El pixel art es a la vez abstracto e impresionista. Se ve como una suerte de puntillismo sin trazo pero su elemento mínimo, el pixel, le otorga un misterioso aura virtual. Les llamamos pixels a esos cuadraditos, la mínima porción colorada en nuestro programa de dibujo. Es cierto, en su sentido técnico un pixel es otra cosa (es un punto), pero a los fines fenomenológicos la idea de ‘cuadradito’ es más apropiada. Porque así es como aparece el pixel art, como formado por minúsculos cuadraditos. Su asociación a los videojuegos es entendible: las limitaciones gráficas de los primeros juegos requerían un modo de representación acorde. La limitación de resolución y cromática, sin embargo, es subvertida en el pixel art. Ella no es un límite, sino una oportunidad.
Con Nepantla hemos entrevistado a tres artistas pixelarias: Vulpixl, Antorcha.exe y Matildecaboni. Las tres nos permitieron indagar un poco en sus diferentes perspectivas. Los video juegos estuvieron históricamente orientados a los usuarios masculinos. Piénsese por ejemplo en el típico argumento de Donkey Kong (1981) Super Mario (1985) o Wonderboy (1986): rescatar a la princesa o amada. Es cierto que había personajes femeninos, siendo Ms. Pac-Man (1982) uno de los ejemplo clásicos más conocidos. Sin embargo, nunca llegaron a ser mayoría La situación no mejora durante los 90’s, a pesar del burdo intentos de los ‘girl games‘ para ganar consumidoras con juegos abiertamente patriarcales de Barbi. Esto no quiere decir que las mujeres no los jugaran, pero discursivamente no aparecían como las destinatarias del imaginario gamer. Quedaban excluídas de su representación. Como dice Vulpixl: “Lo cierto es que mujeres y videojuegos no es una combinación inusual y nunca lo fue, así mismo sucede con el pixel art; solo que quizás nuestra presencia se vio opacada por distintos factores que, hoy día, siguen influyendo pero en menor medida”.
Es por eso que la idea de un pixel art femenino parece tan relevante. No se trata de cualquier formato, sino de la re-apropiación de un medio que estuvo dominado mayoritariamente por programadores hombres. Eso no significa reducir estas artistas a su género, sino reconocer una dimensión extra que nos permite apreciar su arte aún más.
Hay un devenir-revolucionario de los pixels y la nostalgia?
VULPIXL
– ¿Cómo empezaste con el pixelart y por qué?
Podría decir que empecé hace cuatro años, a mediados de junio del 2016. Digo “podría” porque en realidad mi primer dibujo fue medio al azar, sin intenciones de hacer pixel art en sí, y, encima, no era algo muy digno de englobarlo en este estilo.
Esto surgió porque estaba garabateando en MS Paint y quise editar un detalle del dibujo que estaba mal; le puse máximo zoom y me di cuenta que con esos cuadraditos en pantalla podía hacer pixel art (tremenda revelación).
Hice algunos dibujos más, muy aleatorios, y los fui subiendo a redes, y, a medida que mis amigxs me iban alentando a seguir haciendo, me fui entusiasmando y eso me dio pie para crear VULPIXL, que, si bien existe desde el 2016, considero que su nacimiento real fue en 2018, cuando fui encontrando mi propio estilo y el que terminó de forjar la estética que tiene hoy día.
– ¿Qué te atrajo del pixel art?
Principalmente me gusta mucho el tema de los colores; cómo pueden explotarse tan bien en un estilo con paletas tan reducidas, o cómo combinaciones que en otro tipo de arte quizás no imaginarías, quedan super bien en el pixel art; así como también el hecho de que se pueda jugar tanto con la imaginación y con la interpretación en cada pixel. Creo que es un tipo de arte muy preciso y eso me atrapa porque genera, al menos en mí, cierto desafío; poner un pixel acá o allá puede cambiar la expresión en un rostro, la dimensión de un espacio, entre otras cosas.
También me gusta la versatilidad que dispone este estilo; se puede ilustrar tanto una obra caricaturesca o fantasiosa, hasta paisajes o retratos realistas y, así y todo, seguirá teniendo un encanto visual inmenso.
– Se asocia mucho el pixel art con la nostalgia por lo retro, etc. ¿Cómo puede salirse de esa forma de pensar orientada puramente hacia el pasado? O, mejor dicho, ¿cómo se puede hacer arte retro, pero sin que sea pura nostalgia?
Creo que esto tiene un poco que ver con lo que mencionaba antes sobre lo versátil de este arte; toda obra aporta cierto atractivo independientemente de su relación directa con el pasado, y está bueno tener eso presente al momento de idear un dibujo.
Un poco de la gracia del pixel art la encuentro en salirse de esa asociación pixel = retro, pero el poder desprenderse de ese apego al ayer, depende mucho de a qué apunta cada unx.
En lo personal, la mayoría de mis ilustraciones van por el lado nostálgico, no tanto de los videojuegos en sí, sino más bien de toda una época, una estética y cierto estilo de vida; pero hay muchxs artistas píxel cuyas obras no tienen ningún tipo de relación con esto y saben lograr una separación entre lo retro y la nostalgia.
Pienso que, si bien es un estilo que inevitablemente nos retrotrae a una época particular, también se puede explorar y explotar con contenidos muy diversos que no necesariamente estén impulsados por la añoranza.
– ¿Cómo fue tu infancia digital? ¿Qué juegos se te guardaron en la memoria?
En casa teníamos el Family, SEGA Genesis, y la Playstation 1.
Tengo presente muy lindos recuerdos de tardes enteras jugando junto a mis hermanxs, así como también sola por la noche sin que mis viejxs se den cuenta. A veces jugaba tantas horas que, cuando me iba a dormir, deliraba que estaba en cierto nivel y no podía pasarlo, o cosas así.
Mis juegos eran más bien los de aventura; de SEGA me gustaban mucho los de Mickey y/o Donald (Castle y World of Illusion, Quackshot, Donald in Maui Mallard). Fuera de los videojuegos, no me gustaba mucho el mundo Disney pero, siguiendo con esta línea, tienen su merecido lugar en mi corazón juegazos como The jungle book o Tale Spin.
Obviamente también clásicos como Sonic the Hedgehog o Tiny Toons Buster’s Hidden Treasure tuvieron gran impacto en mí.
De PS1, jugaba mucho a todos los Crash Bandicoot así como también al Croc, GEX, Ape Escape, Spyro the dragon, entre otros.
No menciono todos los juegos que tienen una cuota especial de cariño porque no termino más, pero una mención especial para el Bloody Roar, Tekken y Quake que, si bien escapaba al tipo de juegos que me gustaban, tenían un atractivo especial que me atrapaba y me enviciaba mucho.
– Algunas de tus imágenes tienen una lectura feminista muy interesante. Lo digo en el sentido de que la cultura “gamer” siempre estuvo representada en el imaginario por hombres. ¿Cómo ves la presencia de mujeres en la escena del pixel art? ¿Tenés algún recuerdo de tu infancia “girl-gamer” que ilustre algo de eso?
Creo que la presencia de mujeres en estos ámbitos es esencial para mermar un mismo prejuicio que está en muchos lados, basado en que prácticamente cualquier actividad que hagamos y que no responda al clásico estereotipo ya conocido, se hace por pura pose (desde jugar videojuegos, hasta tener afición por los comics, o consumir animé, por poner algunos ejemplos).
Me pasa muy seguido que, cuando subo un dibujo a grupos destinados al pixel art y éste tiene cierta trascendencia, saltan algunos hombres indignados a comentarme cosas como que está mal hecho, o que debería editar tal o cual cosa, o que los colores están mal, y otras cosas que, si bien en algunos casos pueden ser ciertas, la realidad es que cada comentario está lejos de querer ser una crítica constructiva y connotan cierta posición de superioridad; da la sensación de estar debajo de una lupa donde tenemos que demostrar cuánto sabemos y esperar si nos dan el ok para existir como gamers o como pixel artistas o como cualquier cosa en la que se sientan un poco invadidos.
Obviamente esto no se da siempre así; por lo general se recibe buena onda y, de hecho, quienes más apoyaron mi trabajo a lo largo de estos años, fueron hombres.
En mi infancia no sufrí mucho de esa ‘representación masculina’, al contrario; jugaba mucho con mis hermanos y con mis amigos y nunca hubo ningún prejuicio con eso, cuando sos niñx está todo bien. Pero, ya siendo adolescente, sí comenzaba a pesar cierto estigma del que hablaba antes y ese mansplaining continuo que siempre estuvo presente en este ambiente.
Lo cierto es que mujeres y videojuegos no es una combinación inusual y nunca lo fue, así mismo sucede con el pixel art; solo que quizás nuestra presencia se vio opacada por distintos factores que, hoy día, siguen influyendo pero en menor medida.
– ¿Cuál fue la imagen que más tiempo te tomó hacer?
Por lo general, las que más tiempo me toman son las comisiones porque, al ser trabajos para otras personas, el nivel de exigencia es otro y, por ende, el nivel de ansiedad también. Por lo que suelo tener bloqueos artísticos importantes que hace que todo tarde muchísimo más de lo debido.
En cuanto a mis trabajos de autor, creo que el que más tiempo me tomó fue el del zorrito manejando una nave; ya que nunca había dibujado algo similar y estuve un buen rato para terminar todo el conjunto del dibujo; desde la nave hasta el fondo que, también, le metí una buena cantidad de horas y cuadraditos.
– ¿Cómo viviste la cuarentena y qué estuviste haciendo?
Cuando empezó esto del aislamiento, creí que tendría mucho más tiempo y energía para dibujar todos los días y subir, como mínimo, un dibujo por semana. Pero nada más lejos de la realidad; esta cuarentena implica un contexto raro y delicado, que provoca muchas emociones causantes de bloqueos en los que a veces no puedo dibujar nada.
Igualmente, como VULPIXL estuve trabajando en distintos proyectos (que espero pronto salgan a la luz), y también en muchas comisiones, cosa que ayudó a mantener el ritmo y poder hacer algunas ilustraciones propias.
En general, unx termina encontrando la forma de adaptarse a ciertos escenarios nuevos y de adaptar, también, su medio de expresión; por mi parte sigo en este proceso de adaptación y ansío volver a poder hacer exposiciones o ferias que, la verdad, se extrañan mucho.
Antorcha.exe
-¿Cómo te enganchaste con el pixel art?
La ilustración digital es algo que practico hace varios años, desde los 17 aprox. Sin embargo, comencé a hacer pixel art hace menos de un año en octubre para el inktober. Es un estilo sencillo y lo llamaría carismático, tiene buena aceptación, es fácil y entretenido de hacer, por eso continué aun después de octubre.
-Cómo se sale de la asociación del pixel art con la nostalgia retro?
Salir de ese estigma es complicado, se necesitarían trabajos en muchos campos para cambiar la visión retro que tiene el pixel art, porque al día de hoy es un estilo que se usa mayoritariamente en videojuegos e ilustraciones y se sigue buscando que represente este estilo lofi. Yo creo que para cambiar eso se necesitaría que el estilo llegase a la música y animación moderna y explorar sus límites.
–En tu caso, hiciste algunas imágenes sobre la situación actual chilena. Es genial ver esa apropiación de la estética pixel en un contexto latinoamericano. Cómo se te ocurrió?
Por dos razones principales: por mi deber de artista y para expresar mis propias emociones. Creo que los artistas han cumplido un rol muy importante en el estallido social para plasmar todo lo que estaba ocurriendo y mostrarlo a la gente, naturalmente yo quería ser parte de eso, y por supuesto como un ejercicio de expresión personal.
-Cómo fue tu infancia digital? Qué juegos se te guardaron en la memoria?
Uff, si esperaban que dijera “pasé horas jugando pokemon en una ds” creo que van a estar decepcionados, nos divertíamos principalmente jugando entre nosotros y viendo television. Pero con mis hermanos si pasamos mucho tiempo jugando a los juegos de SEGA y MAME32 en el computador. Los que más nos gustaban eran los de 8bits, Arabian, Paperboy, Jurassic Park y Sonic.
Matildecaboni
¿Cómo empezaste a dibujar con pixels?
De hecho, aprendí muy recientemente. Durante los primeros meses de cuarentena decidí participar en un pequeño proyecto en el que haría el arte de un simple juego de computadora. Antes estaba interesada en pixel art, pero esto me motivó a comenzar a aprender sobre él desde el punto de vista artístico. Durante la creación del juego, comencé a crear piezas separadas en las que experimenté con más libertad, lo que ayudó más a desarrollar el lado más artístico e imaginativo de mi trabajo, mientras que el proyecto me dio las limitaciones que me impulsaron a mejorar el aspectos técnicos del pixel art.
¿Qué encontrás atractivo en el pixel art?
Realmente disfruto su aspecto, su versatilidad y la conexión entre los videojuegos retro y la tecnología de mi infancia. De una manera más artística, encontré estimulante el límite de dibujar con pequeños cuadrados, y cómo te hace ser creativa e ingeniosa para superar esta limitación.
Me interesa eso, ¿cómo ves la relación del pixel art con lo retro?
Creo que el pixel art es un medio que puede sostenerse por sí mismo sin estar necesariamente conectado con los juegos retro o la nostalgia. Es una forma de arte bastante nueva que tenía un uso muy específico, por lo que la gente tiende a identificarla con ella, pero creo que si puedes alejarte de esa perspectiva y verla como otra forma de dibujar como lienzo o acuarela, puedes hacer lo que quieras. Naturalmente, desarrollé mi forma de usar los medios de comunicación tomando el lápiz digital en mi mano y dibujando lo que se me ocurrió. De esta manera, creo que los resultados son más frescos y personales.
¿Qué recuerdos tenés de los videojuegos?
No teníamos muchos juegos en casa, la primera experiencia que tuve con los juegos fue con la Super Nintendo que tenía mi primo, en la que jugué Super Mario All-Stars, pero aparte de eso, lamentablemente solo jugué los primeros tres Juegos de Potter para pc. En mi caso, el recuerdo que tengo de los viejos videojuegos es el deseo insatisfecho de jugarlos. A menudo miraba a otros niños que jugaban Pokémon en su gameboy y nunca podía hacerlo yo mismo. No fue hasta hace poco que me presentaron algunos juegos que revitalizaron el interés y me hicieron comprender realmente lo que me perdí. Mis favoritos personales, que me hicieron darme cuenta de cuánto puedes hacer con un montón de píxeles son Monkey Island, Loom, Pokémon, Laura Bow y Earthbound.
Tenés algunos dibujos que hacen referencia al arte japonés más tradicional.
Lo más divertido para mí sobre la cultura japonesa es la coherencia de la tradición y el progreso, y la forma en que se fusionan. En mi arte expreso un interés muy claro en el lado tradicional, pero al mismo tiempo decidí usar un medio particularmente conectado con la historia moderna de Japón. Creo que sin darme cuenta terminé recreando lo que más admiro de esa cultura.
Y, ¿qué imágen te tomó más tiempo hacer?
Sin duda, la máscara kitsune tomó más tiempo y esfuerzo para hacer, especialmente porque quería crear algo nuevo y personal, pero que se acercaba al modelo tradicional original del que me inspiré. Como hice con las otras piezas, también quería crear un diseño que todavía fuera respetuoso con la cultura pero que expresara mi opinión personal al respecto.
Te iba a preguntar por la cuarentena, pero ya me contaste un poco al principio.
Hace unos años, desafortunadamente, tuve una experiencia similar de aislamiento debido a condiciones de salud en las que extrañaba el contacto humano y la motivación de hacer algo. Durante la cuarentena decidí hacer todo lo posible para no caer en ese estado mental e intenté experimentar con lo que tenía a mano para mantener mi mente funcionando. Está vez aprendí pixel art, acuarelas, seguí estudiando para mis exámenes universitarios y leyendo mucho, básicamente tratando de aprender algo nuevo todos los días. Me mantuve motivada principalmente gracias al apoyo de mis amigos y seres queridos con quienes estuve en contacto todos los días y no puedo agradecerles lo suficiente.