.

5. Partea cea mai bună a noii religii este că nu ne promite o singură mântuire și răscumpărare, ci mai multe. Zeul cel Rău, virusul, poate fi înfrânt de nenumărate ori, menținându-ne prin aceasta într-o continuă stare de iubire și recunoștință pentru Zeul cel Bun – sănătatea. Spre deosebire de zeul creștin, care ne-a oferit cunoașterea și ne-a refuzat în același timp veșnicia, folosind-o pe post de momeală existențială, Sănătatea este zeul binevoitor care nu doar ni se promite, ci ni se dă în fapt. Religia științei a câștigat lupta cu creștinismul și capitalismul pentru că este indiferentă la capacitatea noastră limitată de a crede sau nu în Zeul ei.

Filosofii trebuie într-adevăr să intre din nou în conflict cu religia, însă de dragul dreptății și al adevărului, nu din amor pentru conflict în sine. Din păcate, indiferent de perioada istorică, filosofii rămân oameni, la fel de necesari și totuși failibili în idei ca întotdeuna. Rolul nostru, al ignoranților care ne preocupăm cu mântuirea și răscumpărarea lor, este să-i dojenim cu afecțiune și să-i atenționăm atunci când beligeranța lor este greșit direcționată. Timpul ne-a arătat, chiar și prin mari contestatari precum Spinoza, că filosofia și-a găsit locul în lume în măsura în care a fost dispusă să privească inofensiv religia dominantă (să recurgă, eventual, la exegeză și dialog, nu la cârcoteală mascată în critică), că ridicarea unor întrebări sincere a fost mai benefică decât proclamarea unor verdicte și că în definitiv, o gură de aer este singura mântuire la care putem spera.


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Sabrina’s new EP + Interview

Sabrina’s new EP “The Negative” has been just released by Jaringan Records.

Here you can listen to her album and make your collaboration:

Nepantla: Hey! How are you? Thank you for letting me do this second interview!

Sabrina: Hi, thanks for noticing the release. It was a blast to create.

N: Your new work has just been released, so would you say that the EP has a specific theme?

S: This album doesn’t have a specific theme. All of the tracks are an exploration, experiments that I have been doing during these last months.

N: I really like your approach to rhythms in “The Negative”. Rhythms play a central role in the ep. How did you come to work with rhythms?

S: They are experiments that take inspiration from sacred practices of indigenous cultures and how they used music in them.

N: Do you sample real sounds?

S: Yes and no. I have done some field recordings of void spaces and layer them in the tracks. Other sounds came from the devices that I’m using which have fixed but mangle-able sounds.

N: There is something very pristine, very clear in the sounds. On the other side, there is a general darkness present in all the tracks. Do you want to transmit a particular feeling?

S: The acceptance of negative energy into a chemical wash of positivity.

N: How do you imagine people hearing your music? Do you think of it more as background music, or music to listen to while you are walking…? What would be the best situation to hear it?

S: I imagine people having earworms with the rhythms ringing in their brains. Whenever possible as the soundtrack of your life. haha

N: And by the way, why “the Negative”?

S: I wanted to play with the duality of thoughts. Like in film and photography, the negative is what is stored inside the camera and should not be exposed until it’s time to process it into a beautiful picture.

N: Something else you want to share?

S: To go in depth with the devices that you have in your hand. Some barriers are actually just a hurdle.

N: I like that, that sounds very object-oriented! Thank you, Sabrina!

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Reseña poetizada de “Le Pont du Nord”, Jacques Rivette

Mini interview with Saki

Saki Tominaga is a Japanese painter, hairstylist and make-up artist. We wanted to learn more about her awesome art, so we asked her to do a short interview with us.

Nepantla: Hi! You’re a hairstylist, make-up artist and also visual artist. How do you combine those different activities?

Saki: The purpose is not to combine them, but just to make art. Whatever the form, if the situation and feeling at that moment and the movement of the hand match, I can come out with something.

N: How did you start making art?

S: I’ve been drawing only girls since I was little. I was painting every day, but when l was a junior high school student, l started going to an art school. I majored in oil painting until high school and 1st year in college, and then majored in printmaking.

N: Your art deals with inorganic forms: water, stones, dry flowers. Why are you interested in that?

S: l think that now it is time to revisit nature. In my work human beings are represented as natural beings. Beautiful things are born from nature, also human beings. l also think that ideas come from visual information. My work is made of wildflowers and grass. But wild grasses are discarded if they grow too much. There is a green that no one can see. Instead of disregarding those leafes I like to use them to my make-up and showing myself a little more pretty. It’s done to satisfy others, but also to satisfy myself.

N: How did the virus affect your activity?

S: l was able to face myself. To be honest, I think l have discovered new aspects of my work thanks to the virus. I wouldn’t have noticed wild grass if l just worked as usual.

N: What are your nexts projects?

S: l have not decided yet. It’s still about making beautiful things.

N: What artist inspires you? Do you want to recommend some book/song/artist?

S: One person I respect is Katsuya Kamo. I especially like the sound of hang drums. I would therefore recommend Hang Massive’s MV.

N: Thank you a lot for your time!

Mirar la maternidad a través de las fotografías de la serie New Mothers de Rineke Dijkstra

En el año 1994, Rineke Dijkstra realiza una serie de tres fotografías llamada New Mothers
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GOSPEL FOR THE LIVING ONES

We began building mom's  home the day the bombings  began. First it was the smoke.  Later it arrived the fire...
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Una interacción entre -mostrar y no mostrar

en la fotografía en color Highly carcinogenic blue asbestos waste on the Owendale Asbestos Mine tailings dump, near Postmasburg, Northern...
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Rineke Dijkstra. The encounter between the photographer, the sitters and the viewer in the Beach Portrait Series.

The role of photography in the construction of identity. An encounter between observing and being observed; detailed colored large-scaled depictions...
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Machine Gun Confusion

The shapes are that of two people. They do each have a soul, But it’s hard for them to remember...
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Brand New Heaven

I tried to accept everything, so that I could come to Heaven. But when I got there, Heaven was closed...
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Maniobras: las políticas internacionales que militarizan las vidas de las mujeres

Maneuvers: The International Politics of Militarizing Women's Lives Cynthia Enloe University of California Press, 2000, 437 pages.  ISBN: 9780520220713 Traducción...
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I Can Only Wonder

If we are always foreigners when one  of us walks across the Pont de Sully [what is then foreigner?]  I...
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Before Lockdown

Cuando cruzar un puente al aire libre era parte de la normalidad (autoetnografía) "Y el tiempo dirá si al final...
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Reseña poetizada de “Le Pont du Nord”, Jacques Rivette

Una claustrofóbica en prisión y una gemela con un hermano igual,             de otro país. Una llamada por cobrar ya pagada. ...
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Superficies de placer: espacios de sociabilidad y legitimación

por Alan Ojeda

“Ser” necesariamente indica una relación con el espacio. Todo grupo social encuentra o genera un espacio de pertenencia, socialización e intercambio. Crear estos espacios implica de forma paralela “crear-se”. Como señala Adrián Melo en El amor de los muchachos: Las ficciones son figuras, imágenes o ideas –por lo tanto abstracciones no reales- y la literatura es un lugar privilegiado tanto para la manifestación de esas realidades colectivas como para su nacimiento” (Melo, 2005:10). Es por eso que la literatura, como espacio privilegiado para analizar la construcción de nuevas “estructuras de sentimiento”, nos permitirá, en un recorrido a través de las novelas Queer de William Burrough, La ciudad y el pilar de sal de Gore Vidal y Dancer from the dance de Andrew Holleran, dar cuenta de la modificación de la relación de una comunidad con el espacio que habita.

En la historia de la cultura homosexual el desarrollo de un espacio de encuentro y socialización ha sido, en gran parte, la propia historia del movimiento y de su legitimación frente a la sociedad: no hay lucha sin terreno. Es posible distinguir una serie de etapas en la formación de una cultura gay que se desarrolla desde la interioridad la experiencia del ámbito privado, hasta el esbozo de una vida anti-burguesa en la construcción de una identidad en movimiento, la utopía móvil. Cabe señalar que, como bien remarca Melo: “Los libros y las películas son parte de la vida de las personas y se aprende en ellos cosas de la vida” (Ídem: 14). Es decir, como diría Oscar Wilde, “la vida imita al arte”, por lo que también será importante su análisis como potencia para la organización de nuevas formas-de-vida.

La literatura, como posibilidad de representar no la realidad sino un estado de la imaginación, ha sido uno de esos lugares donde se ha planteado la temática de los “espacios” en relación a una identidad gay en construcción. En The City and the Pillar de Gore Vidal, Queer de William de Burroughs y The dancer from the dance de Andrew Holleran es posible encontrar la evolución histórica de la relación entre los lugares de tránsito y socialización, y la legitimación de una cultura gay, poniendo como punto de inflexión la revuelta de Stonewall-in, que sentó los precedentes para una nueva forma de organización espacial de la sexualidad.

The City and the Pillar

En The City and the Pillar de 1946 es posible observar la representación de un “territorio ajeno”, una alienación espacial de los lugares de socialización públicos. El bar aun es un espacio difuso, donde la posibilidad de entablar una relación con un par o alguien con quien tener sexo implica un trabajo hermenéutico. No es inocente que la breve aventura amorosa entre Jim y Bob se concrete en una cabaña alejada, en el cobijo de la noche (Vidal, 1997: 49-50). El gay se ve obligado a leer el lenguaje corporal o el código de vestimenta para poder iniciar un intento comunicación efectivo, ya que el bar es un lugar institucionalizado como punto de encuentro para heterosexuales y aún no hay ningún espacio público de pertenencia que permita otra expresión sexual. Frente al riesgo de “equivocarse” y “ser descubierto” se genera la obligación de realizar una performance, de estar en pose. Aun habiendo encontrado a un par, no hay exteriorización, la comunicación se mantiene al nivel de la sugerencia, lo implícito, lo tácito.

Ante esta situación de identidad velada, sólo existe la posibilidad de actuar como un doble-agente, como si fuera una película policial. Estar ahí significa no-estar-siendo, en tanto sea imposible ejercer la sexualidad libremente. El no encontrarse “ahí afuera” invita a una reacción de interiorización, la relación se lleva al ámbito privado. El único lugar donde se vuelve posible una experiencia relativamente libre de la sexualidad es en el que ofrezca la seguridad de salvaguardar la identidad. “Relativamente libre” significa que aún está condicionada, es decir que ésta tensión entre público y privado genera una contraposición obvia de secreto-aceptación. Se vuelve imposible el vivir una vida plena mientras el afuera, enorme y coercitivo, plantea una relación de negación y resistencia frente a la diferencia.

Esta tensión entre el afuera y el adentro puede observarse en la relación entre Jim y Shaw, el famoso actor cuya sexualidad es un secreto a voces. Si bien corren los rumores sobre la sexualidad de Shaw, todo se reduce al contacto privado, a las fiestas en la mansión. A su vez, esta relación con el ámbito privado del hogar generalmente supone una reduplicación de los valores burgueses de la pareja. La constitución de la relación sigue siendo bajo cierto aspecto de lo femenino-masculino, con valores como la monogamia y la fidelidad.

La imposibilidad de una nueva experiencia con el espacio que los rodea impide la concepción de otros tipos de socialización y relación. La vida en el hogar es una experiencia a partir de lo ya dado, de una herencia cultural que no es propia, pero que a su vez, aun asumiendo esos valores, es imposible de exteriorizar por la hetero-normatividad imperante. En consecuencia, toda sexualidad ejercida fuera del ámbito privado y de los valores burgueses se transforma automáticamente en prostibularia.

Queer

Frente a esta experiencia urbana de la novela de Gore Vidal, William Burroughs ofrece la representación de un doble espacio: la frontera y el gay-bar. Queer, escrita entre 1951 y 1953 pero publicad recién en 1985, es una experiencia fuera del territorio nacional, y no solo eso, es también la experiencia en un territorio donde las leyes que rigen la organización social son inestables. Incluso es posible suponer que es un espacio de creación de leyes continuo, ya que la falta de una regulación explícita propone la ley del más fuerte.

El extranjero, como lugar, es siempre una nueva posibilidad de experimentar la sexualidad bajo nuevas leyes, nuevas cosmovisiones, pero también es el auto-exilio (como también es posible observar en El cuarto de Giovanni de James Baldwin). Lee vive explícitamente su sexualidad e incluso puede identificar donde buscar sexo y quienes son los homosexuales del lugar. Lee traslada las relaciones políticas y sociales de las relaciones entre Estados Unidos y México a su experiencia sexual con Allerton, que rápidamente se vuelve colonial y mercantil. Lee ejerce poder sobre Allerton a través de su dinero. No hay otra ley, no hay contexto social que imponga, regule o sugiera otro tipo de relación que no sea la del poder. Tener dinero, en un terreno salvaje como la Ciudad de México, significa poder imponer leyes, pero ésta relación colonial tiene sus costos. Es imposible mantener la de forma duradera. Al no haber condición de igualdad, Lee se ve frente al dilema de pretender una relación real pero bajo un contrato. Nuevamente el espacio donde se ejerce la sexualidad, condiciona las formas de la misma.

Lo que se encuentra en México es una proto-comunidad colonialista. Están unidos, más que por su sexualidad, por su condición de exiliados. No exiliados en Europa, donde la organización social permite una relación de pares, sino en un país “salvaje”. La inexistencia de una verdadera organización social de la comunidad homosexual, en este caso, supone la imposibilidad de un ordenamiento, de una construcción. Si bien el bar aparece como punto de encuentro, no es tanto por resultado de una militancia o una construcción como de la anomia territorial.

Aun salvando las diferencias, el bar mexicano permite ver un adelanto de lo que será después el gay-bar norteamericano. La situación de haunting, en su variante no mercantil, se transformará en la figura central de los meetings o fiestas. Los bares no tienen, en ningún momento, una función puramente social o lúdica, sino que son el espacio de búsqueda sexual. La imposibilidad de un encuentro público sin caer en la equivocación de encarar a un heterosexual genera que los puntos de reunión aglutinen varias funciones sociales: lugar de reunión y comunicación, lugar de identificación y de encuentro sexual.

Los disturbios de Stonewall-inn suponen un punto de inflexión en la forma de organización y legitimación de los espacios de la comunidad gay. Presa del limbo legal que suponía estar entre las manos de la mafia y de una policía, quienes concurrían al bar se vieron obligados a dar un paso adelante. Como diría Camus en El hombre rebelde, un hombre que dice que no, es alguien que también está afirmando desde el primer paso.

Stonewall-inn ya era un espacio de encuentro totalmente constituido: sus propias reglas, su propia clientela. Con límites marcados, con una identidad marcada, perder el espacio significaba perder también una porción de libertad y legitimidad ganada. La defensa de Stonewall es el ejemplo de como la construcción de espacios es paralela a la de identidades. La creación de la diferencia, de un nuevo lugar donde poder “ser”, donde poder hacer la vida más vivible, aunque sea por un periodo de tiempo determinado, es la respuesta revolucionaria de una identidad que se afirma negando la coerción social del status quo. Como señala Donal Webster Cory en El homosexual en Norteamérica:

[…] la sociedad hace cuánto puede para destrozar a esas personas, para obligarles a vivir de un modo reprensible, para cerrarles las puertas que conducen a mejores condiciones de vida, y después alega que los caminos de la perdición que se han visto forzados a seguir, como justificación de su hostilidad contra ellas (Cory, 1969: 61)

La defensa de un espacio es el paso a seguir después del comming-out o incluso es su faceta definitiva: yo soy y este es mi lugar, perderlo es morir.

The Dancer from the Dance

Por último, The Dancer from the Dance es el despliegue de un devenir constituido. En contraposición a los valores burgueses de hogar y familia, la comunidad gay de New York contrapone una vida en movimiento. ¿Cómo distinguir al bailarín de la danza? La ciudad entera se transforma en una superficie de exploración. Southerland, el rey de la noche, declara en una conversación con Malone, joven recientemente iniciado en la vida nocturna gay de la ciudad, lo que podría ser el manifiesto que explique el porqué del estilo de vida fugaz:

¿Qué incentivos, podemos preguntarnos legítimamente, conserva la vida para nosotros? ¿En favor de qué levantarse de la cama? ¿De esa fatigosa noria de divertidas insinceridades? ¿De esta inmunda sociedad burguesa que los aristotélicos nos impusieron? No, todavía tenemos la opción de vivir como dioses, como poetas. Lo cual nos lleva al baile. Si, -afirmó volviéndose hacia Malone- eso es lo único que queda cuando el amor desaparece: el baile. (Holleran, 1981: 98)

La caída del amor no es otra cosa que la caída del amor burgués. Frente a la estabilidad y el anquilosamiento se propone la vida en movimiento, el sexo sin compromisos. El dinero no tiene otro valor que el del intercambio, no hay nada más importante que la imagen y el disfraz. El nuevo paradigma dice intensidad antes que estabilidad y duración. La superficialidad de las relaciones, de la vida sin trascendencia transforma al hombre en un manojo de pólvora. Los resultados de esta vida pueden verse cuando la novela remarca como aquellos que llegan a viejos viven en barrios marginales, sin un centavo y sin la belleza de su juventud. Vivir es transformarse en una onda expansiva que al mermar sus fuerzas quedará estancada en los márgenes de la ciudad y de la vida misma.

Malone, por el contrario, muestra a la persona nostálgica del amor como experiencia trascendental. Southerland ya es un flaneur de Nueva York, que busca vergas grandes y experiencias en baños o parques, pero Malone se siente presa del vacío. Alguna vez creyó que otro tipo de amor era posible. Repitiendo la misma secuencia mencionada en anteriormente, la casa aparece como ese espacio reservado para la intimidad y la pareja tradicional. Malone sueña con una casa blanca, con hijos, con una pareja, sin embargo haber vivido la vorágine de la ciudad lo pone en un dilema. Cómo amar si ya ha sido corrompido por la vida sin futuro, por el día a día de las relaciones sin compromiso, en las que siquiera el dinero tiene un gran valor. No se vive para ser rico ni para ahorrar, solo funciona como combustible para sostener la intensidad del estilo de vida.

En Dancer from the Dance ya existe una convivencia de espacios entre heterosexuales y homosexuales, pero la línea divisoria esta signada por una cuestión cronológica. Mientras los demás duermen, ellos toman las calles, los parques, las discotecas, las mansiones. El baile se transforma en una metáfora de la vida, un desplazamiento sobre la superficie a un ritmo determinado. La música non-stop motiva al fluir del movimiento, donde las parejas bailan, se tocan y se intercambian sin siquiera cruzarse una palabra.

El espacio de la discoteca establece una nueva relación de los cuerpos. Explicita la fisicalidad de las relaciones homosexuales, pone en juego la estética, el brillo, el show. Bailar, moverse bien en la pista es un valor supremo, no por el simple hecho de bailar en sí mismo, sino por lo que eso significa a nivel de las relaciones. Un bailarín está cómodo con su cuerpo, fluye, es dinámico y está rodeado de la mística del encantamiento sin pronunciar ni una sola palabra. Las drogas sólo son una forma más de renunciar a la razón para poner en su lugar a la sensibilidad, literalmente, a flor de piel. Como la conversación que el narrador oye en una librería: “Pero el intelecto no te puede ofrecer ninguna razón para vivir –arguyó su compañero-. Eso ha de salir del corazón. No hay razón que justifique per se la vida. La gente actúa movida por el corazón, no por el cerebro. No hay razón para vivir”.

Los bailarines son actores de teatro de improvisación, actúan sin guion, se desplazan en un escenario que es la ciudad entera. Como si fuera alquimia, equivalencia de intercambio, sacrificar trascendencia por superficie pone el reloj a correr. Vivir, encontrar una identidad, defenderla, ganar un terreno supone, de la manera que sea, poner la vida en juego. La ciudad, con su ritmo nocturno incansable, se alimenta de sus visitantes para mantenerse viva. Conquistarla es abandonar toda fe de un amor eterno. Entrar en su ritmo, sin las concesiones de la moral hogareña burguesa, es verse enfrentado a los ojos de Baudelaire cuando la fugacidad le arrebató el amor en el poema “A una pasante”.

Bibliografía

-Burroughs, William, Queer, Barcelona, Anagrama, 2002

Holleran, Andrew, El danzarín y la danza, Barcelona, Argos Vergara, 1981.

-Melo, Adrián. El amor de los muchachos: homosexualidad & literatura. Buenos Aires, Ediciones LEA, 2005.

-Vidal, Gore, La ciudad y el pilar de sal, España, Grijalbo Mondadori, 1997.

-Webster Cory, Donald. El homosexual en Norteamérica. México, Compañía General de Editores, 1969.

Sobre el autor:

Alan Ojeda (1991) Cursó el CBC en el 2009. Es Licenciado en Letras (UBA), Técnico superior en periodismo (TEA) y se encuentra cursando la maestría en Estudios Literarios Latinoamericanos en la Universidad Nacional Tres de Febrero. Es docente de escuela media, periodista e investigador. Coordinó los ciclos de poesía y música Noche Equis y miniMOOG, y condujo el programa de radio Área MOOG (https://web.facebook.com/area.moog); colabora con los portales Artezeta (www.artezeta.com.ar), Labrockenface (www.labrokenface.com), Danzería (www.danzería.com), Kunst (http://revistakunst.com) y Lembra (http://revistalembra.com). Es editor de Código y Frontera. Publicó los poemarios Ciudad Límite (Llantodemudo 2014), El señor de la guerra (Athanor 2016) y Devociones (Zindo&Gafuri 2017). Actualmente se encuentra realizando investigaciones sobre literatura y esoterismo.

Quick Film Review: El largo verano de la teoría (Der lange Sommer der Theorie)

Resumen:

Berlín, verano del 2016. En la última casa perdida en tierra de nadie, detrás de la nueva estación ferroviaria Nola, Katja y Martina comparten su vivienda y conforman una pequeña comuna de artistas. Pero se les acaba el tiempo, ya que pronto se edificará en este lugar el emprendimiento de desarrollo urbano Europacity. Las jóvenes mujeres pasan los últimos días en su departamento siguiendo su modesto estilo de vida, hasta que Nola decide hacer una película para indagar sobre este cambio de era.
Puesta en escena como ensayo teatral discursivo, El largo verano de la teoría aborda un gran número de cuestiones en torno al feminismo, al espacio público, a la gentrificación, a la teoría y la práctica.

El largo verano de la teoría sigue el día a día de Martina (una fotógrafa), Katja (una actriz) y Nola, la más jóven del grupo, que se dedica a entrevistar personas para su película. Como otras películas de la productora de Heinz Emigholz Filmgalerie 451, El largo verano es bastante pretenciosa. A pesar de eso, en comparación con otras películas pretenciosas, es jovial y llevadera. En parte debido a que dura solo 82 minutos y en parte porque sus diálogos son ingeniosos y entrevista a diferentes pensadorxs de la vida real que viven en Berlín.

Las entrevistas resultan interesantes, así como el hecho de que las entrevistas completas puedan verse en la página de Filmgalerie 451. Esto nos hace preguntarnos si las entrevistas forman parte de la película, o la película es un anexo de las entrevistas. Lxs entrevistadxs incluyen a : Jutta Allmendinger, Rahel Jaeggi, Lilly Lent, Andrea Trumann, Carl Hegemann y Philipp Felsch. Éste último, por cierto, es el autor del libro homónimo Der lange Sommer der Theorie, el nombre con el que se refiere al período de revueltas entre 1960 y 1990.

“Theorie ist selber eine Praxis”. Uno de los temas que discute Felsch con Nola en su charla es el rol de la lectura y la escritura en las universidades, donde Felsch remarca que el nuevo enfásis puesto en la escritura (publish or perish, etc). En este sentido, la película misma tematiza el problema de la teoría y la praxis. Ahora bien, muchas veces el exceso de teoría lleva a consecuencias poco felices como es la ironía fílmica. La ironía fílmica nos lleva a reflexionar sobre todo. Todo es una parodía, todo enunciado debe entenderse como incluyendo su opuesto. El film tematiza la teoría, tematiza el tematizar la teoría. El exceso de “meta-niveles” crea un entramado opaco que termina opacando todo pensamiento crítico. En los 70 el cine-teoría no era una rareza, pero la teoría era asumida como teoría y no como meta-teoría. Pasolini es teórico pero no es irónico. Incluso Godard, a pesar de ser un teórico, sabía cuando dejar paso a la imagen.

Si estamos en el invierno de la teoría es porque nos cuesta comprometernos con una teoría del cine. La película de Irene von Alberti habla constantemente de la necesidad de una revolución. Lo pone sobre todo en boca de Nola, la jóven idealista. Así, pareciera que intenta utilizar el cliché una vez más en busca de ironía. En vez de asumir ella misma el lenguaje de la revolución, lo pone en boca de la jóven idealista.

Es cierto que la película da lugar a las voces de lxs pensadorxs y ese gesto intenta tomar en serio la teoría. El problema es que que la escenificación transforma a esa meta-teorización en ironía. Quizás esxs filósofxs deberían ser personajes dentro de la película, en lugar de elementos externos. Es la ficción, pues, la que podría salvar a la teoría.

Mirar la maternidad a través de las fotografías de la serie New Mothers de Rineke Dijkstra

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Maniobras: las políticas internacionales que militarizan las vidas de las mujeres

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Un hombre se mira al espejo, y dice: “Mascota, ven aquí”

Sobre Los cuerpos del verano de Martín Castagnet

por Alan Ojeda

Este trabajo podría empezar así. Un hombre se mira al espejo, y dice: “Mascota, ven aquí”. A su cuello hay atada una correa que, a su vez, está enganchada en su mano. Acto seguido sale a caminar. Como un Golden Retriever, camina libre, paseándose a sí mismo. Sin embargo, no escapa ni se va demasiado lejos. A la vuelta de la esquina está, quizá, el verdadero dueño de la correa. Sin embargo ese dueño es “[…] traslúcido, inestable, viscoso” (Castagnet, 2012: 20). Como señala el narrador de Los cuerpos del verano (2012), de Martín Felipe Castagnet: “Mientras lo digo imagino una medusa. Millones de algas protegidas para siempre dentro de la campana de la medusa” (Ibídem). Este dueño parece una versión despersonalizada de Yivo, el extraterrestre planeta con genitáculos1 de la serie animada Futurama, puesto que ya no hay un poder central que ejerza el dominio, sino un habitar en un gran organismo. La relación entre el hombre y esa medusa es de co-dependencia.

Este trabajo pretende realizar un análisis de los problemas de las homeotecnologías (Sloterdijk: 2000) en relación con el mercado a través de la lectura una novela contemporáneas del escritor argentino Martín Felipe Castagnet: Los cuerpos del verano (2012). Esta ficción nos permitirá desarrollar posiciones estratégicas y reconstruir una ontología trascendental a partir de la cual plantear nuestro vínculo con el mundo y nosotros mismos frente al actual estado de la técnica.

Mercado, cuerpo e identidad

Si pensamos en estas novelas como lo que Josefina Ludmer llamó “ficciones especulativas”2, Los cuerpos del verano nos ofrece la experiencia de un mundo “post-humanos” o “ciborg”, donde podemos pensar el devenir de lo humano en una nueva etapa de la tecnificación de la vida. En esta novela la tecnología permite a los muertos entrar en un “estado de flotación” en internet, mientras su familia o el Estado (en algunos casos) les consiguen un nuevo cuerpo donde ser “quemado”3. Cada cuerpo puede ser quemado tres veces. Mientras tanto, el mercado de cuerpos ofrece una gran gama de posibilidades: cuerpos de todas las edades, cuerpos para satisfacer fetiches raciales, cuerpos de animales, etc. Para mantener el orden, existe un registro llamado Koseki4 que se encarga de mantener documentada a qué “identidad” designada por el Estado pertenece cada cuerpo, por si es necesario averiguarlo. Estado y mercado parecen fusionados. De esta manera, esta novela nos ofrece un panorama sobre múltiples temas: identidad, mercado, tecnología, poder y límites de la experiencia, entre otros.

Como señala Daniel Link en el prólogo de Escalera al cielo: “Mientras la literatura gótica interroga la muerte, la ciencia ficción se pregunta por la vida y sus posibilidades”. Sin embargo, el hecho pensar estas posibilidades se han visto dificultado por vestigios de una consciencia humanista que se niega a aceptar como positivos los devenires que considera “no-humanos” o artificiales, como los embodiments, modificación genética y la cibernética5, bajo la experiencia paranoica de “El Control”. Gran parte de las lecturas actuales, como señala Sloterdijk en “El hombre operable”, continúan personificando al Capitalismo, pensando en términos de una dialéctica de amo-esclavo y oponiendo lo natural a lo artificial:

La histeria, de hecho, consiste en la búsqueda de un amo contra el que poder alzarse. No se puede descartar que el efecto ‘amo’ esté en proceso de disolución, y subsista más que nada como el postulado del esclavo fijado en la rebelión, como izquierda historizada y humanismo de museo. En contraste, un principio de ala izquierda con algún signo de vitalidad debería reinventarse constantemente por medio de la disidencia creativa, así como el pensamiento del homo humanus sólo puede mantenerse en resistencia poética contra los reflejos metafísicos de la humanolatría. […] (Sloterdijk, 2000: 4)

A lo que agrega:

[…]Si ‘hay’ hombre es porque una tecnología lo ha hecho evolucionar a partir de lo pre-humano. Ella es la verdadera productora de seres humanos, o el plano sobre el cual puede haberlos. De modo que los seres humanos no se encuentran con nada nuevo cuando se exponen a sí mismos a la subsiguiente creación y manipulación, y no hacen nada perverso si se cambian a sí mismos autotecnológicamente, siempre y cuando tales intervenciones y asistencia ocurran en un nivel lo suficientemente alto de conocimiento de la naturaleza biológica y social del hombre, y se hagan efectivos como coproducciones auténticas, inteligentes y nuevas en trabajo con el potencial evolutivo. (Ibidem)

Por ejemplo, es inútil oponer, en términos de control y organización de las formas-de-vida, Mercado y Estado, ya que el estado es el garante del correcto funcionamiento del sistema. En última instancia podríamos, establecer formas de interacción: o el Mercado impone axiomáticas al estado, o el Estado impone axiomática al funcionamiento del mercado.

Estos problemas pueden observarse claramente en Los cuerpos del verano, que se inscribe dentro de una hipótesis liberal, donde el mercado es el que ofrece (aunque con las limitaciones que le son propias) líneas de fuga, exploración y desterritorialización a través de la venta de cuerpos y producción de órganos sintéticos que permiten prolongar y hasta abolir la muerte, mientras el Estado ocupa un mínimo rol de organizador de información y clasificación, re-territorializando las identidades-consciencias en un registro de cuerpos, el registro Koseki, e imponiendo unas mínimas leyes para el funcionamiento del uso de los cuerpos. De hecho, el mercado pena la pulsión de la “mismidad”. Dentro de la novela hay un grupo de personas llamados “panchamas”, palabra que designa a los seres que han decidido ser “quemados” en su antiguo cuerpo. Los panchamas son vistos por la sociedad como seres de mala suerte, sucios y similares a los animales. Esto implica pensar nuestras posibilidades, como lo hace Mark Fisher en Realismo Capitalista, a través de la frase de Tatcher: “No hay salida”. Partir de esta idea significa desarrollar una teoría inmanentista de la apropiabilidad de las condiciones materiales de existencia. No hay ahora (y quizás nunca la hubo desde el comienzo del proceso de globalización) alternativas de construcción identitaria fuera del mercado. Por ejemplo, en Los cuerpos del verano hay dos posibilidades de disolución de la identidad que ofrece la nueva organización de lo viviente. La primera es el estado de flotación donde “Una persona dentro de la red puede convertirse en un Buda, si evita las redes sociales y la pornografía” (Castagnet, 2012: 37). La segunda es resultado del pasaje de la consciencia de un cuerpo a otro. El ejemplo más claro es el de Rama, el narrador y personaje principal que, a lo largo de la novela habita en el cuerpo de una mujer gorda entrada en años, un africano joven y, por último, un caballo. Al final de la novela, en su “devenir-caballo”, el narrador dice:

Vera me llama “papá”. Gales me llama “abuelo”. Septiembre me llama “Ramiro”. Los chicos me llaman “Rama”. Cuzco continúa llamándome “señor”. Puedo oler cómo se disuelve mi ego. Los demás caballos no tienen un nombre para mí. El último miembro fantasma desaparece. (Idem: 114)

Es por eso que, para re-pensar nuestra relación con el mercado y “lo artificial” o la técnica, es necesario reconstruir una trayectoria del desarrollo tecnológico que exponga nuestro papel en relación a sus cambios, de la misma manera que Eric Sadin propone una “antrobología”, es decir una antropología-robótica en su libro La humanidad aumentada. En este caso, Peter Sloterdijk nos ofrece dos términos que nos ayudan a orientar esta reflexión: alotecnología y homeotecnología.

Las alotecnologías son aquellas tecnologías que necesitan violentar la materia para modificarlas. De alguna manera se orienta a la visión de la técnica utilizada hasta Heidegger. La alotecnología engloba desde un martillo hasta la bomba atómica: la técnica como un método que destruye para re-crear. Por otro lado, la homeotecnología surge desde el momento en el que “hay información”, es decir, datos objetivos sobre la materia, lo que permitiría aprovechar esa información para modificar la materia sin violencia. Un claro ejemplo es la manipulación genética, donde materia y forma no son dos elementos opuestos, sino que existe una única cosa: materia informada. Ese “hay información” implica un conocimiento objetivo que el hombre sufre como vejación (una nueva vejación a las tres que ya había señalado Freud) ya que se trata de una experiencia a-subjetiva. Incluso, podríamos pensar que el devenir-Buda en el estado de flotación, está relacionada directamente a esta circunstancia. La consciencia búdica en estado de flotación, libre de los límites corporales, casi indescriptible en términos humanos, es resultado directo de esa experiencia a-subjetiva, de estar en el flujo donde “hay información”. Asumir la condición ciborg implica pensar nuestra condición como hijos bastardos del capitalismo:

El ciborg se sitúa decididamente del lado de la parcialidad, de la ironía, de la intimidad y de la perversidad. Es opositivo, utópico y en ninguna manera inocente. Al no estar estructurado por la polaridad de lo público y lo privado, define una polis-tecnológica basada parcialmente en una revolución de las relaciones sociales en el oikos, la célula familiar. […] A la inversa de Frankenstein, el ciborg no espera que su padre lo salve con un arreglo del jardín (del Edén), es decir, mediante la fabricación de una pareja heterosexual, mediante su acabado en una totalidad, en una ciudad y en un cosmos. El ciborg no sueña con una comunidad que siga el modelo de la familia orgánica aunque sin proyecto edípico. El ciborg no reconocería el Jardín del Edén, no está hecho de barro y no puede soñar con volver a convertirse en polvo. […] Su problema principal, por supuesto, es que son los hijos ilegítimos del militarismo y del capitalismo patriarcal, por no mencionar el socialismo de estado. Pero los bastardos son a menudo infieles a sus orígenes. Sus padres, después de todo, no son esenciales. (Haraway, 1984: 4)

De esta manera, la tecnología no aparece como un simple método de control cada vez más sutil, sino como el ecosistema propio del ser humano que ha desarrollado nuevas formas de conocerse a si mismo y modificarse. Dentro de esta hipótesis liberal que nos ofrece Los cuerpos del verano, donde la única limitación real es el tipo de cuerpo al que podemos acceder gracias a nuestro poder adquisitivo, lo que se pone en juego es nuestra inteligencia creativa, es decir la posibilidad de operar sobre esas limitaciones. Muerta la idea de un “poder-central”, que organiza y vigila, al que oponernos, cuando las relaciones de poder se transforman en esa gran medusa que todo lo envuelve, el paso que debe asumir el individuo es el de la auto-producción. La tecnología es la piel que habitamos (“[…] observaba mi batería por primera vez, enchufada a mi cuerpo como una correa entre el perro y su amo”) (Castagnet, 2012: 11) y, por lo tanto, ya no hay una relación de sujeto vs objeto, donde uno se resiste al otro, sino todo lo contrario. Incluso, podríamos pensarlo en los términos de otro autor de ciencia ficción, Cordwainer Smith, como un “Proyecto de complementación humana”, idea que dio lugar al argumento principal de la serie de animé Evangelion, que también es uno de los materiales con los que trabaja la novela6.

Cuando Rama, el narrador dice que la tecnología “no es racional; con suerte es un caballo desbocado que echa espuma por la boca e intenta desbarrancarse cada vez que puede. Nuestro problema es que la cultura está enganchada a ese caballo.” (Idem: 32) exhibe, todavía, esos restos del pensamiento humanístico en los que la tecnología es una esfera separada de la cultura. Mientras concibamos nuestro ser-tecnológico como una esfera separada de lo humano y de la cultura, nos encontraremos desbarrancando. Asumirse ciborg implica entender que nosotros somos el caballo, la tecnología y la cultura. Es sobre esa premisa que nos volvemos, a un nuevo nivel, dueños de nosotros mismos y capaces de operar sobre nosotros como máquinas. Esto supone, antes que nada, la necesidad de una pedagogía tecnológica, la necesidad de devenir tecnólogos para poder pensar como verdaderos humanistas. Si el artificio es el lugar en el que habita el hombre (incluyendo ahí su conceptualización de eso que llama “naturaleza”), esta nueva variable halotecnológica hacia la que avanzamos rápidamente debe pensarse como un nuevo punto para pensar los nuevos límites de nuestra libertad y nuestras nuevas responsabilidades sobre este cuerpo-máquina hijo bastardo del mercado.

La identidad ya no es lo que era

En Starmaker (1933), la hermosa novela de ciencia ficción del inglés Olaf Stapledon, una consciencia logra alcanzar el estado de “consciencia universal” a través de un proceso similar al que podemos ver en Los cuerpos del verano: la consciencia del narrador descubre que puede despegarse de su cuerpo, y comienza a viajar en el tiempo-espacio hasta otros planetas y galaxias. En ese proceso también descubre que puede habitar cuerpos y experimentar nuevas sensaciones mientras dialoga con la consciencia del dueño original del cuerpo. Tarde o temprano las consciencias se fusionan y salen a buscar nuevos cuerpos. La capacidad de conocer lo diferente reside, principalmente, en la experiencia corporal, en el “habitar un cuerpo”. Esto quiere decir que el cuerpo aún posee una potencia irreductible para el conocimiento y que la experiencia de la consciencia depende, en parte, de él. Pensar lo contrario es, en cambio, volver a los viejos postulados cartesianos de res cogitans y res extensa. El cuerpo es una frontera, al mismo tiempo un límite y un punto de contacto, lo que nos sugiere que no hay solución en pensamientos o posiciones binarias, sino que se piensa dentro o en los límites del problema. En este caso, la novela nos ofrece la posibilidad de una superación de la identidad por dos vías. La primera es la vía ascética a-subjetiva, el estado de privación senso-corporal a través del “estado de flotación” donde, como en la película Her (Spike Jonze 2013), la consciencia como serie de datos con determinados principios y parámetros se somete al camino hacia el conocimiento absoluto gracias a la información disponible en la red. La nostalgia de este estado etéreo es lo que tensiona a los cuerpos “quemados” luego de un periodo largo de flotación: “[…]el periodo de abstinencia a internet luego del estado de flotación puede ser duro” (Idem: 13). La otra vía es la que podríamos denominar como “nomadismo somático”, a través del cual el individuo multiplica sus niveles de comprensión y sensibilidad con cada nuevo cuerpo habitado, tensionando su identidad hasta la disolución.

Como señalan Deleuze & Guattari en “Año 0”, en Mil Mesetas, la “rostridad”, el hecho de tener un rostro identificable, es decir una identidad, se encuentra directamente relacionada con las necesidades de organización estatal. Uno posee una identidad no tanto porque la desee (deseo que se crea posteriormente) sino porque necesita ser identificado. Si bien en un principio esta fue una condición sine qua non para organizar el mercado, podríamos decir que, actualmente, se ha cumplido el deseo de Friedrich von Hayek, como señala Josefina Ludmer en Aquí América Latina, es decir que el mercado se ha transformado en el único espacio-tiempo posible. Si antes la identidad era una cuestión de estado para organizar y ejercer el poder, ahora, flota como un bien dentro del mercado. Uno puede comprar un cuerpo y, por lo tanto, la experiencia de ese cuerpo. De lo contrario ¿Por qué penaría la sociedad la re-utilización del cuerpo propio si no fuera porque es necesario que así sea para mantener el tráfico de cuerpos en el mercado? En el sistema actual y hacia el cual nos dirigimos, nuestra única identidad es la de usuarios o consumidores, ambas dominadas por algoritmos. Entre esos algoritmos se encuentran nuestros deseos de identidad.

La novela de Martín Felipe Castagnet, Los cuerpos del verano, nos permite pensar el problema de la identidad desde una nueva perspectiva. El ciborg, nuestra condición actual como habitantes del mundo ¿Puede decir “yo soy” o es simplemente un choque heterogéneo de agenciamientos post-genéricos y post-identitarios? ¿Es la identidad una ficción tan comercializable como los best-sellers? ¿Qué hacer entonces? ¿Hay alguna resistencia que ejercer? ¿Contra quién? ¿Debemos optar, como los Panchamas, a pudrirnos con nuestro cuerpo mientras dure y quedar al margen del mercado o debemos superar la nostalgia humanista para aceptar nuestro futuro en un sistema homeotecnológico? En este caso, Los cuerpos del verano nos dice, nuevamente, que no hay salida. Ya es hora de mirarse al espejo, ponerse la correa y sacarse a pasear hasta que no nos interese si hay o no un dueño esperándonos a la vuelta de la esquina.

Notas

1 Los genitáculos son tentáculos con fines reproductivos.

2 “La ficción especulativa (un género moderno global, y en este momento latinoamericano, que hoy parece ser más fantasy que ciencia ficción) inventa un universo diferente del conocido y lo funda desde cero. También propone otro modo de conocimiento. No pretende ser verdadera ni falsa; se mueve en el como si, el imaginemos y el supongamos: en la concepción de una pura posibilidad” (Ludmer, 2010: 10)

3 N de A: El verbo quemar es el mismo que se utiliza hacer referencia al acto de grabar CDs o DVD´s.

4 El Koseki o Registro Familiar es, en la vida real, el registro más antiguo del mundo; durante más de un milenio, el gobierno japonés ha registrado los momentos más importantes en las vidas de todas las familias del Japón. El actual sistema de registro familiar se adoptó poco tiempo después de la restauración del Meiji en 1868. Actualmente, el Ministerio de Justicia usa el Koseki para registrar familias, seguir el rastro de nacimientos, matrimonios, muertes, convicciones criminales, etc.

5 Para profundizar sobre la noción de cibernética, leer La hipótesis cibernética de Tiqqun

6 https://revistatonica.com/2012/12/17/la-mitad-de-mi-novela-la-robe-de-evangelion/

Bibliografía

CASTAGNET, Felipe Martín, Los cuerpos del verano, Factotum, Argentina,2012

-HARAWAY, Donna, “Manifiesto Ciborg” (Versión digital https://xenero.webs.uvigo.es/profesorado/beatriz_suarez/ciborg.pdf)

-LUDMER, Josefina, Aquí América Latina, Eterna Cadencia, Argentina, 2010

-SLOTERDIJK, Peter, “El hombre operable” (Versión digital http://www.oei.org.ar/edumedia/pdfs/T12_Docu1_Elhombreoperable_Sloterdijk.pdf)

Sobre el autor:

Alan Ojeda (1991) Cursó el CBC en el 2009. Es Licenciado en Letras (UBA), Técnico superior en periodismo (TEA) y se encuentra cursando la maestría en Estudios Literarios Latinoamericanos en la Universidad Nacional Tres de Febrero. Es docente de escuela media, periodista e investigador. Coordinó los ciclos de poesía y música Noche Equis y miniMOOG, y condujo el programa de radio Área MOOG (https://web.facebook.com/area.moog); colabora con los portales Artezeta (www.artezeta.com.ar), Labrockenface (www.labrokenface.com), Danzería (www.danzería.com), Kunst (http://revistakunst.com) y Lembra (http://revistalembra.com). Es editor de Código y Frontera. Publicó los poemarios Ciudad Límite (Llantodemudo 2014), El señor de la guerra (Athanor 2016) y Devociones (Zindo&Gafuri 2017). Actualmente se encuentra realizando investigaciones sobre literatura y esoterismo.

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Filipina Feminism and Spaces of Representation: Interview with Gantala Press

Gantala Press is an independent, Filipina feminist press founded in 2015. It publishes essays, zines (see our previous entry), poetry, cookbooks and comix. Their work is beautiful, and also a beautiful example of how collective knowledge produced outside the big centers of power can help to build rhizomatic and transformative alliances. As they describe themselves here:

“We challenge literary standards by engaging in feminist work. Gantala Press began as a feminist, literary press that sought to respond to the lack of spaces for and about women. Eventually, feminist work lead us to the streets, to volunteer work and collaborations with mass organizations for peasant women. Feminist work is first and foremost political. We became political activists who recognize the role of women in the economy and in agricultural production, as mothers, farmers, laborers, and mass leaders.”

We had the pleasure to talk with Faye Cura, founding member of Gantala, who took her time to carefully answer all my annoying questions. I hope you enjoy the interview and if you want to support Gantala, there any plenty of ways to do it: https://gantalapress.org/support/ and https://gogetfunding.com/gantala-press-feminist-bookstore/

Nepantla: First of all, tell me a little bit about how Gantala Press started in 2015. On your blog you tell about how you were searching for a publisher for your poems but you found none. Then you had the idea of making your own women’s press and you started by making a call for contributions in facebook. Was it hard to get it printed? Where did you distribute it? Were you already interested in zines? Or zines came after?


Faye Cura: It was challenging to raise funds for printing the book and paying our contributors a small honorarium. But raise funds we did, by holding art and writing workshops and using some of our personal money as capital. From the very beginning, we’ve decided to distribute our books through small channels such as independent bookstores, and directly in small press fairs. We could not afford the consignment fees in the big bookstores or the booth fees in the large book fairs, not to mention that we were driven/are continue to be driven by ideological/political reservations against mainstream publishing.
In the beginning, we were interested in zines as readers, but not as creators. Our third publication, a cookbook of Meranao food, was a zine before it was printed offset as a small book, mainly because we lacked the time to have it printed offset. Now, we make all sorts — books which we register at the National Library, chapbooks in collaboration with other organizations, zines. We’ve even started to venture into making cloth books or embroidered zines.


N: You are working with fanzines and books. Books have sometimes a special status. They are more “sacred” than fanzines (this is for example what happens in philosophy). How do you move between these two spaces (we could call it “sacred”-“profane”)? It is important to get to be part of the establishment or the mainstream market? How do you deal with that paradox (to reach a big public you have to sell yourself to the mainstream industry and so on)?

FC: We don’t really distinguish between books and zines, except in practical terms such as: it takes longer & more money to produce a book while zines can be produced within a day. I think that moving outside the mainstream is precisely what gives us this creative freedom. No, it is not important to be part of the establishment. In fact, we are always careful to stay out of the mainstream and its trappings — mentorship/patronage, expertise/”mastery”/gatekeeping, capitalism/capitalist cooptation, things that exclude many people & communities from important discussions & historicizations. Besides, we literally could not afford to supply the mainstream market with our books. We can only afford to print a few hundred copies at a time.


N: Is there some specificity of Filipina feminism/s? I mean, what are for you the special features of those feminisms?


FC: Many of today’s generation of Filipina feminists are still able to identify with the different “schools” of (western) feminism, because that’s what’s prominent in social media & pop culture (especially liberal feminism). Meanwhile, the older ones seem tired. As for the collective, we are always trying to define & redefine what feminism is for us, always trying to find its place within the people’s movement and the women’s movement in our country.
But in a larger sense — if we’ll insist on using the qualifier “Filipina” — Filipina feminism, which includes the feminisms of Filipinas abroad, struggles against bureaucrat capitalism, feudalism, imperialism — which remain our biggest enemies as a people — and colonialism, which was what entrenched these enemies in our culture & history. Our long history under Spanish and then US rule has embedded our people firmly within the class struggle, which as we know, like most countries in the world, places a few forces in power at the expense of the majority. In the Philippine women’s movement, it seems that patriarchy has still not been identified as an enemy like the others. Of course, this is because people falsely equate patriarchy with men, rather than see it as a structure.

N: On the blog, you write:
“After all, to publish is, first and foremost, to make things public. With feminist publishing, as with exhibition making, we try to widen what we call spaces of representation, to create new subjectivities or empower them. We do this through direct participation rather than through mediation, which are both processes or approaches in creating art. Mediation will bring about statements like, “I will speak for the oppressed” or, “I am the voice of my generation.” We at Gantala Press try to directly engage with issues and not simply mediate.”

This is very interesting. I like that Gantala is also defined as “Small Press Activism”. In this sense, maybe “mediation” can’t be avoided, but at least it is a co-mediation. Because you also are transformed in this process. Can you tell us some of your favourite reactions of readers of writers after reading some of the publications?

FC: For us, the best feedback is receiving a new set of poems from a peasant woman whose works we had anthologized before. For her to entrust us with her writings, to let us publish them, is a great gift. The next best thing is learning that our books & zines are being taught in literature classes in universities. For the longest time, the curriculum &, by extension, the “literary canon” consists of writings by educated or professional writers, even if the texts are about the people’s struggles. Not to mention that most of these writers are men. So to really hear from the women workers or farmers themselves, to read their words, to have to ask friends from the other islands to translate their works in order to understand the texts, is quite disruptive of the formal educational system & thus, is full of possibilities.

We also always receive small gifts from fellow creators — a zine they made or a class paper they wrote about Gantala Press, or their own artworks or publications. Likewise, we were pleasantly surprised by the support we’ve received for the feminist library/bookshop that we plan to open soon. We continue to receive book & cash donations even now that everything is suspended!

N: There are many languages in the Philippines and Gantala does some multilingual editions. Tell me a litte bit about the relation between your activism and language.

FC: We have always been conscious of how language is power, how people or institutions control language & therefore control information & therefore, hold the power. In the Philippines, Filipino, which is Tagalog-based, became the “national language” because the government people who determined these things before were Tagalogs. But many Filipinos speak the other major languages too, such as Ilocano and Visayan. & there are many hi/stories & worldviews submerged in these languages, even in the languages of the minorities or the dying & extinct languages.
The recipes in the Meranao cookbook are written in Meranao because that was how the author learned the recipes. But it was also a way of documenting the language & culture that were truly on the verge of disappearing after the 2017 Siege that destroyed the city. There was also a glossary of Meranao terms & names, for documentation as well. For our next zines, we let the union workers from Mindanao and the peasant women in Cavite write their narratives in the language they were comfortable in. Some of the farmers also literally told their stories (they could not write), which we transcribed. Those were their worlds, their worldviews, which we had no right or business tampering with.
We collectively write our statements on social issues in English and Filipino. As language is shared, so is authorship & action.

N: I also wanted to ask about your next projects.

FC: We were really planning to open a feminist library/bookshop but the pandemic happened. We still hope to push through with this soon, & so are really grateful for the donations. We have a lot of things planned for the space: exhibitions by women artists, workshops, discussions.

Publications wise, we are helping a progressive female religious congregation document its history in the Philippines; putting together a casebook of gender-based violence narratives with the Commission on Human Rights; launching a poetry collection. We’re also working on several poetry & prose zines as well as preparing to join or organize a couple of art exhibitions.


N: Publishing something in the margins (I would say that in this regard, the case of Philippines and Argentina are probably similar) is a hard task. Do you have any advice for someone who would like to start a little Press somewhere in the world?


FC: It should be something that you love, so that you will never tire of doing it & never fear to make changes if changes need to be made. Like all things that are alive, publishing is a work in progress.

N: And an unavoidable question during these times: how are you dealing with the quarantine? What are you reading? The landscape that you describe in your blog (Durterte’s militarization and so on) is scary. Please stay safe!



FC: For now, we are strengthening ourselves under quarantine, cooking & eating healthy & taking the time to rest & doing our personal projects or spending time with our families. Our group shares fermentation & no-bake cake recipes, struggles with motherhood & questions on activism, & COVID-related links in our chat box on Facebook. We are also helping the Amihan National Federation of Peasant Women raise funds to provide relief to peasant families in the countryside. For a minimum donation of Php 500, you get a link to download the PDFs of five of our zines: one on the Marawi Siege, one on banana plantation workers, one on revolutionary women & their astrological signs, one on the so-called Drug War, & one on romance.

I am reading China Mieville’s October & Heidi I. Hartmann‘s classic essay, “The Unhappy Marriage Between Marxism & Feminism.”

Please stay safe, too! Thank you again for this interview, I enjoyed it a lot 🙂

N: Thank you a lot!

(All images are taken from https://gantalapress.org)

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L’enfant en acte – L’adulte en puissance dans la filmographie de René Laloux

L. Prieto Ueno

Plusieurs films de René Laloux s’inscrivent dans une lignée qui met en scène un enfant-orphelin plongé dans une aventure extraordinaire. Figure récurrente dans la littérature de science fiction, dont ce réalisateur s’est inspiré pour créer ses scenarios, elle occupe une place centrale dans ses deux premiers long-métrages, La Planète sauvage (1973) et Les Maitres du Temps (1981), ainsi que dans son court-métrage La prisonnière de 1985.

Le présent travail propose une réflexion autour de la figure de l’enfant et de comment ces multiples significations enrichissent les interprétations de l’œuvre du réalisateur. L’étude sera abordée à partir les personnages de Terr et Piel dans les deux films mentionnés auparavant, pour ensuite les confronter aux enfants-orphelins de Hayao Miyazaki. Enfin, en analysant les liens qui s’établissent entre l’enfant et l’adulte, on s’interrogera sur cette figure comme véhicule de l’idéologie du réalisateur.

L’héro orphelin

L’enfant a été souvent associé à l’innocence et à la vulnérabilité. Quand il est exposé à un monde où il est dépourvu de la protection de ses parents, comme les orphelins protagonistes des histoires de René Laloux, sa situation renvoie à une forme de solitude plus extrême, avec laquelle il est difficile de ne pas sympathiser. Le spectateur comprend immédiatement que la survie de l’orphelin est en jeu et qu’elle dépendra, en partie, de la chance de ses rencontres et surtout, de sa propre capacité d’adaptation. Tel est notamment le cas de Terr et de Piel, et dans une moindre mesure car le court-métrage n’est pas trop développé, des jumeaux qui arrivent à la cité du silence.

Bien que certaines scènes captent la relation de l’enfant émerveillé par la nature, les films ne cessent de remarquer le danger latent de l’environnement. Nous pensons, par exemple, au moment dans lequel Terr marche à côté des cristaux qui risquent de l’emprisonner, ou quand Piel explore la planète Perdide sans être guidé par un adulte. La situation d’être abandonnés dans une planète hostile, qui n’est pas originalement la leur, sans parents pour les protéger ou avec lesquels s’identifier, renforce l’isolement de ces personnages. Sur ce point particulier, il est intéressant de noter que dans le roman de Stephan Wul, Oms en serie, la disparition de la mère de Terr n’est pas énoncée, tandis que dans La Planète sauvage, c’est justement sa morte qui ouvre le récit. Cette modification, faite par le réalisateur, vient souligner la grande détresse, tant physique qu’émotionnelle, qui caractérise le personnage de Terr et plus tard celui de Piel, lorsqu’il perd son père dans les premières minutes de Les Maitres du Temps1.

Cependant, ces orphelins ne sont pas identiques. Terr est un enfant en révolte permanente, qui cherche dès le début à s’échapper de « sa mère de substitution », alors que Piel adopte rapidement l’œuf-interphone comme son tuteur. Terr est presque machiavélique dans sa relation avec sa propriétaire, de laquelle il profite pour avoir accès aux connaissances de Draggs ; Piel qui est au contraire, plus doux, peut-être plus proche de l’idée qu’un adulte se fait d’un enfant (même si un enfant est manipulateur dès le plus jeune âge), est attaché à son œuf parce qu’il a besoin d’aide et de compagnie.

Malgré ces différences, les deux enfants partagent le fait que leur survie dépende de leurs capacités à prendre de décisions sans guidage adulte. Piel désobéi à l’œuf-interphone lors qu’il s’aperçoit du danger dans la grotte dans laquelle il lui avait été ordonné de rentrer; Terr est méfiant du primitivisme des hommes et, affrontant la loi de son clan, il avertit ses rivaux de la « déshomisation ». Dans les deux cas, ce type d’acte subversif pendant leurs enfances2, seront ce qui déterminera leurs vies adultes. Délurés et indépendants,  ils deviendront respectivement un personnage clé de la résistance contre le Draggs, et le seul habitant d’une planète merveilleuse.

Leur apparence d’enfants vulnérables cache leur résilience. Orphelins de fait, mais aussi d’une idéologie qu’ils auraient pu hériter de leurs parents, ces personnages se construisent eux-mêmes en dehors d’un système de valeurs préétablis et deviennent, de cette façon, des adultes en pleine possession de leur liberté.

https://www.youtube.com/watch?v=O0uInFdJRUc

L’enfant libre, l’adulte responsable

Cela est peut-être la raison pour laquelle les enfants de La Planète sauvage et de Les Maitres du temps grandissent, contrairement aux enfants-orphelins des films de Hayao Miyazaki (réalisateur contemporain à René Laloux avec lequel il est souvent comparé). Les enfants de Laloux s’insurgent contre la domination dès leur très jeune âge et restent rebelles toute leurs vies. Il ne s’agit pas d’une attitude de révolte appartenant uniquement à la jeunesse, mais plutôt d’une façon de penser et de vivre pendant l’âge adulte.

D’autant plus, ces personnages ne sont pas les descendants d’une lignée royale avec des qualités hors du commun (comme la princesse Nausicaa, la princesse Mononoke ou Sheeta du château Laputa) sinon des gens ordinaires, portés par les circonstances. Des situations complètement accidentelles comme le faux contact du collier de Terr qui lui permet de « s’imprégner » des connaissances de Draggs, ou la communication que le Petit Piel peut avoir avec son Moi du futur ; les transforment en héros, malgré eux, et nous rappellent à quel point nous pourrions tous en devenir un.

Une dimension, si l’on veut, politique de la figure de l’enfant s’ouvre à nous à partir de cette réflexion. Pour Laloux « l’enfant s’amuse à découvrir le monde et lorsqu’il le découvre désagréable, rêve de le refaire » 3 ,alors que contrairement, « les adultes se détériorent rapidement »4. Le risque, donc, que l’humanité tombe sous l’influence d’une entité totalitaire qui écrase la capacité d’élection de l’homme en le menant vers sa propre destruction, est toujours latent. Pour faire face à cette menace, le réalisateur oppose son individu libre à l’état pur : l’enfant solitaire (ou bien l’enfant-orphelin). Que se soit une domination de la part de Drags de La Planète sauvage, du people de Xuls dans Les Maitres du temps, du Métamorph dans Gandahar ou bien de la propre nature monstrueuse de l’homme dans Les Temps morts, ce serait aux adultes de garder intact leur « désir de rêver » d’enfants, pour résister et se révolter.

Il n’est pas anodin que ce soient également les voix des enfants qui véhiculent les questionnements philosophiques dans Les Maitres du temps à travers les personnages de Yula et Jade (notamment quand la création de ces gnomes est due à Rene Laloux et non à Stephan Wul), ou bien que ce soit sur une image d’archive des enfants que la réflexion sur la nature violente de l’homme dans Les temps morts est lancée.

Compte tenu de cette dimension, l’enfant devient aussi un rappel de notre capacité de transformation de la réalité, qui entraine la responsabilité de le faire.

Conclusion

Il devient clair qu’a partir de cette figure, Laloux a su, non seulement, créer des personnages attachants, mais aussi élargir les problématiques développées dans ses films. Les enfants, étant porteurs d’une symbolique sociale préexistante, sont utilisés ici pour créer des héros tenaces, tout en restant en contact avec la profonde solitude qui les habite. Des personnages qui réussissent dans des conditions adverses, ils incarnent l’espoir de changement, de liberté et de lutte que caractérisait l’idéologie de René Laloux.

En considérant sa filmographie, il est évident que bien que sa production soit qualifiée de fantastique ou de science-fiction, elle est fortement ancrée dans la réalité et dans le contexte politique des années 60, 70 et 80. Dans ses portraits des planètes merveilleuses, de papier coupé et celluloïd, aussi surréaliste soient-ils, nous pouvons toujours entrevoir les ficelles invisibles qui les connectent avec notre monde.

BIBLIOGRAPHIE

Ouvrage sur la filmographie de René Laloux:

  • BLIN, Fabrice, Les mondes fantastiques de Rene Laloux, Chaumont France, Le Pythagore, 2004
  • KAWA-TOPOR, Xavier, Cahiers de notes sur la Planete Sauvauge, Paris, Les enfants de cinéma, 2005

Articles sur la filmographie de René Laloux :

  • CIMENT, Gilles, « Entretiens avec Rene Laloux : Né un 13 juillet » dans Positif, N° 412, juin 1995, p 90-95
  • GOIMARD, Jacques, « Présence de la science-fiction à propos du festival de trieste 1973 », N° 156, février 1974, p 58-61
  • ROUYER, Phillipe, « Bilan provisoire du court métrage français : L’animation à Marly-le-Roy », dans Positif, N° 343, septembre 1989, p 56-57
  • THIRARD, Paul Louis, « Gandahar : Du temps à revendre » dans Positif, N° 325, mars 1988, p 76-77

Ouvrage sur l’animation écrit par René Laloux:

  • LALOUX, René, Ces dessins qui bougent : Cent ans de cinéma d’animation, Paris, Dreamland, 1996.

Article sur Hayao Miyazaki écrit par René Laloux :

  • LALOUX, René, « Mon voisin Hayao » dans Positif, N 412, juin 1995, p72-79

Articles sur la filmographie de Hayao Miyazaki :

  • CIMENT, Gilles et CIMENT, Michel, « Entretien avec Hayao Miazaki », dans Positif, N 472, juin 2000, p 82-3
  • NGUYEN, Ilan, « Hayao Miyazaki : Profil d’une découverte » dans Positif, N 472, juin 2000, p. 90-92

Références internet

Entretien avec René Laloux :

Entretien avec Miyazaki et Moebius:

Article en ligne sur Roland Topor

Article en ligne sur la science-fiction

  • HOUGRON, Alexandre, « Monstres d’ici et d’ailleurs : pourquoi notre imaginaire est un bestiaire » dans Science-fiction et société sous la direction de HOUGRON Alexandre, 2000, p. 19-92, Paris cedex 14, Presses Universitaires de France, « Sociologie d’aujourd’hui », sur https://www.cairn.info/science-fiction-et-societe–9782130506423.htm-page-19.htm

FILMOGRAPHIE

Films écrits et réalisés par René Laloux

  • Les dents du singe, 1961, France, 11 min.
  • Les Temps morts, 1964, France, 10 min.
  • Les escargots, 1966, France, 10 min.
  • La Planète sauvage, 1973, France / Tchécoslovaquie, 72 min.
  • Les maitres du temps, 1982, France / Suisse / Alemagne de l’ouest / Royaume-Uni / Hongrie, 78 min.
  • La Prisonnière, 1985, France, 7 min.
  • Gandahar, 1987, France, 78 min.

Films écrits et réalisés par Hayao Miyazaki

  • Kaze no tani no Nausicaa, 1984, Japon / Etats Unis, 117 min.
  • Tenku no shiro Laputa, 1986, Japon, 125 min.
  • Tonari no Totoro, 1988, Japon, 86 min.
  • Porco Rosso, 1992, Japon, 94 min.
  • Mononoke Hime, 1997, Japon, 134 min.
  • Sen to Chihiro no kamikakushi, 2001, Japon, 125 min.

1 Ce film a été adapté par Rene Laloux du roman L’enfant de Perdide de Stephan Wul, ce qui pourrait signifier qu’il s’est inspiré de cet ouvrage au moment de l’adaptation d’Oms en série.

2 Terr est peut être adolescent à ce moment du récit mais il n’est pas encore un adulte.

3 LALOUX, René, entretien avec Luc Bernard, non daté, BNF-ASP dans GAUTHIER, Christophe, « Faire feu de tout bois. Topor et les industries culturelles » dans Sociétés & Représentations, N° 44, février 2017, p. 13-21

4 Ibid

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Preservación o destrucción: supervivencia y técnicas culturales de los Mundos Perdidos

por Alan Ojeda

Introducción

El “progreso” de la humanidad ha sido acompañado siempre por una emoción que parece dirigirse, de forma paralela, en sentido contrario del tiempo: la melancolía. Mientras más violento es el avance hacia ese futuro indeterminado, más fuertes son también las reacciones melancólicas y de resistencia que parecen ligarse al sueño de un origen común, un espacio de calma y descanso o, al menos, una tierra virgen donde el hombre pueda encontrarse cara a cara con el comienzo de la historia. Las ficciones de los Mundos Perdidos parecen poner en juego “la expresión colectiva de los anhelos y esperanzas de la cultura que la acoge y acompaña” (McConnell, 2002:131). Entre la utopía y la distopía, estos espacios necesitan de una lógica interna que permita que se mantengan en pie. Cada Mundo Perdido goza de un equilibrio previo a la aparición del visitante/aventurero, posible, en primera instancia, gracias al aislamiento físico del espacio. Este equilibrio puede dividirse, a su vez, en dos subtipos: natural (donde la naturaleza, no intervenida por el hombre, parece nunca haberse modificado) y cultural (sostenido por una serie de etno-técnicas que cumplen una función coercitiva y niveladora). Este trabajo tiene como fin analizar la lógica de esos equilibrios y su efecto frente a la intromisión del hombre. Para eso se trabajará con El mundo perdido de Sir Arthur Conan Doyle y Horizontes perdidos de James Hilton, novelas que plantean dos modelos antitéticos que permitirán dar cuenta de la fortaleza de un sistema frente al exterior.

Las barreras naturales

Uno de los elementos más obvios de estas ficciones es, quizá, la cuestión geográfica de la delimitación que permite la existencia de un Mundo Perdido. Se identifican tanto por la existencia de una barrera natural que dificulta su acceso (en cada caso la dificultad está directamente relacionada con los límites tecnológicos de la época), como por la ausencia de una cartografía oficial. Cada espacio se establece en un límite perfecto para la literatura fantástica: su cartografía es posible, verosímil y a la vez incierta. Ese espacio debe representar también una otredad total que, a su vez, posee una conexión oculta con el presente. Por ejemplo, en el caso de El Mundo Perdido de Conan Doyle, esa meseta ubicada en Sudamérica representa el pasado de la humanidad, su pre-historia; en cambio, en Horizontes Perdidos de James Hilton, Shangri-La, ubicada en el interior de un valle en las inmediaciones del Himalaya, es un espacio mixto que reúne tanto los tesoros culturales de la humanidad como habitantes de oriente y occidente, lo que implicaría una cultura sincrética capaz de eliminar las divisiones entre ambos hemisferios. Si bien ambos espacios se encuentran en zonas geográficas aisladas y representativas de la otredad, ambas tienen una profunda relación con el afuera.

Podría decirse que la idea de Mundo Perdido es también un arquetipo, es decir una de las tanas imágenes originarias constitutivas del “inconsciente colectivo” que son comunes a toda la humanidad. Estos lugares parecen pretender referir una relación atávica con el espacio edénico, intentando, a su vez, suturar los espacios de división natural. En el caso de Horizontes Perdidos, el mismo título parece señalar un límite geográfico, alguna vez real y palpable, ahora lejano y casi fantástico. El concepto de “horizonte” se encuentra extrañado de su connotación temporal habitual de “futuro”. En pocas palabras, pareciera expresar que el camino del hombre ha sufrido un desvío, y que el futuro ya no es lo que era. También puede entenderse en su literalidad más pura, que nos ofrece un significado igualmente significativo: “Línea donde parecen confluir la superficie terrestre y el cielo”.

Estas condiciones, que oscilan entre la indeterminación y la limitación (aunque parezca un oxímoron) son la primer barrea de supervivencia frente a las contaminaciones del exterior. Vale la pena agregar que la creación de estos espacios es, en su mayoría, obra del azar de la naturaleza (el hábitat de los Vril, Shangri-La, la meseta sudamericana). La naturaleza misma se transforma en gestora de sus propios templos, situación que se combina, usualmente con la voluntad conservadora de los participantes de cada civilización de preservarse, de convertir el terreno en hábitat, interioridad. Ese último movimiento de re-territorialización es el que denominaremos como “procesos etno-técnicos”.

En El Mundos Perdido podemos leer:

No creo que eso sea muy oscuro. Solo cabe una explicación. Sudamérica es un continente granítico. En este sitio debe haberse producido en una remota era un desnivel, como consecuencia de un sismo. Estos acantilados, debo señalar, son basálticos y, en consecuencia, plutónicos. Una superficie tal vez tan grande como Sussex fue levantada en bloque con toda su flora y su fauna, y cortada con precipicios perpendiculares, de una dureza que resiste la erosión. ¿Cuál fue el resultado de esto? Pues que las leyes ordinarias de la naturaleza quedaron en suspenso. Los diferentes factores que influyen en la lucha por la existencia en todo el mundo quedaron neutralizados. (Doyle, 2011: 41)

Challenger deduce una razón azarosa para la creación de esa meseta. La naturaleza parece haberse cerrado sobre si misma evitando todo tipo de cambio. Si ser es devenir, ser-en-el-tiempo, esta meseta no es, al parecer, parte de este mundo. La naturaleza parece ser capaz, incluso, de atentar contra sus propias leyes y crear un estado de excepción capaz de generar un ecosistema equilibrado que asegure su auto-preservación.

En el caso de Horizontes Perdidos es posible encontrar una construcción similar:

Era posible que fuese, pensó Conway, la vista montañosa más terrorífica del Universo, y se imaginaba la enorme tensión de la nieve y los glaciares, contra los cuales la roca desempeñaba el papel de un muro de contención gigantesco.

Al otro lado, la pared montañosa continuaba descendiendo casi perpendicularmente en una hendedura que debía haber sido el resultado de un terrible cataclismo ocurrido muchos cientos de años antes. (Hilton, 1983: 66)

En una primera instancia ambos Mundos perdidos gozan de las mismas propiedades primarias: difícil acceso, accidente geográfico y, el símbolo más notorio del aislamiento, muros. Sin embargo, una vez adentro, el lugar también posee cualidades conservadoras. Así como es difícil entrar, también lo es salir. Los Mundos perdidos se cierran como una planta carnívora. La preservación se simboliza mediante dos acciones: expulsión y captura.

En consecuencia, no va a ser su armazón geográfico el responsable del fracaso o éxito de las formas de vida que lo habitan, sino su lógica interna. Mientras que la meseta de El Mundo Perdido de Conan Doyle está habitado por formas de vida primitivas y dinosaurios, en la Shangri-La de Horizontes perdidos, de Hilton, nos encontramos con una sociedad sincrética que ha perdurado siglos gracias a sus técnicas culturales. Sin embargo, la existencia de una cultura anterior a la llegada de los frailes capuchinos a Shangri-La –sus habitantes practicaban la fe budista- plantea otro problema: ¿los resultados casi milagrosos de preservación, pre-existía a la llegada de los misioneros nestorianos? En el caso de El Mundo Perdido, ¿qué relación mantiene con los “conquistadores”?

Esto nos invita a reflexionar sobre qué es lo que sucede en estos espacios “al margen de las leyes naturales” (Siebers 1989:30) cuando, como en “El perjurio de la nieve” de Bioy Casares, el perfecto equilibrio de ese lugar utópico y fantástico se ve perturbado por la intromisión de un grupo de individuos que viene a representar la realidad.

El contacto de dos mundos

Como hemos mencionado anteriormente, los Mundos Perdidos son una zona de excepción respecto de las leyes naturales, pero creados por la misma naturaleza. De esta forma cada territorio se constituye como una heterotopía, es decir un espacio de funcionamiento no-hegemónico que representa la alteridad, que están a la vez fuera y dentro del mundo, y son fenómenos a la vez físicos y mentales. Sin embargo, (la agregué) estos lugares no están totalmente aislados, por lo que se establecen zonas de contacto –casi siempre mínimas-, donde puede comenzar a plantearse una lógica de dominación o contagio, que se generan con la aparición de los aventureros –por voluntad propia o por azar-.

Según Jean-Yves Tadié, lo que importa de las novelas de aventuras no es “la reproducción de sucesos históricos, sino las de pasiones humanas elementales: el miedo, el valor, la voluntad de poder, la abnegación, el instinto de muerte y el amor” (Tadié, 1989:12). Esto diagrama, desde un comienzo, la respuesta del hombre al enfrentarse a lo desconocido. Frente a la otredad siempre habrá respuestas escépticas como sucede en el caso de los colegas científicos de Challenger o el joven Mallison. Esto sucede porque “la superstición no es una colección de creencias sueltas, sino una lógica unificada para diferenciar un elemento en un conflicto, representándolo como externo” (1989:50). Al momento del contacto de los aventureros con la heterotopía se producirá un conflicto entre rechazo y asimilación, en el que se pondrá en juego no sólo la aptitud del recién llegado para lidiar con lo nuevo sino también la capacidad de cada Mundo Perdido para realizar un trabajo alquímico de conversión con sus nuevos habitantes. Es por eso que, frente a la existencia de varios espacios, cada uno con una lógica particular, no podemos sostener la existencia de un solo tipo de aventurero y un solo tipo de respuesta. Por esto nos vemos obligados a, al menos en estas circunstancias, distinguir primero entre dos clases de héroes-aventureros.

Contra los estereotipos de cualquier novela clásica de aventuras, Horizontes Perdidos propone la creación de un héroe espiritual que podría ser un anti-héroe si se lo compara con cualquier otro personaje de novelas de Haggard, Salgari o London. Sin embargo, si se lo observa de forma detenida, podríamos decir que Conway sólo es la reformulación de las ideas tradicionales de aventura para darle un giro metafísico.

Para acercarnos a una definición de esta categoría, sería útil retomar a Simmel, quien considera que la aventura es una forma del experimentar:

El contenido que se desarrolla no consigue por sí solo que la aventura sea tal: que se supere un peligro mortal o que se conquiste una mujer con un poco de suerte, nada de ello tiene por qué ser, como tal, aventura. Sólo se transforma en ella cuando existe una cierta tensión entre el instinto vital a través del cual se realizan esos contenidos. Únicamente cuando una corriente que se mueve entre las más extremas y externas de la vida y su fuente más central de energía arrastra a aquellas y cuando esta coloración, temperatura y ritmo particular del proceso vital es lo realmente decisivo y deviene en cierto modo dominante sobre su contenido, se transforma el episodio de una vivencia en una aventura. (Simmel, 2002: 4)

Es habitual que esta definición derive en la típica concepción del héroe de aventuras cuyo vitalismo lo somete a una experiencia del “puro presente”, en el que cada episodio aparece aislado del resto de la vida (pasado y futuro), creándose así “una isla en la vida” (ídem:1). Ahí, como el jugador, el aventurero se somete a la falta de sentido tratando de imponer su sistema omnicomprensivo dentro del caos. Bajo estas ideas, sin mucha reflexión, podríamos ubicar a personajes como Allan Quattermain de Haggard –símbolo del cazador blanco- o al Challenger de Doyle quienes, si bien se entregan al devenir puro de la acción, logran imponer su ley sobre el mundo circundante.

En El Mundo Perdido, Challenger organiza una expedición armada que, pese a ser definida como una “invasión pacífica de la Tierra de Maple White” (Doyle, 2011: 99), para que el grupo sobreviva deberá imponer su voluntad a través de la violencia. La expedición se encuentra en la naturaleza en su estado pre-civilizatorio o análogo a la coexistencia de el hombre de cromañón y los neandertales. Es de público conocimiento que ambas especies estuvieron en contacto durante el Paleolítico Superior. Mientras unos se distinguían por su capacidad técnica, como pintar y crear herramientas más avanzadas (hombre de cromañón), los otros se destacaban por su mayor fuerza física (neandertales). Como somos testigos hoy en día, el hombre de cromañón -es decir la técnica- triunfó. No es muy difícil realizar una analogía entre hombres mono y neandertales, y hombres de cromañón y comunidad aborigen:

Tenía paredes cortadas a pico y un fondo nivelado de unos seis metros de diámetro. […] Después de tropezar y caer muchas veces, di con algo firme. Era una gran estaca clavada en el centro del pozo, cuyo extremo no pude alcanzar con la mano y que, aparentemente, estaba cubierta de grasa. […] Se trataba de una trampa obviamente hecha por el ser humano. (Ídem: 132)

Lo humano, para este caso, es sinónimo de técnica en el sentido heideggeriano: una forma de manifestar, descubrir e interpretar la realidad. Se establece una relación entre lo arcaico-animal (dinosaurios y hombres mono) – que representa la pura fuerza y violencia sin forma-, contra lo humano-técnico (expedición y comunidad aborigen) –que representan la técnica como forma de poder-. En definitiva El mundo perdido de Conan Doyle problematiza la “voluntad del poder”, pero lo hace realizando una síntesis ingeniosa. Challenger comparte características físicas y psicológicas con los hombres-mono: su aspecto y su agresividad:

-Creí que era el fin de todos nosotros, pero la actitud de Challenger inició un nuevo tipo de comportamiento entre los hombres-mono. Estuvieron un largo rato parloteando entre ellos. Luego uno de esos brutos se paró al lado de Challenger… Usted reirá, pero le doy mi palabra de que parecían parientes. Si no lo hubiera visto personalmente, no lo habría creído. Este viejo hombre-mono, el jefe de la tribu, era una especie de Challenger rojo, con todos los rasgos de nuestro amigo, si bien un poco exagerados. (Ídem: 140)

¿Qué nos quiere decir la obra con esto? ¿Por qué se produce esta asimilación? Antes de ese acontecimiento vuelve a formularse una hipótesis sobre el equilibrio de la vida en la meseta: “Podemos imaginar, entonces, que el equilibrio biológico se ha preservado debido a algo que limita la cantidad de estas criaturas feroces” (Ídem: 115). Dinosaurios, hombres-mono y aborígenes se mantienen en equilibrio en su relación triádica. Si bien el conflicto entre hombres-mono y aborígenes parece ser muy fuerte, hay un equilibrio entre técnica y fuerza bruta que ha permitido la coexistencia de ambas razas. En esta relación Challenger aparece como una síntesis. Su capacidad de dominio no es resultado de la técnica, tampoco de la fuerza bruta, sino de la posesión y el ejercicio de ambos en simultáneo. Podría decirse que, en un efecto casi cómico, el eslabón perdido no se encuentra en el pasado (el hombre-mono), sino en el presente, que a su vez es el futuro de esa meseta, es decir Challenger. Él es quien rompe el equilibrio y también quien es capaz de conquistar y reinar sobre todo lo existente en ese mundo salvaje.

Lejos de ser un hombre quien va en busca de un Mundo Perdido, podríamos decir que es éste el que demanda determinado tipo de héroe. El Mundo Perdido sólo es el destino fatal de un hombre que se encontrará con su Mundo Perdido, donde será rey. Como en todo relato clásico de héroes hay un caso de anagnórisis que puede ser explícita o no, pero forma parte de la relación de espejo que le genera al personaje descubrir, en esa alteridad, algo que lo involucra interna y externamente.

Entonces, volviendo al caso de Conway de Horizontes Perdidos, podemos empezar a bosquejar un héroe que elimine la visión estereotipada el héroe. Como pudo observarse, lo importante no es únicamente la voluntad conquistadora del hombre que se entrega pura y exclusivamente al devenir de las aventuras, a esa sucesión temporal aislada de lo que sucede en el resto del mundo, sino que eso es sólo una de las formas de poner la vida en juego, tensionando la linealidad de la experiencia vital, llevándolas a nuevas formas más extremas.

Si bien al comiendo de Horizontes Perdidos, el personaje principal será llamado “Conway el Glorioso”(Hilton, 1984: 8), su construcción posterior será más similar a un santo asceta, a un monje, que a un hombre amante de la aventura. Rápidamente es descripto como un personaje cuyas ataduras georgráficas y emocionales son nulas, dando lugar a la primera característica, el desapego:

No tenía nada apremiante que hacer en Peshawur ni había nadie que tuviese que verle con urgencia; por consiguiente, le era completamente indiferente que tardaran en el viaje cuatro horas o seis.

Era soltero; no se tendrían brazos cariñosos a su llegada. Poseía amigos; pero éstos limitarían a llevarle a su casino y hacerle beber. No le parecía mal la perspectiva, pero no le agradaba hasta el punto de obligarle a suspirar impaciencias (Ídem: 22)

El primer fragmento signa la relación intrínseca entre la experiencia del tiempo con aquello que nos ancla a un espacio. Se posee al mismo tiempo que se es poseído, por lo que cualquier pertenencia implica, de alguna forma, una clausura en el devenir.

La descripción se completa poco después, concluyendo esa imagen espiritualmente superior: “Había en su naturaleza un rasgo característico que algunos pudieran haber llamado pereza; pero no era precisamente eso. […] Conway era un apasionado de la paz, la contemplación y la soledad” (Ídem: 33-34). Desde un comienzo Conway exhibe las condiciones para ser catalogado como un bodhisattva, eso significa: alguien comprometido con el camino de Buda y, en la rama mahāyāna del budismo, alguien comprometido en reducir el sufrimiento ajeno. A diferencia de Challenger y su deseo por ser reconocido, “Conway era la antítesis de todos aquellos detentadores de marca mundiales que intentaban continuamente superar los ya batidos. Él se sentía inclinado a no ver más que vulgaridad en la afición occidental a lo superlativo” (Ibídem: 40). Por contraponerse casi punto por punto con Challenger no podríamos decir que su odisea no sea una aventura o que él no sea un héroe. Justamente, porque está en las antípodas podemos plantear la existencia de un héroe metafísico en una odisea espiritual.

Shangri-La, como hemos señalado, posee características geográficas similares a las de El Mundo Perdido de Conan Doyle pero en su interior el funcionamiento es diametralmente opuesto. Todo el camino desde Baskul hasta las inmediaciones de Shangri-La es lo más cercano que el lector va a estar de una novela de aventuras típica. Sin embargo, Conway no ofrecerá resistencia a lo sucedido, tampoco luchará por imponer su lógica o adueñarse de la situación. En pleno viaje en avión “Conway se sentía menos seguro de ser un hombre de verdad. Había cerrado los ojos con un agotamiento físico invencible, pero no dormía” (Ídem: 29). Su entrega a la aventura es pasiva, como la de un hombre reposando en el río mientras es llevado por la corriente. ¿Pero no es una entrega al fin y al cabo?: “Hay momentos en la vida en que uno abre su alma igual que si abriese un monedero en una noche de feria y se da cuenta de que la distracción, aunque costosa, resulta agradable” (Ídem: 60). Ahí aparece el rasgo fundamental: la experiencia por la experiencia en sí, la entrega de uno mismo como un acto de soberanía absoluto, el derroche como un acto anti-utilitario (anti-capitalista), similar a la lógica del potlach, extrayendo al sujeto de la experiencia lineal del mundo de causa-efecto/costo-beneficio.

Una vez camino a Shangri-La con la caravana, el mismo aire del lugar comienza a modificar, como si fuera una droga, la actitud de los recién llegados:

Había que respirar consciente y deliberadamente, lo cual, aunque desconcertante al principio, le proporcionó al poco rato una tranquilidad espiritual extraordinaria.

Todos los cuerpos movíanse en un ritmo único de respiración, avance y pensamiento; los pulmones supeditaban su funcionamiento a la armonía con la mente y los miembros. (Ídem: 59)

El cuerpo y la mente se ven obligados a coordinar, a establecer un pacto o reestablecer una relación antigua que, hasta ese momento, había sido olvidada. Si la meseta de los dinosaurios y los hombres monos requería de la fuerza y la violencia, Shangri-La convoca a todo lo contrario. Para poder lograr el cometido, primero es necesario entregarse sin pedir explicaciones, a lo que el contexto demanda ¿hay mayor ventura que la de entregarse sin imponer resistencia, a lo indecible, a la voluntad de otro desconocido? Nuevamente, como ya fue señalado en la relación entre Challenger y su destino de expedición, no es exactamente el aventurero quien impone las condiciones ni cómo deberá accionar. El Mundo Perdido tiene la presencia de un dios que elige, entre muchos, a su conquistador o, en este caso, a su sucesor. El hecho de que, contra toda lógica, el Lama lo reciba repetidas veces hasta elegirlo sucesor manifiesta una lógica que excede a la novela para manifestar algo del género. Cada mundo perdido es la expresión de los anhelos y esperanzas de un único ser, el héroe. Esto termina por confirmarse cuando se regresa a las primeras páginas de la novela en las que se narra la aparición sorpresiva de Conway con amnesia: Tenía en su rostro una expresión de indecible melancolía, una especie de tristeza remota e impersonal, un Wehmut o Weltohmerz (Ídem: 15). Weltschmerz es un término acuñado por un escritor alemán, usado para expresar la sensación que una persona experimenta al entender que el mundo físico real nunca podrá equipararse al mundo deseado como uno lo imagina. El término también es utilizado para denotar el sentimiento de tristeza cuando se piensa en los males que aquejan al mundo. El significado moderno de Weltschmerz en la lengua alemana, es el dolor psicológico causado por la tristeza que puede sufrirse cuando se comprende que las propias debilidades son causadas por la crueldad del mundo y circunstancias físicas y sociales. En muchos niveles puede identificarse ese lazo espiritual entre el héroe y su lugar de destino. No hay sólo un motivo narrativo lógico –el aventurero tiene que viajar y triunfar (o no), frente a lo desconocido o no hay narración-, sino un vínculo específico que une de forma arquetípica un lugar a un hombre. En esa zona de excepción, el aventurero puede ser de forma plena. No sólo se reconoce, se mimetiza, sino que también se expande hasta vibrar en la misma frecuencia que todo el espacio. Entonces, en ese momento, el hombre se transforma en la sinécdoque del Mundo Perdido. Conway es el “eslabón perdido” de Shangri-La. Es por eso que al llegar poco a poco comienza a descubrir esa sensación o experiencia que los japoneses llamarían “shinto”, sentirse como en casa.

Etno-tecnicas: supervivencia y destrucción

Como hemos señalado con anterioridad, el equilibrio de estos espacios parece pender de un hilo. Aislados del resto del mundo, como un cuerpo que nunca ha sufrido ninguna infección y su sistema inmune se mantiene virgen, parecen correr la suerte del cristal y lo frágil: la posibilidad de hacerse pedazos como el cristal. Sin embargo, esta no es una afirmación universal. Cada Mundo Perdido posee, como se ha podido verificar, una lógica interna particular. Podemos encontrar poblaciones en estado salvaje (El Mundo Perdido), sociedades altamente tecnificadas (Vril), organizadas gracias al monopolio del poder mágico (She) y altamente codificadas mediante rituales y un sistema de creencia que actúa de forma omnicomprensiva (Horizontes perdidos). Esta es la segunda barrera frente a la posible invasión del afuera. Superada la muralla/división material queda, queda la espiritual-cultural.

Los casos de El Mundo Perdido y Horizontes Perdidos, se encuentran en ambos extremos. En el primero reina la violencia y la ley del más fuerte –una visión que podría calificarse de darwiniana-, mientras que en el segundo nos encontramos con un sistema de carácter utópico, altamente organizado y codificado culturalmente capaz de hacer frente a la presencia de la otredad externa, de modo tal que pueda, el mejor de los casos, envolverla e incluirla. ¿Cómo sucede esto? Para explicarlo será conveniente establecer una situación hipotética. ¿De qué manera respondería cada uno de estos mundos frente a la invasión del hombre moderno?

El Mundo Perdido de Doyle, como señalamos anteriormente, está constituido por tres grupos: dinosaurios, aborígenes y hombres-mono. La intromisión de Challenger, lo único nuevo que lleva a ese mundo es la fuerza de las armas. Es decir, el desarrollo más alto de la técnica al servicio de la dominación. La violencia salvaje y natural es combatida con violencia tecnificada. Fuera de eso no se percibe ningún otro tipo de relación de dominio. Pese al peligro que implica ese mundo, la falta de desarrollo cultura en la meseta lo hace permeable a la destrucción, antes que a la dominación. Esto se debe a que el ejercicio de la violencia en la meseta es casi a-sistemático, simplemente coexisten formas-de-vida con potencias opuestas, cuya existencia perdura en detrimento de las otras.

En Horizontes perdidos encontramos lo contrario. Shangri-La se funda en un proceso de asimilación. Cuando se refiere a las misiones religiosas de los frailes capuchinos al valle, Perrault señala: “Los habitantes practicaban la fe budista, pero no se negaron a escucharle y logró un éxito notable” (Hilton, 1984: 145). Desde un primer momento, la fundación de Shangri-La es un proceso sincrético entre el budismo y la fe del cristianismo nestorniano. Este origen es fundamental para sostener lo que será después la meta de este espacio utópico: proteger los tesoros de la humanidad.

En una conversación con Conway, Perrault dice:

Él previó un tiempo en que los hombres, delirantes con su técnica homicida, desahogarán su furia mecánica sobre la tierra de tal forma, que todas las cosas preciosas se hallarán en peligro, como todos los libros, cuadros y maravillas, los tesoros reunidos durante milenios, los objetos pequeños, delicados, frágiles, todo se perdería como los libros de Livy o serían arrasados como los ingleses arrasaron el Palacio de Verano de Pekín (Ídem: 173)

A esta cultura tecnificada del mundo moderno, se contrapone la de formación humanista del fundador de Shangri-La, el mismo Perrault:

Antes de dedicarse a las misiones orientales había estudiado en París, Bolonia y otras Universidades, habiendo adquirido una sólida cultura. […] Era aficionado a la música y a las artes, poseyendo una aptitud especial para los idiomas, y antes de decidirse por su vocación, había gustado todos los placeres que podía ofrecerle el mundo. (Ídem: 146)

De esta manera, Perrault se transforma en el canal de fusión de las culturas, funciona como catalizador. Sin embargo, esto no depende de una voluntad sino de un saber-poder. La ética cristiana, combinada con un ejercicio total de la mesura como forma de vida funcionan como base para la construcción de las relaciones interpersonales. Contra las pasiones que dominan El Mundo Perdido de Doyle, nace el espacio de preservación de Shangri-La. La novela ya da indicios de una primera catástrofe posterior a la primera guerra mundial como resultado de la inhumanidad del sistema económico: “Es muy difícil cuando todo el juego se ha hecho pedazos” (Ídem, 133). Frente a esto, Perrault funda un gobierno donde, como para Platón, gobiernan los mejores y no los más fuertes. Los beneficios son múltiples: no solo se puede gozar de la armonía y de un nivel de vida excelente, sino que la moral de Shangri-La no censura los placeres. Sin embargo, la ausencia de todo exceso los volvería imperceptibles frente al ojo imperial: “no habrá ni escape ni santuario, salvo aquellos demasiado secretos para ser hollados, o demasiado humildes para ser advertidos” (Ídem: 220).

Perrault entiende que la violencia y la técnica han deshumanizado al hombre, y que lo único que puede reconstruir su humanidad es la “cultura” entendido en sentido humanista más clásico. Como espacio de encuentro, Shangri-La permite y fomenta el dialogo intercultural. Lo que distingue a la comunidad es estar fundada en un plan que podríamos decir contra-cultural. Si, como señalaba Marcuse, la cultura es afirmativa –es decir que comprende también todo eso indeseable y que también hace dificultoso el cambio-, Shangri-La es contra-cultural, en tanto invierte la concepción occidental de civilización y prioriza otros valores. A esto se le suma una ventaja: la prolongación de la vida. Shangri-La es un ecosistema que también actúa sobre los cuerpos. No solo es el aire el que invita a alterar el ritmo de la respiración de sus visitantes, sino que también el tiempo comienza a actuar mucho más lentamente sobre los cuerpos. Podríamos decir que Shangri-La se ha apropiado de dos grandes técnicas de la modernidad: la biopolítica y la psicopolítica. La primera actúa sobre el cuerpo y sus condiciones de vida, la segunda sobre la psiquis. Entre ambas mantienen un equilibrio entre nivel de vida y disciplina que es necesaria para mantener el orden.

La prueba del éxito del Shangri-La es su propia existencia y la armonía de su civilización. Son pocos los casos, como Mallison, que se resisten a los encantos y beneficios de una vida en armonía. Mallison se asemeja, por sus pasiones y creciente violencia, a Challenger. Sus arrebatos pasionales sólo son una muestra de aquella “educación sentimental” occidental que ve en la acción y la destrucción un valor. Mallison es el ejemplo del héroe violento que, si bien podría triunfar sobre el Himalaya real, nunca podrá hacerlo contra el Himalaya del espíritu. Sin embargo, la estructura de la sociedad del valle es muy fuerte como para ser perturbada por él. Shangri-La, como Ghandi, opone una resistencia pasiva que termina por expulsarlo.

En pocas palabras, más allá de las especificidades geográficas que dificulten el acceso, Horizontes Perdidos propone una utopía que, lejos de ser conservadora culturalmente, busca ser omnicomprensiva, por lo que necesita de un proceso de sincretismo continuo, que le permita absorber e implementar todo conocimiento humano útil para la preservación del hombre.

Conclusión

A lo largo de este trabajo se han desmontado las técnicas de auto-preservación y las formas de relación con el mundo exterior que caracterizan a un Mundo Perdido. De la misma manera que cada uno parece nacer de las pasiones humanas elementales, en ese mismo movimiento de representarlas, se exponen sus debilidades y fortalezas como principio estructurador de una sociedad. El Mundo Perdido de Conan Doyle pone en juego las pasiones de conquista propias del S XIX. En el acto desesperado por imponer la “civilización”, sólo ha destruido y duplicado la barbarie. Con esa misma pasión, el S XIX ha impulsado los conflictos del S XX, pariéndolo como un hijo entregado a resolver, sea como sea, aquellas tensiones que produjo el siglo anterior. Los resultados fueron obvios: Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial. Esta relación queda expuesta en el resto “salvaje” que posee Challenger y que lo impulsan a actuar. Ese resto es “lo incivilizable”, eso con lo que también se encuentra al estar cara a cara con los hombres-mono, ese resto que es representado como algo que únicamente puede ser gobernado con una violencia superior –solución que se mantendrá vigente en todos los intentos de conquista occidental hasta el nacimiento de la industria cultual-. Por otro lado Horizontes Perdidos de James Hilton, publicada en las puertas del auge nazi en Europa, inmediatamente después del “Martes Negro” (Octubre de 1929), problematiza la herencia cultural occidental poniendo frente al espejo cuales son las consecuencias de su cosmogonía y su plan para la humanidad. Si El Mundo Perdido instala la violencia como acto heroico pero deja entrever la peligrosidad de su ideología, Horizontes Perdidos, ya con plena consciencia de las falencias del sistema y se presenta ya no como mundo a conquistas sino como espacio de salvación. Para eso debe realizar una intensa búsqueda en la memoria de la humanidad (archivismo), y reorganizar el imaginario utópico en torno a todos los saberes útiles al hombre para su cultivo espiritual. Es por eso que, antes que todo, Shangri-La aparece como una comunidad filosófica-artística, ya que es ahí donde pueden rastrearse los sueños de la humanidad, ese horizonte perdido al que habrá que volver al momento en el que la ilusión del mundo que propone el sistema actual se rompa.

Por último, solo cabría señalar que los mundos perdidos son espacios de reflexión, donde el lector sutil podrá leer su pasado y, por qué no, su futuro. Su fuerte relación con la literatura utópica nos invita a pensar ¿por qué parecemos, actualmente, incapaces de gestar la empresa de una creación artística similar? ¿Habrán muerto todas las utopías? ¿Habremos sido atomizados al punto de sólo ser capaces de crear islas menores, débilmente conectadas entre sí? Reconocer las falencias de nuestras propias pasiones representadas de forma sistemática nos permite evitar caer en la equivocación nuevamente. Un mundo perdido es tan resistente, honorable y durable como puede serlo la pasión con la que se lo construyó, tan como nuestro propio mundo. El hombre que llega a él no se encuentra sino en el mundo bajo un microscopio, donde todo aumenta lo suficiente en tamaño e intensidad, como para que logre verse en el espejo en cada detalle.

Bibliografía

  • Doyle, Arthur Conan. El Mundo Perdido, Buenos Aires: Robin Hood, 2011
  • Hilton, James, Horizontes Perdidos, España: Plaza & Janes, 1984.
  • McConnell, F. “Los leopardos y la historia: el problema de los géneros cinematográficos” en El cine y la imaginación romántica. Barcelona: G.G., 2002.
  • Siebers, T. en Lo fantástico romántico. México: F.C.E., 1989
  • Simmel, G. “Para una psicología filosófica” en Sobre la aventura. Barcelona: Península, 2002.
  • Tadié, J. “Introducción”, en La novela de aventuras. México: F.C.E., 1989.

Sobre el autor:

Alan Ojeda (1991) Cursó el CBC en el 2009. Es Licenciado en Letras (UBA), Técnico superior en periodismo (TEA) y se encuentra cursando la maestría en Estudios Literarios Latinoamericanos en la Universidad Nacional Tres de Febrero. Es docente de escuela media, periodista e investigador. Coordinó los ciclos de poesía y música Noche Equis y miniMOOG, y condujo el programa de radio Área MOOG (https://web.facebook.com/area.moog); colabora con los portales Artezeta (www.artezeta.com.ar), Labrockenface (www.labrokenface.com), Danzería (www.danzería.com), Kunst (http://revistakunst.com) y Lembra (http://revistalembra.com). Es editor de Código y Frontera. Publicó los poemarios Ciudad Límite (Llantodemudo 2014), El señor de la guerra (Athanor 2016) y Devociones (Zindo&Gafuri 2017). Actualmente se encuentra realizando investigaciones sobre literatura y esoterismo.

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The Sushi-girls Collection by Frau Katzenfisch

I’m sitting at the kaiten-sushi restaurant. Spring has just begun and I decided to stop after work here since it’s been a while since I had sushi last time. The sushi plates rotate around me, or I rotate around the plates….I don’t know. It’s a colourful spectacle. This dance combines sensuality and death. As any dance. The smell of fresh fish and green tea. I place my selection on the screen and a gentle computer-voice confirms my order. If I had a girlfriend, I would like her to have that robotic voice. There is much to choose. I’m lost. What should I have today? Kani (crab)? Hirame (flatfish)? Anago (conger)? Ikura (red caviar)? I keep ordering and ordering. I can’t have enough of these sushi-girls. I’ve even got a discount today, 10% off. When I start to feel lucky, suddenly, I realize that they are aware of me and I feel observed. Now it’s me who rotates. It’s me who is dancing. Now it’s me who is going to end up covered with wasabi and soy-sauce.

We couldn’t resist it. Frau Katzenfisch drawings are too…cute?….sexy?….tasty?…don’t you think so?

If you didn’t read yet, check out our mini-interview with her.

And don’t forget to follow her in Instagram!

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Girl Culture and Zines: Mini-interview with Kotono from BGMzine

“Zine” is usually used to refer to self-published or “non-professional” publications (short form for “magazines” and “fanzines”, the last one being a kind of zine fandom-oriented). Zines are not just a good medium of experimentation, they are also spaces of expression and creation. Zines might be unsophisticated, but they offer an unique platform for freedom of expression. 

Although the golden age of zines was the punk era, the internet and digitalization did not destroy independent publishing. Zines meetings are in a healthy state, truly spaces for political exchange and discussion. The anarchistic and horizontal nature of zine culture makes these places oasis for minorities and subaltern voices. Anyone can make a zine, anyone. That’s the power of zines.

Kotono is a Japanese zinester based in Osaka. She edits BGMzine, a zine about LGBTQ+ and “girl culture”. This last term could be understood as the aesthetic of “cuteness” or “kawaii-ness”, that is, an aesthetic that tends to re-appropriate the elements of “feminity”. I met Kotono in 2017 at the Zine Day Osaka. There, she told me about an article of her zine about selfies. Up to that moment, I hadn’t reflected upon the possibility that a selfie can be empowering. Usually, selfies are seen as superfluous and narcissistic. Men usually don’t permit themselves to do selfies, because it’s seen as something vacuous and girlish. However, selfies can be a form of expression, so intimate as a self-portrait in painting. 

After 3 years, I wanted to catch up with Kotono and she accepted to be in my mini-interviews section.

Nepantla: First of all, thank you for letting me do this interview! How are you doing during the quarantine? 

Kotono: Thank you too! Anyway, I sleep, sleep and sleep😴 haha. I also watch Instagram live streamings of different people, participate in online zine events and post about LGBTQ, feminism, etc. Also everyday I do exercise with my 2 dogs🐶🐶

N: The BGM zine has 5 issues already! Congratulations. Why and how did you start with it? 

K: Thank you. First, Why=I don’t know~~ but I just do it. How= I found out about them for the first time, because my favorite illustrator was making zines. She made a collection with illustrations. So My first zine was also an inspiration’s collection (illustration, pictures, calligraphy).

N: BGM zine offers a place to discuss themes about the LGBT+ community. How do you see the situation of the LGBT+ community in Japan? 

K: Ah~… This question is difficult for me… Because honestly I don’t really know it.

Do you know Shinjuku 2chome in Tokyo and Doyama in Osaka? These are gay community’s districts in Japan. But I don’t really go there. Of course I like it though!♡ Umm…how should I say… Japanese gay community is really wonderful, but…umm. I don’t think “Here is my place!”

Anyway I go anywhere, I meet a lot of people, and I talk to everyone, that’s all.

N: What do you think about the representation of the LGBTQ+ community in Japanese television? 

K: I think Japanese television is too old-fashioned. Sometimes I would like to say:「Do you know now is 2020?」. But it’s improving little by little.

N: What do you think then about queer figures in Japanese television like Matsuko Deluxe?

K: It’s a difficult question. Almost all Japanese people are interested in what she says.
She expresses her opinions very clearly. They don’t care about her gender and sexuality. I don’t know if that is good or not.🤔

N: What is “girl culture” for you?

K: I think everybody’s different, but everything can be empowering. “Girl culture” is about that.

N: What is for you the magic of zines? 

K: Nice question♡ It constructs a warming communication with a lot of people. So amazing.

N: Are you working on the next issue of BGM? 

K: Yes. I am making the next issue about my 3 friends’ shared life of 1 year.

N: Thank you a lot for your time!

K: My pleasure! My English is not good, but I hope I can transmit you my feelings.

and here to buy the zine: https://silentmidnightuk.stores.jp/

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Happy Together (1997): Le cinéma métis de Wong Kar-wai

L. Prieto Ueno

Introduction

Il est dit que Wong Kar-wai filme Hong Kong de manière fragmentaire, sans utiliser des plans généraux d’endroits célèbres qui rendraient la ville facilement reconnaissable. Un sentiment fortement local est atteint dans ses films, car il arrive à capter le vrai esprit de sa ville avec ses pulsations et son rythme. Ce même regard est porté sur Buenos Aires dans Happy Together. Une tâche d’autant plus difficile, qu’il s’agit d’une ville inconnue du réalisateur et que le risque de tomber dans une vision « éxotissante » d’une destination -pour lui lointaine- était grand. Au contraire, fidèle à son style, il a tourné la plupart de ses plans au plus proche de ses personnages, de leurs actions, sensations et émotions dans les petits espaces de la vie quotidienne. Grâce à son refus de « montrer la ville comme Evita l’avait fait »1, Buenos Aires émerge davantage comme le milieu aux visages multiples avec lequel les protagonistes interagissent, que comme un arrière-plan générique, basé sur les imaginaires communs de la capitale argentine. Mais, est-elle la seule ville à émerger?

Le présent travail propose une réflexion autour des thématiques qui s’offrent à partir de comment la mise-en scène de Buenos Aires évoque Hong Kong. En partant d’une analyse de l’image, nous allons étudier comment l’ambiguïté scénographique de l’espace sert à renforcer les problématiques des personnages. L’exil, la solitude, l’immigration, la nostalgie et l’identité, reviennent dans cette œuvre à travers un miroir déformé de Hong Kong, qui met en évidence l’héritage métis du réalisateur et son ressenti envers la situation politique de sa ville au moment du tournage. D’autres références externes comme l’utilisation de la musique et l’influence de la littérature argentine, sont également mentionnés pour compléter l’analyse.

Une appréciation personnelle est donnée à la fin.

Buenos Aires et Hong Kong, l’ambivalence de l’espace dans l’image

« J’ai tourné Happy Together à Buenos Aires, loin de ma ville, mais le film ne parle que d’elle »2. Comment un endroit situé de l’autre coté du globe et soumis à des processus de colonisation et migration complètement différents de ceux de Hong Kong, peut ressembler esthétiquement à la ville du réalisateur ?

Pour répondre à cette question, étudier la manière par laquelle Buenos Aires a été filmée est fondamentale. Loin de faire un portrait qui souligne l’altérité d’une autre culture à travers d’endroits stéréotypés, le film se concentre sur des quartiers peu connus. En priorisant comme décor des passages mal éclairés, des tunnels et des trottoirs proches du port, les possibles similarités entre ces deux villes augmentent. Si on ajoute que la caméra est toujours près des personnages et, qu’a travers eux l’espace révélé est souvent la pièce d’une auberge à palette saturée (comme dans In the mood for love, 2046 ou Chungking express) le film s’inscrit dans une espèce de continuation de l’univers esthétique de Wong Kar-wai, qui excède les limites géographiques. Ici, Buenos Aires existe uniquement à partir du regard subjectif des personnages (sans mentionner celui du réalisateur) qui teinte, morcelle et modifie l’espace, jusqu’au point de l’assimiler à leur ville natale.

Au niveau de l’histoire, cette ambiguïté est pertinente pour accentuer la déconnexion que les personnages sentent vis-à-vis du lieu qui les accueille. Ho Po-wing et Lai Yiu-fai sont deux hongkongais qui, habitant provisoirement en Argentine, reproduisent leurs modes de vie asiatiques dans un contexte occidental. Au-delà des jeux d’acteurs, l’ambivalence du décor accentue leur ressenti, assez commun parmi des immigrants, d’être simultanément immergés dans une culture étrangère et éloignés d’elle. L’exemple de Lai Yiu-fai vers la fin du film est intéressant, car son détachement de Buenos Aires se traduit par une forme de proximité avec Hong Kong. Il préfère travailler de nuit dans un abattoir, afin d’être réveillé en même temps que les habitants de sa ville, et arrive à l’imaginer inversé (car elle se situe géographiquement à l’opposé de l’Argentine). Il est important de souligner que, quand il décide finalement de rentrer à Hong Kong, Happy Together se clôture avec un plan général de Taiwan. Même si Hong Kong a été évoquée en permanence, la ville n’est jamais proprement montrée. Elle est présente soit par son absence, soit à travers le reflet d’une autre ville.

Faisant écho à l’indifférence des personnages envers Buenos Aires, la silhouette de la capitale reste à l’écart de l’action. Le seul plan général du monument emblématique -l’obélisque- est montré détaché d’éléments humains (caméra en plongée, accélérée, qui transforme les voitures en mouvement en rayons de lumière multi-couleur) ce qui le rend encore plus irréel. Il semblerait que, tout comme le plan général des chutes d’Iguaçu, l’intérêt de ces images n’est pas d’ancrer le récit dans une carte postale identifiable, sinon de présenter un espace vivant, capable de révéler l’intériorité des personnages. Pour traiter l’exil et la nostalgie, ce n’est pas indispensable que l’action se déroule dans un archétype de l’Argentine. Ce qui est essentiel est que l’espace accepte la projection de Hong Kong sur soi, et/ou qu’il puisse évoquer ces sentiments à travers des images. Le résultat est un espace métis, perméable, qui montre l’une et l’autre de ses façades simultanément.

L’introduction d’éléments orientauxpeu communs dans le contexte argentin classique collabore également à la création d’une atmosphère hybride. Par exemple, plusieurs moments de l’histoire ont lieu autour de la préparation de repas asiatiques (utilisation d’un wok, des baguettes) ou dans la cuisine d’un restaurant chinois dans laquelle les employés jouent au majong. De plus, les protagonistes ne parlent qu’à peine l’espagnol, et les dialogues pertinents3, ainsi que les réflexions en voix off se déroulent en cantonais ou en mandarin. Cette distance des personnages envers leur entourage implique, également, que les échanges oraux ou sexuels avec les argentins, soient caractérisés par leur superficialité. Les portos  sont montrés uniquement comme une masse générique, presque comme une autre manifestation de l’espace non-approprié, avec lequel les protagonistes n’ont pas de relation proche.

Tango, littérature argentine et exil

Néanmoins, s’il existe bien un terrain de communion pour les hongkongais et la culture argentine, c’est celui du tango. Au-delà de la tendance de Wong Kar-wai à utiliser de la musique latino-américaine dans ses films, le tango fonctionne ici comme un des rares référents directs du pays. De plus, ses paroles et son rythme mélancolique -souvent associé au désenchantement amoureux-, accompagnent plusieurs séquences de Lai Yiu-fai et Ho Po-wing. Symboliquement, cette union se matérialise dans la cuisine de l’auberge où le couple danse un morceau du Tango Apasionado, l’un des trois thèmes de cette album d’Astor Piazzolla utilisés. Le choix de cet interprète est intéressant parce que ses compositions sont déjà un mélange de mélange du tango classique et de jazz. Exilé lui-même, il a adapté le tango pour en faire un moyen d’expression singulier.

Par ailleurs, le tango est en soit une musique métisse. Amalgame de la habanera, le candombe et le valsesito, il est le résultat de l’entrecroisement culturel qui a eu lieu en Argentine, au début du XXème siècle.

Un autre point de contact avec la culture argentine qui mérite d’être cité est celui de la littérature. Bien que le film se soit librement inspiré du roman « The Buenos Aires affaire » de Manuel Puig, il garde une affinité plus profonde avec « Rayuela » de Julio Cortázar (un autre écrivain exilé, mentionné comme influence importante par le réalisateur). Dans cette œuvre, le duo de protagonistes vit à Paris. Déracinés et en permanente crise existentielle, ils n’arrivent jamais à avoir une relation stable. Une boucle de commencements et ruptures, similaire à celle de ses homologues asiatiques, les conduit à errer dans une ville que n’est pas la leurs. Comme Stephen Teo le signale «Paris, dans cette instance, est un substitut de Buenos Aires, de la même façon que Buenos est un substitut de Hong Kong [dans Happy Together] »4.

Au delà de ces rapprochements, une certaine similitude socio-historique est aussi tangible. Ces deux villes sont le produit d’un métissage ; même si les processus varient, leurs identités ont été marquées par l’immigration. L’Argentine a reçu plusieurs vagues d’étrangers à partir du 1900 qui, forcés par différentes raisons d’abandonner leurs pays d’origine, s’installent majoritairement à Buenos Aires, dans des logements très précaires proches du port. Les sentiments d’exil et de mélancolie de cette génération vont laisser leur empreinte dans la culture populaire, notamment dans le tango. Pareillement, la culture de Hong Kong, qui a été depuis toujours une ville-port, est forgée par l’échange, le passage et l’immigration.

Dans le film, ce parallèle est visible par le choix de situer l’action dans le même quartier dans lequel les premiers immigrants se sont installés, La Boca. Là où les conditions de vie sont précaires et les espaces communs, étroits. Les voyageurs de Happy Together, qui sont devenus temporairement des immigrants, véhiculent leurs difficultés matérielles aussi bien que leurs conflits internes. Malgré leurs désirs de rentrer, ils sont empêchés de partir de Buenos Aires par des problèmes financiers, mais surtout, à cause du manque d’un lieu vers lequel revenir5. Cette contradiction augmente la sensation d’exil, même s’il n’y a pas de références politiques directes. Néanmoins, plusieurs auteurs6 ont signalé que le vrai exil est méta-filmique : montrer l’histoire d’un couple homosexuel, au moment de la rétrocession de Hong Kong à la Chine. Autrement dit, amener à l’écran la thématique d’une communauté qui avait beaucoup à perdre en termes de libertés individuelles et civils, et le faire le plus loin possible de Hong Kong, dénote déjà une prise de position assez claire. « […] Le cinéma de Hong Kong n’est pas politique, si ce n’est par allusions ou métaphores […] » 7. Bien que cette dimension sociopolitique mérite un examen plus profond, nous nous contenterons d’en avoir fait mention pour compléter l’analyse.

Dernière réflexion

Lors dans un premier visionnage, il semblerait que Wong Kar-wai se sert de Buenos Aires comme d’un canevas indifférent, sur lequel il imprime sa vision de Hong Kong pour l’évoquer à la distance.

Cependant, au fur et à mesure qu’on avance sur l’analyse des éléments communs entre les deux cultures, on s’aperçoit de la profondeur de ces échanges. Le réalisateur, avec son bagage cultural et son histoire, s’approprie de ce qu’il connaît et qu’il aime de l’Argentine, pour créer quelque chose de nouveau, qui n’est ni Buenos Aires, ni Hong Kong et qui est pourtant les deux. Une telle ambivalence ne serait pas possible sans la création d’un nouveau langage composite, produit par la circulation des formes culturelles diverses et capable d’opérer à de différents niveaux.

On pourrait se demander s’il existe encore aujourd’hui, dans un monde tellement traversé par le globalisme et l’interculturalité, des expressions artistiques qui ne seraient pas le résultat d’un entrecroisement.

Étant argentine, regarder mon pays à travers la caméra de Wong Kar-wai est une expérience étrange. Sa manière de filmer est tellement personnelle qu’il n’y a aucun doute qu’il s’agit là d’un de ces films. Contrairement, il est moins évident de reconnaître Buenos Aires dans ses images. «Peut son art être global et local simultanément? » est une question que nous devrons poser à chaque fois qu’on regarde un de ces filmes.

1 JOUSSE, Thierry, Wong Kar-wai, Paris : Cahiers du cinéma, les petits cahiers, 2006, p. 84

2 Ibid.

3 La plupart des dialogues en espagnol ne sont pas sous-titrés, faisant parti du fond sonore du film. Il s’agit des conversations banales, que n’ont pas de relation directe avec l’histoire ou les personnages.

4 TEO, Stephen, Wong Kar-Wai, Londres: Bfi publishing “World Directors”, 2005, p. 104

5 Lai Yiu-fai a eu un problème avec son père qui le maintienne éloigné de Hong Kong, tandis que les motifs de Ho Po-wing restent un mystère.

6 Acbkar Abbas, Stephen Teo, Jeremy Tumbling et Bérénice Reynaud. Cette liste n’est pas exhaustive. Les œuvres des auteurs cités sont inclues dans la bibliographie.

7 REYNAUD, Bérénice, Nouvelles Chines, Nouveaux cinémas, Paris : Cahiers du cinéma, 1999, p. 23

8 TEO, Stephen, Wong Kar-wai, Londres: Bfi publishing “World Directors”, 2005, p. 1

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¿Quiénes somos? (En tiempos de cuarentena)

por Bruno Hidalgo

En los días que corren nos vemos expuestos a situaciones relacionadas con el habitar: Habitar nuestras casas, nuestras familias, nuestras soledades, nuestras problemáticas tanto externas como internas. Hay quienes tienen más o menos posibilidades de estar tranquilxs y quienes lo logran son, ciertamente, privilegiadxs. Es una buena “suerte”. Ahora, quienes no logran estar tranquilxs, por el motivo que sea, se enfrentan a un desafío (o varios). Desde donde yo puedo ver las cosas, la mayor exposición que se da (y la que más conflictos despierta) es ante unx mismx. 

Estar expuestx ante unx mismx es altamente revelador, ciertamente complejo y, en muchos casos, algo que genera un rechazo enorme. Verse ante la posibilidad de estar con unx y sus problemas, conflictos, singularidades en una situación así, de aislamiento, de cuarentena, sin poder frecuentar los círculos sociales, ni tener los escapes periódicos de la realidad de la rutina diaria, sin poder solucionar en muchos casos problemas de origen económico y derivados, expuestxs a la propia psique, despojadxs del vicio de la rutina que nos evade constantemente de la propia presencia/ausencia, puede llevarnos al límite. Muchas personas sufren de ansiedad, depresión, paranoia, miedo… 

El desarrollo de la sociedad capitalista actual y sus prácticas consumistas industrio-comerciales, de la psicología del marketing, del goce del entretenimiento vacío, nos ha llevado a que la exposición a la propia condición individual de humano desalojado del sentido práctico cotidiano para la maquinaria capitalista, ausente de espiritualidad auténtica y despojado del sentido de conexión con la naturaleza le produzca (a cualquier individux proveniente de cualquier estrato social) un rechazo extremo. De repente se ven ante el espejo de lo cotidiano conviviendo con la propia presencia bajo los dominios hogareños, pasando la mayor parte de su tiempo en la sencillez de ser quien se es en casa, con familia (quien tiene la suerte de convivir con su familia en éste momento de la actualidad corre con la suerte de estar contenido, sea el caso que la calidad de las relaciones familiares sea buena) o en soledad y no sabiendo cómo desarrollarse dentro de esa condición, puesto que sin la máscara de la rutina social, entonces queda lo que nadie parece querer admitir y que resuena con una pregunta tan difícil de contestar como de formular porque para llegar a ella hay que dar varios pasos en la dirección contraria al espejo de la sociedad, en dirección hacia lo desconocido que es la condición/naturaleza del individux humanx, el significado de ser quien se es por el hecho de serlo y nada más (Naturaleza negada por las religiones monoteístas reinantes, por el exceso de racionalidad del estadío capitalista patriarcal, abrazada por las culturas precolombinas, de la américa “india” y visionada por la vasta introspección de la filosofía oriental). Quién por éstos días se ha estado preguntando “¿quién soy?” se ha alejado un poco del sentido socio-cultural de la máquinaria capitalista y se ha acercado un poco más a su propia condición/naturaleza.


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Mini Interview with Frau Katzenfisch

Frau Katzenfisch is a Japanese illustrator based in Berlin. We had the honor to get to do a mini-interview with her.

Find more of her works in Instagram and tumblr.

Interview

Nepantla: How are you doing? How are you spending the quarantine?

Frau Katzenfisch: I’m fine, I’m by nature an indoor person, so I’m enjoying doing yoga, going for a walk, cooking, eating, cooking eating…

N: In which project are you working right now?

FK: I’m doing a picture quarantine diary.

N: What artists inspire you lately?

FK: I’m trying not to pay much attention to other artist’s works lately… because I don’t want to get affected by them.

N: I really like the way in which you combine sexy intimacy, feminism and Japanese elements in your drawings. How do you feel that these elements interact together?

FK: Thank you, Well… I think when those elements come together, you’ll see myself. The hidden eroticism is my motivation to draw, and I’m trying to add Japanese elements as my background. It was unconscious, but I realized that I was a feminist because others often pointed me that out.

N: What do people usually say about your work?

FK: Is it a reflection of your desire? lol

N: Thank you a lot, Frau Katschenfisch!

Frau Katzenfisch,
Frau Katzenfisch
Frau Katzenfisch
Frau Katzenfisch
Frau Katzenfisch
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El señor de la guerra. Extractos

por Alan Ojeda

Tambor de tierra
golpe y golpe
primero la guerra
después el baile
Que lo pesado se desprenda
Cantos de viento
coro de ángeles
primero la guerra
después la fiesta
Que lo mudo no goce
Copas de vino
sangre de santos
primero la guerra
después el arte
Que el traidor no beba
Pira de héroes
brasa y cuna
primero la guerra
después la gloria
Que los tibios nunca
la conozcan
Earth drum
bang bang
first the war
then you dance
Let heavy burdens go
Sing in the wind
angels’ choir
first the war
then you feast
No joy for the mute
Wine cups
saints’ blood
first the war
then the art
Allow traitors no drink
A heroes’ bonfire
ember and cradle
first the war
then the glory
Let the soft never
know it
La espada acompaña
a la balanza
la balanza acompaña
a la materia
ésta se pesa
se mide
y es cortada
Donde prolifera lo inútil,
prolifera el mal,
porque el mal se esconde
en los pliegues
del decorado
Frente a la espada
nos medimos
en nuestra utilidad
y cuando llueve en nosotros
y nos olvidamos
convocados por la lluvia
de la palabra belleza
sin pensar
y somos la lluvia
contra las piedras
y contra el lago
y la tierra de la que brotan
los insectos y los sapos
y dejamos nuestro hogar
para buscar el hogar
del mundo
y somos el hogar

nosotros somos la espada
The sword comes with
the scale
the scale comes with
the matter
weighted
measured
cut
Where the useless grows,
evil grows,
for evil hides
within
decoration
Facing the sword
we measure
our usefulness
and when it rains inside
the rain calls us
and we forget
the word beauty
we do not think
and we are the rain
crashing against the stones
and against the lake
and the earth where
insects and frogs come out from
and we leave our home
to look for the home
of the world
and we are the home

we are the sword
Sepultarlos
con versos que duren
El castigo es
hacerlos durar
y dejar su recuerdo
la marca
en el barro de los débiles
para que el mañana los recuerde
con la memoria del desprecio
que generan las cosas
que nunca podrían ser
la salvación
Burry them
with long-lasting lines
The punishment is
to make them last
and leave the memory
the sign
in the mud of the weak
so that the future remembers them
with the memory of disdain
caused by those things
that could never
save you
Que mi cuerpo diga
lo que quiera
yo voy a callar
Él conoce verdades
que yo desconozco.
Cuando el cuerpo piensa
me entrego
Let my body say
whatever it wants to say
I will remain silent
He knows the truth
that I ignore.
When my body thinks
I surrender
Noble
como animal que conoce
su hambre
Noble
como hombre que se da
su nombre
Encontré en mi interior
a la bestia
y el murmullo
de un Dios
¿Qué temer
si su palabra
está en mi boca?
Noble
as an animal who knows
its hunger
Noble
as a man who gives himself
his name
I found inside me
the beast
and the whisper
of a God
What could I fear
if his word
is inside me?

Los poemas aquí reproducidos pertenecen a El señor de la guerra (Buenos Aires: Athanor Ediciones, 2016).

Alan Ojeda (1991) Cursó el CBC en el 2009. Es Licenciado en Letras (UBA), Técnico superior en periodismo (TEA) y se encuentra cursando la maestría en Estudios Literarios Latinoamericanos en la Universidad Nacional Tres de Febrero. Es docente de escuela media, periodista e investigador. Coordinó los ciclos de poesía y música Noche Equis y miniMOOG, y condujo el programa de radio Área MOOG (https://web.facebook.com/area.moog); colabora con los portales Artezeta (www.artezeta.com.ar), Labrockenface (www.labrokenface.com), Danzería (www.danzería.com), Kunst (http://revistakunst.com) y Lembra (http://revistalembra.com). Es editor de Código y Frontera. Publicó los poemarios Ciudad Límite (Llantodemudo 2014), El señor de la guerra (Athanor 2016) y Devociones (Zindo&Gafuri 2017). Actualmente se encuentra realizando investigaciones sobre literatura y esoterismo.


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致敬实验/ Experimenten Widmen

von Yú Máng

致敬实验Experimenten Widmen
眼泪围起一个空间
达达的决战
蜘蛛网
民工
一天的伙食
五元
我的伞
晾衣杆
楼梯间
橘园
博伊斯
被遮盖
被掩埋
被忘却
被挖掘
被展示
厨房和床
男人和女人
亲吻公交
送别
小辫
转身
安娜
奥提斯
自由
达达
被子
舌头
母亲
湿透的衣服
荷尔蒙
蒙太奇
电影改编的小说
伍迪
腌柠檬
周一
颐和园
孤傲
洁癖
精神
没有宣言

游离
我是关系
我是你

空间
纽约书评
伦敦书评
键盘
电梯
垃圾桶
碎纸
购物篮
水泥
包豪斯
胸口跳动
沉沦
拘束
狭窄
未来星期五
黑色星期五
粉笔
大字
街道
达达的决战
达达
达达
那儿
白描黑色
Tränen umschließen einen Raum
Dadaistischer Krieg
Spinnennetz
Ein Bauarbeiter
Einen Tag
5 Euro frisst
Mein Regenschirm
Mein Wäscheständer
Treppenhaus
Orangerie
Beuys
Abgedeckt
Begraben
Vergessen
Entdeckt
Ausgestellt
Küche und Bett
Mann und Frau
küssen
Farewell
Zöpfchen
turn around
Anna Blume
Otis
Freiheit
DADA
Ein Deckbett
Eine Zunge
Eine Mutter
durchnässte Bluse
Hormone
Montage
Vertextung eines Films
Woody Allen
Fermentierte Zitronen
Montag
Summer Palace
stolz und einsam
Mysophobie
des Geistes
Kein Manifest
Traum
dissociate
Ich wäre Beziehungen
Ich wäre Du
Ich
Raum
New York Book Review
London Book Review
Keyboard
Lift
Mülleimer
Papierschnitzel
Einkaufskorb
Beton
Bauhaus
Brustklopfen
müßig
unfrei
eng
#fridaysforfuture
#blackfriday
Kreiden
Großschreiben
Straßen
Krieg wie DADA
DADA
da
Weiß schreibt Schwarz

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José Molina: Tiempo del poema

Comentario al poema “Imago” de Friedrich Einsten

El tiempo del arte es el presente; no importa si la escultura o la pintura son de siglos lejanos, hoy nos siguen conmoviendo. En el caso del poema ocurre lo mismo, pero el texto, como la música, requiere de tiempo para desplegar su virtud; a diferencia de la música el poema tiene la palabra que requiere de las facultades intelectuales, pero esas facultades no agotan el poema. Además, el tiempo del poema, no es el tiempo sin más, el tiempo, digamos abusando del término, el tiempo profano. Tampoco es el tiempo “sagrado” del rito. Ya alguien dijo que el rito es un mito que se realiza. Algo parecido, pero no idéntico es el poema, es un tiempo fuera del tiempo, que realiza una emoción en quien lo lee; esa emoción viene acompañada del sentido de las palabras, pero el sentido poético trasciende a la razón y realiza la emoción estética.

Imago 

Langsamer Tod
in die Unendlichkeit schwindend

Unsichtbare Fristen des Kalenders
Streicheln den sternvollendeten Fluß
Der Erde Wurzeln

Glückliches Moment des Nichts
Aktiviert die gelähmte Zigarette:
Licht der Schädel

Unbesiegbare Müdigkeit der Vernunft
dringt durch die fliegende Erinnerung
An Ihn, den Kleinen

Abenteurliche Prinzipien
verwalten, verborgen, das Insektenschicksal
Mit einem runden Revolver

Kleinigkeiten entspringen dem Brunnen
Von grünem gekieften Grass

Quellen des salzigen Ozeans
Belästigen den Rosa-Strand
Vom Schaum vergewaltigt

Duftige Flugasche erhebt sich
Über den vulkanischen Himmel
des Raums

Und, in Wiederholung,
vergesse ich die Ewigkeit

Tenemos un poema llamado en latín “Imago”, de muchas resonancias. El poema despliega una añoranza; parece, pero no lo es del todo, melancólico; una tristeza, cargada acaso de responsabilidades, se agolpa, pero el instante, lo mágico del instante, la detiene, la conjura. Lo aparentemente futil, la nonada insignificante puede llevar consigo la vida, lo que verdaderamente vale. El intelecto, aunque cansado, consigue también emocionarse gracias a las palabras. La gota horada la piedra, lo cotidiano puede esconder la eternidad, disfrazada de arena golpeada por la espuma: sabemos que lo rosáceo de la aurora homérica viene de esa playa reconciliada con su destino. Pero no hemos dejado la sala, allí estamos, cumplimos una vuelta más de nuestro destino de Sísifo o de Sansón; la eternidad griega, más específicamente estoica, no nos importa, bien vale el instante de la última fumada.


Imagen, Remedios Varo – El Relojero, 1955

Alan Lennon

I am an Edinburgh based multi disciplinary artist working in a variety of mediums: oil on canvas, stone carving and clay sculpture and more recently, traditional hand cut photomontage. I exhibit regularly and am always touched that the viewers are genuinely moved by the work. To create something that reaches out to the human spirit is very rewarding.

The paintings and sculptures often portray the juxtaposition of a strong exterior presence but unmasking the soft vulnerability that lies beneath. Continually fascinated and inspired by the human form I draw upon feelings of isolation and alienation; people connecting or not connecting

“Quiet figures occupy barren landscapes;
still monuments that focus on unspoken communication,
the subtlety and complexity of a moment,
the simple gesture loaded with meaning”

The furious Japanese people in alliance with the corona-virus

by Jun Fujita Hirose

April 1, 2020 in Tokyo

Disclaimer: This is a raw translation of Jun Fujita Hirose’s article “Los furiosos japoneses en alianza con el corona”, published in Lobosuelto.

During the last two months, many Japanese have been living an ambivalent relationship with the corona-virus. It is true that it scares them, but at the same time they secretly begun to work in alliance with it. That secret alliance occurs under the current Japanese government, almost unanimously considered to be the most corrupt and harmful government in Japanese history since the end of the World War II.

In September 2013 in Buenos Aires, in his speech addressed to the members of the international Olympic committee who were going to vote the host city of the 2020 Olympic games, Shinzo Abe, current Japanese prime minister reelected at the end of the previous year, stated: “The situation is under control. There is no health problem of any kind for the present or for the future. Nowadays under the blue sky of Fukushima children play soccer”. He said this when all the inhabitants of Japan knew very well that the reality was something else and that the Tepco (Tokyo Electric Power Company) Fukushima nuclear power plant would not stop emitting an enormous amount of radioactivity for many years, affecting the earth, the air and the water. For them, the organization of the Olympics in Tokyo in 2020 was nothing more than an offensive denial of the real situation in which they lived, a denial forcefully orchestrated by the Abe government in complicity with the global economic power. Thus, a powerful feeling of rejection of the so-called “Tokyo 2020” was installed and immediately spread among the Japanese population.

The reality that the Japanese government wants to deny and suppress under the hallucinating effect of entertainment is not only that of constant radioactive contamination but also that of the irreversible decline of Japan as an economic superpower. Many Japanese, and young people in particular, are creating new ways of life, different from those of thirty years ago. The ongoing Fukushima accident itself only speeds up as a result of this. In Japan, nobody or quasi nobody is excited today, not even with a mega event like the Olympics powered by the electricity produced by the reopened nuclear reactors, nor with a mega construction like the one of the High-speed rail network between Tokyo and Nagoya. All of these mega projects are bad and anachronistic simulations of the glorious Japanese post-war period.

During its first two years (2013-2015), the Abe government sparked two particularly massive popular protest movements: first, against the hastily drafted secrets protection bill, and then, against the government’s decision to change the constitutional interpretation and the consequent new legislation on the Armed Forces of Self-defense. In both cases, the Japanese ended up facing their own political powerlessness in the face of a quasi-openly fascist government. This explains the fact that after the defeat of the protests against militarization in 2015, no mass mobilization took place in Japan despite a series of corruptions by Shinzo Abe himself that were revealed. In these past five years, popular disagreement against the Prime Minister and his coalition government of the Liberal Democratic Party and Kōmeito was expressed only in a discursive way, in particular on Twitter.

In this desperate political context the corona-virus appeared. Abe’s government seems to have understood from the initial stages that the virus could constitute a serious threat to his beloved Tokyo 2020. Thus began his battle against the virus, a battle that consisted mainly of deliberately underestimating the effect of the epidemic on Japanese territory, minimizing the number of PCR tests, and avoiding adopting any drastic preventive measure. Abe’s government, as well as the international and Japanese Olympic committee, absolutely wanted to maintain the image of a Japan corona free when Covid-19 was becoming a global pandemic. And this new government refusal of the real situation is what led many Japanese to enter into a clandestine alliance with the corona-virus.

On March 24, the Japanese government, together with the International Olympic Committee, publicly announced the one-year postponement of Tokyo 2020. And with this, the Abe government suddenly allowed itself to speak of the possible declaration of a state of emergency and the possible taking of a containment measure for the city of Tokyo. Did the corona win? Only partially from the point of view of the furious Japanese citizens. It is true that we celebrate the appearance, so desired for many years, of a real threat to the neoliberal fascist power, but what we wanted and want is an immediate cancellation and not at all a postponement, which means only a prolonged purgatory time, in that Abe’s government will reorganize its postponed Olympics as a “testimonial event of humanity’s victory over the new corona-virus” (Abe dixit).

Many Japanese are already ready to become infected and even die by overthrowing the government of Shinzo Abe and by permanently burying this abominable Tokyo 2020. It is a new form of armed struggle that is being born here in a corner of the Far East. The Japanese rebels identify with the corona-virus, which moves in turn identifying itself with the great movements of absolute deterritorialization of the Earth. In an armed struggle, is it not always Earth which provides us with weapons?

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The non-mimetism of noise: Interview with Sabrina from Sarana

Sarana. Credits: https://www.instagram.com/yunaise_/

Noise in Indonesia

Indonesian experimental music scene has been growing. I mean, for an outsider, Indonesian music appears itself as something fresh and extreme. Most people know about puppet-shadow theater. There are some basic characteristics of this kind of performance that are fascinating. First, against the traditional division between the stage and the spectators, in the shadow theater you can sit on any side of the screen. That is, you can watch the puppet-master at work. This results not obvious if you are trained in the classic idea of fiction, where the mechanism should remain hidden. In a wayang kulit performance, then, the shadow is not meant to be an illusion. Plato’s cave is the best counter-example. His allegory is a paradigmatic illustration of the shadow-theater where the ‘true objects’ remain unknown to the spectator chained on the floor. On the contrary, in a wayang kulit performance you can see the backside of the screen. Spectators are allowed to eat, smoke and chat during the performance. Their attention is not required as fixed, they are now chained to their seats. The orchestra also plays a central role. Both the tuning and the articulation of voices and rhythms in gamelan is extremely complex. Instead of leading melodies, it could be said that it has a dramatic function.

Anyway, noise seemingly stands on the antipodes of conventional music. Nevertheless, it shares some features with traditional Indonesian music, maybe the emphasis in performance over organic “melodity”, or the fact that it values community over the figure of the individual musician. In any case, it is something disruptive. Noise goes one step forward: it seeks to provoke the spectators, to rearrange their perception of sound. It’s aggressive, that’s what distinguishes noise from, let’s say, ambient. 

As I said before, in Indonesia the noise scene has been blooming since the mid 90s. A documentary called Bising (interview here) is responsible for bringing this movement to a wider audience outside Indonesia (for example appearing in VICE). However, it would be hard to find one single common denominator. Since Indonesia consists of more than seventeen thousand islands, there are different cultural layers that enrich the scene. Also, noise is kind of postcultural, since it moves toward an absolute deconstruction of music in chaos.  The question that remains is if technology itself could be seen as something attached to a certain type of culturality. You can find also this two sides within the Indonesian scene, with groups as Senyawa experimenting with self-made or modified traditional instruments. The tendency of noise toward experimentation and deconstruction makes it hard to conceptualize.

Sarana

Reflecting on these things I got into a noise duo from Samarinda called Sarana. Even if noise comes to existence as a response to the phallocentric idea of the lead-guitarist (one male with his big phallus on the stage showing his virtuosity), there are some elements in noise that remained quite patriarchal. The Power of the Voice, which Derrida called phonocentrism, is based somehow on the authority of the male leader. In this sense, feminised noise would be an answer to it. (If you are interested in reading more about a feminist interpretation of noise, check out Marie Thompson’s work). As she writes in ‘Feminised noise and the ‘dotted line’ of sonic experimentalism’ (2016): 


“If dominant histories of noise and sonic experimentalism have typically been characterised by a patrilineal ‘dotted line’ of innovators and pioneers, then these counterprojects respond with a nexus of new lineages involving both connections and disconnections”.

Anyway, as Sabrina says in the interview, noise should have no gender at all. 

Now, the music of Sarana is a great example of how noise can disrupt the normative discourses. They create dense atmospheres of imperfect geographies. Noise is anti-mimetic. There is nothing to imitate, nothing to represent. Even the cultural references are blurred. The form is also emptying itself constantly. No content and no form. As a philosopher I try to conceptualize noise, but noise is always a step forward.

Sarana has a long c.v. of gigs. They played with the support of the Goethe Institut in Jakarta (It should be recognized that Goethe Institut around the world usually supports this kind of music, they do a good job in this regard); They played in Berlin last year; and they are even mentioned in the Bloomsbury Handbook of Sound Art.

Sabrina kindly agreed to be interviewed and here is the result:

Ferner: First can you tell me a little more about you. How did you start doing experimental music? How did Sarana begin?

Sabrina: Around early 2014. Hanging with friends in the noise scene, I messed around jamming with their music equipment e.g. guitar pedals, contact mics, small synths. Without me noticing, one of my friends recorded my jamming session. He told me afterwards that they’re gonna put the track into a compilation they were planning. They encouraged me to go further with an experimental musical journey saying that what I do is different, against the style in the scene. In June 2014 was my first time performing in a show. The show was called ‘loudness war judgment day’. (photo attached. credits to https://www.instagram.com/faturrahmanarham/)

I was called to perform another show a few months later. That’s where I brought two of my friends to join as Sarana. It started as a trio with Istanara and Annisa. Ara left a few years later to complete her studies. Sarana is currently a duo with Annisa.

F: Since you were touring in Berlin, what would you say it’s different in the noise scene from Berlin and Samarinda? What is special about doing music in Samarinda?

S: From what I’ve noticed for that brief period when I was there, I think that the Berlin style has more electronic digital equipment with organized sound, Samarinda still incorporates a bit of traditional musical instruments and sound e.g. the tingkilan and dayak musical style. In Samarinda, getting a venue to perform or organise an experimental show is quite hard. The noise and experimental scene is not recognized yet. Traditional music and art is more looked upon.

F: I come from Argentina, where the noise scene is also quite underdeveloped. I think that noise music in third world countries is especially interesting and powerful because you have to fight against many obstacles to do it. I would say that that noise is “noisier” than European “technoclean” noise. I don’t know if that makes sense for you.

I don’t think the genre is specific to a regent. I feel more that the person who’s making those noises takes inspiration and is influenced by their upbringing and their surroundings. There are always obstacles, it’s whether you wanna do it or not.

F: I read on the internet an interesting statement: Lintang Radittya, DIY synthesizer builder and musician says: “To call a specific music noise is artificial. Noise is nothing in itself. It’s running in our blood, it’s a part of us. It is not an isolated phenomenon that can be separated from anything else. What is noise? Gamelan is, for example, also noise”. Do you also think in that way? Is there a cultural element in Indonesian noise that makes it special? What is particular in Dayak and Tingkilan music that you could not find in the rest of Indonesia.

S: I think that noise is something you feel and make out from anything. Any instrument can be used in any way. The right and wrong way is only perceived by people, but it shouldn’t be that way. Dayak and tingkilan style of music is what I am brought up with and is my surrounding. That is special.

F: I’m interested in the conceptual side of experimental/noise music. It is a hard experience for the listener but also aesthetically very intense. How would you describe the experience of going to a noise performance? What are you looking for? 

S: After a couple of time going to experimental/noise shows, I realized that there are a lot of different styles in the way the performers portray what they do. Interesting in a way that there’s always good and bad changes with something new. Most of the performers I’ve experienced show their hidden inner emotion. Everything is let loose with no boundaries.

F:  Are there “bad” noise performances? why? What ruins a noise performance?

S: Personally I don’t really like it when artists throw and thrash around their equipment while performing. That kind of act shows that the sound is not primary.

F:  Then as a performer, what do you want to transmit during a performance. You have a rather quiet style (instead of jumping or screaming on the floor). Is there a connection between experimental music and the body? How do they interact?

S: In my performances, I bring out the sounds within my alter ego. My experiences and inspirations from around. Quiet… haha. I’m always nervous when performing. I think that it’s a good thing as I’m focused on what and how the sounds should come together as all sounds in my shows are performed and mixed live. Experimental sounds can trigger sensations beyond what is normal because of time signatures and the unexpected quality it brings.

F:  I’m also very interested in the role of women in noise. At the beginning, with Japanese noise and so on, noise was very aggressive and masculine in the way they performed. This changed for good. Of course women can also perform aggressively (for example I like the energy of Nic-Endo). How do you think that women disrupt the logic of noise?

S: I don’t think noise should be based on gender. It all depends on the personal style.

F: What I like about noise is that it is a “post-band” phenomenon. Bands are something of the past, now people get together with friends and work more collectively. Do you have any thoughts on this?

S: Maybe because in a band, everyone needs to be thinking the same. Doing a solo project is much more free and I am able to really portray what’s personal. like-minded people come together by themselves.

F: You talked about the unexpected quality of a performance. That is something very important in noise. It’s unexpected, like a virus. Noise somehow reveals the limit of technology, is like using technology to produce something that wasn’t included in the functionalities of the machine. What do you think of your relation with technology?  Is it hard for you to get the gears in Samarinda? Do artists there care a lot for the “quality” of the equipment?

S: It’s hard to get gears that we want in Samarinda. What we have locally is quite expensive. much cheaper to order online. Always research first. Quality is as long as it works haha.

F: Who makes the covers of your cassettes? I really like them.

S: Thank you. the cover for “heal” is designed by annisa , the cover for “grow” is designed by eka. 

F: Finally, a classic during this times….. how are you living the corona outbreak there? are you doing some music?

S: A lot of roads are closed. A lot of food places closed. I’ve been spending more time at home jamming and recording materials for an upcoming solo album and splits.