Gabba es una ilustradora, tatuadora y artesana de México que lleva el punk en la piel y a los animales callejeros en el corazón. Compartimos con ella una divertida charla sobre su trabajo y filosofía.
Nepantla: Querida Gabba, ¡gracias por prestarte para nuestra sección de entrevistas! Empecemos por los animales siniestros. ¿Cómo se te ocurrió retratar el mundo oscuro y perverso de nuestros animales domésticos?
Gabba: Tal vez me decidí a hacerlo porque me cautivan fácilmente. Su comportamiento, sus sonidos, sus movimientos y su expresión facial. Demuestran ser mucho más empáticos que muchos de nuestros semejantes. Cuando era niña tomaba una enciclopedia vieja de mi papá que tenía un apartado de fábulas ilustradas. Me provocaba escalofrío leer tanta crudeza de la cual entendía la mitad, pero los dibujos le daban equilibrio a esa sensación. Creo que aquellas fábulas que le inventaron voces y personalidad a estos seres son vigentes, y que estos cómics solo tratan de contar formas de crueldad y estupidez más apegada a nuestros tiempos. Bueno…también algunos aciertos. Desde hace unos diez años se visibiliza en tiempo real lo desquiciado y bizarro del comportamiento humano. Cada día resulta un poco más absurdo que el anterior. Las ideas u opiniones de las personas cambian velozmente, las veo encontrar equilibrio y después se vuelven muy complejas
N: Tenés mascotas? Podemos establecer nuevas alianzas con los animales?
G: Tengo dos perras de raza pequeña, y la forma en que son tratadas en casa difícilmente es una relación mascota y amo, y a veces humanizarlas es inevitable cuando paso demasiado tiempo con ellas. No sé si un animal pueda tener alianzas reales con seres cutres y mal intencionados como las personas (jaaaa), quizás sólo si éstos respetan su espacio y su libertad. Creo que nunca seremos lo suficientemente conscientes como para merecer una compañía tan grata como la suya.
Existe mucha información en redes para re-aprender la convivencia con ellos, condenar su explotación y sobre todo ir mucho más allá de las paredes de nuestros minúsculos hogares y nuestras caóticas y violentas ciudades para poner atención en los que sólo reclaman el espacio del que han sido despojados por proyectos progres. Hay gente buena y humilde que los cuida desinteresadamente y pues, me agrada ver como la sociedad se suma con grandes o pequeñas acciones a estas causas, pero lo que dije anteriormente viene mejor de otro tipo de persona; no puedo opinar más al respecto por la forma en que me gano la vida y mis hábitos.
N: Tu estilo tiene algo de punk old-school bien agrio. Cómo lo definirías vos? Qué te interesa mostrar o qué te inspira?
G: No me he detenido a definirlo porque me parece que lo que hago se reduce a tiras simples y dibujos rudimentarios. En el caso de la propaganda, podría definirlo como desechable…caduca la fecha del evento y se autodestruye. No tengo un objetivo, pero procuro enfocarme en dibujar ideas recurrentes cuando tengo tiempo, que muy seguro vienen de leer tanta mierda en internet desde que amanezco… desde la nota más rosa, pop e inútil, hasta la local más amarillista y sangrienta.
N: Tus cómics me parecen geniales. Estás trabajando en algo nuevo?
G: Quisiera dibujar canciones completas, muchas que me gustan y convertirlas en viñetas. Llevo poco en eso, y soy tardada dibujando, por ello es difícil concretarlo, se atraviesan algunas comisiones, de las cuales estoy muy agradecida, pero a veces me impiden darle continuidad. Llevo también algunos años en una serie de dibujos de un formato más grande y son acerca de la muerte (tema sobreexplotado en mi país, pero que me sigue motivando)
N: Además de dibujar haces chokers, harnesses y trabajo artesanal en piel (que, por cierto, están geniales). Cómo es tu día? Dividís tus tareas de modo fijo o es algo fluctuante?
G: Mi horario está invertido. Despierto casi a medio día, si hay mala suerte antes. Ahora todo va de labores domésticas, tiempo para salir a lo estrictamente necesario o cualquier pendiente que surja, no hay una rutina tan marcada. Antes del Covid-19, invertía ése tiempo para hacer entregas de mis productos por la ciudad, comprar material, visitar a mis amigos, andar en bici. Después del ajetreo era llegar a mi casa, cenar y a media noche comenzar a trabajar accesorios o dibujar aproximadamente 6 horas. Ahora el encierro me ha dado más tiempo de ocio pero no ha sido muy productivo porque sólo dan ganas de trabajar en la madrugada.
N: Cómo empezaste a tatuar?
G: Cuando salí de la universidad pasé casi ocho meses buscando empleo sin éxito. Justo la crisis laboral por la que atravesaba me hizo darle vuelta a la página y abandonar la antropología. El boom del tatuaje era entonces, herramientas a la mano y ya… de repente era yo, muy concentrada haciendo servicio a domicilio a algunas personas que quedaban satisfechas con mi trabajo y después de casi ocho años de no tocar ni un cuaderno de dibujo comencé a practicar no sólo dibujando flashes aburridos, sino lo que me gusta realmente.
N: Y cómo empezaste con lo de los chokers?
G: Mi padre, que es un artesano brillante y que admiro, me alentó a aprender el oficio. Esta vez tratándose de él, de manera muy disciplinada seguí al pie de la letra sus enseñanzas, y aún me falta mucho camino por recorrer para llegar a hacer las cosas que él hace y la calidad que logra con el mínimo de herramientas y cero máquinas que le restarían valor a su trabajo.
N: Cómo es el tema con flyers? Cómo te contactas con las bandas? Vas a muchos conciertos?
G: Comencé a frecuentar tocadas de punk local y a hacer nuevos amigos hace unos años. Muchos tenían bandas y de casualidad alguno de sus conocidos que vio mi trabajo en instagram me solicitó hacer uno muy especial y de ahí en adelante. La difusión de algunos flyers en redes y el apoyo de amigas y amigos hacia mi trabajo me trajeron comisiones que disfruté mucho. He realizado algunas comisiones para otro tipo de eventos, diseños para camisetas de algunas bandas y hasta para una casa de modas. Respecto a lo último…en realidad la vida adulta, el no tener salario y las responsabilidades no me permiten asistir a tantos eventos como quisiera.
N: Cómo estás sobrellevando el mundo viral? Hace poco entrevisté a otro artista de Ecuador (Ernesto Salazar Rodríguez) y le pregunté cómo había sido su relación con su cuerpo durante la cuarentena.
G: Ha sido mucho aprendizaje. Cosas simples como cruzar más de 5 palabras con algún vecino o tendero del barrio se convirtieron en un reto para mí. Nunca había permanecido tanto tiempo en éste perímetro. Lidiar con la personalidad de las personas que tienen miedo terrible de ser contagiados, o de manera contrastante, cruzarme con sujetos que tienen el hábito de escupir constantemente en el asfalto, han sido una prueba grande a mi paciencia, muy cretino de mi parte admitirlo, porque tuve el privilegio de aislarme debido a que no tengo necesidad de salir para poder trabajar.
Y bueno, el ritmo que llevamos en una ciudad tan grande y congestionada. Antes de salir unx se pinta tres rayas en la cara en un par de minutos para lucir presentable. Importa un pito si debes viajar en un camión donde ya no cabe ni una aguja, y comer en un puesto callejero de precios irresistibles no te detiene a pensar en una diarrea explosiva y escandalosa. Ahora con la presencia del virus, durante el confinamiento se tiene todo el tiempo para pensar en lo que no funciona a la perfección en nuestro organismo y nuestra imagen. Así que, la relación con mi cuerpo ha sido un verdadero fastidio. Quizás reclama el castigo al que fue sometido todos estos años con mis excesos.
N: La primera vez que ví tus cosas fue en Tumblr, donde tenías un blog de ilustración. Buenas épocas cuando Tumblr todavía era una plataforma más alternativa. Es loco pensar que en internet las cosas también envejecen.
G: Recuerdo que abrí mi cuenta justo en 2010 y se convirtió en un espacio microfamoso. Lo tuve al corriente muchísimo tiempo, quizás en mi afán de no abandonar mi cariño por la ilustración y mi respeto por los ilustradores. Dediqué mucho a la difusión de su trabajo importando muchísimas imágenes a esa plataforma y escribiendo créditos, y ahora cuando lo abro para seguir reblogueando, a veces me doy un pequeño golpecito de aprobación en el hombro que dice “… estuvo bien, Gabba; esto nunca fue tiempo perdido”. En éstos días lo visito y difícilmente comprendo la jerga de los usuarios y solo hay spam en mi bandeja de entrada.
Yo envejecí a la misma velocidad que Tumblr. Y por supuesto que fue tiempo perdido, pero ése casi siempre es el mejor.
N: Alguna rola o libro para recomendarnos durante el encierro?
G: Cualquier recomendación que pudiera hacer sobre un libro apestaría. Quizás de alguna canción no tanto…entonces sería ésta porque la escuche hace unos días y sentí que describía el estado de mi cuerpo y mi mente durante estos noventa días de confinamiento, es de una banda que ya no existe y el vocalista es ilustrador