Memegrafía de una sociedad que ríe

Los memes pasaron de ser un fenómeno de nicho para convertirse en uno de los principales vehículos de comunicación de información en la sociedad digital actual. Esto por una buena razón. Los memes ofrecen en un formato visual compacto una gran cantidad de información. Esto se debe a su función de indexación. Encapsulan en este pequeño formato movimientos políticos, sociales y culturales, que de inmediato vienen a la mente cuando uno ve un cierto tipo de meme. Su función de indexación se extiende por su carácter humorístico. La información generalmente se presenta de una manera que nos impulsa al menos a soplar aire por la nariz en una tímida manifestación corporal de risa. Esta combinación de indexación visual y entrega humorística de información parece ser viral. Infecta a cada uno de nosotros cambiando la forma en que vemos la información. ¿Por qué nos contagiamos?

¿Humor?

El aspecto visual tiene, por un lado, un gran impacto como medio de información, pudiendo empaquetar en una imagen todo el contexto de su producción. La dimensión humorística de los memes permite al receptor absorber esta información sin sufrir toda su tensión e impacto. Voy a explicar esto último.

Hay tres teorías básicas sobre la esencia del humor. Aquellas que ponen el foco en el alivio, las que lo ponen en la noción de superioridad y la teoría de la incongruencia (ver Barber, 2017). La teoría del alivio dice que nos reímos cuando liberamos la tensión acumulada provocada por una situación inesperada o inusual.

La teoría de la superioridad argumenta que la risa se basa en nuestras tendencias competitivas que nos instan a manifestarnos como superiores hacia los demás. Según esta teoría, los chistes disminuyen la autoridad de otras personas y nos permiten sentirnos superiores.

La teoría de la incongruencia describe el humor y la risa como resultado de situaciones inesperadas. Similar a la teoría del alivio, sostiene que el humor es la transición de un estado de tensión a un estado de relajación. Sin embargo, la teoría de la incongruencia también sostiene que esta transición tiene valores epistemológicos: nos permite abordar ciertas situaciones con una cierta flexibilidad epistémica, con una cierta apertura. Por esta razón, el humor a menudo se ha considerado una actitud saludable en la vida, algo con lo que concuerdo.

Los tres teorías consideradas simultáneamente

Los memes reúnen en sí las tres teorías. Nos ayudan a aliviar la tensión mediada por imágenes cómicas. De ahí el gesto de soplar aire a través de nuestras narices. Presentan información de maneras inesperadas y nos ayudan a acercarnos a esa información de una manera lúdica y risueña. Al liberar la tensión y ayudarnos a adoptar un estado relajado, también debilitan el impacto que podría tener cierta información. Por lo tanto, pueden hacernos sentir superiores a esa información o situación. Por estas razones, el humor a menudo nos permite acercarnos a la información con una cierta distancia, con un cierto sentimiento de seguridad. Este sentimiento de seguridad hace que sea más fácil lidiar psicológica- y epistémicamente con una situación determinada, que de otra manera podría ser estresante. Todo esto es bueno y positivo a nivel personal e individual, dentro de la pequeñas comunidades que interactúan por medio de memes.

La otra cara

Sin embargo, el humor también tiene un lado negativo. Nos da el espacio para distanciarnos de los problemas que no nos conciernen, nos permite marginar el sufrimiento. El humor, y especialmente los memes, determinan una topografía de la distancia, una geografía de eventos extranjeros. Nos permite tomar conciencia de una determinada situación y para luego reírnos de ella desde algún rincón distante de la sociedad, dejando que otros se ocupen de ella. Este ha sido el caso con la reciente crisis COVID-19 °.

Cuando el COVID-19 era un virus nuevo y exótico, aislado en algún lugar de China, los memes eran en su mayoría bromas irónicas sobre las preferencias culinarias chinas, sobre escenarios de videojuegos de la vida real, sobre personas desesperadas con enormes botellas de agua en la cabeza para protegerse del virus. Y luego, de la nada, al igual que el virus, apareció este meme (junto con algunas otras variaciones):

La exótica y distante crisis se acercaba lentamente y pronto afectaría a la sociedad en su totalidad. Al hacerlo, eliminó la posibilidad de reírse del virus desde algún rincón distante del mundo. La pandemia nos obligó a reconocerlo y en ese momento se produjo un cambio. La gente comenzó a cambiar su comportamiento. Se comenzó a usar memes como vehículos de solidaridad, para ganar conciencia de algo y para compartir consejos útiles. En esa fugaz transición de la risa al impacto y viceversa, se necesitaba un cambio y la verdadera flexibilidad epistémica, antropológica, social y política parecía inminente y posible. Ahora es el momento de actuar y cambiar, el momento de responsabilidad y solidaridad. Pero también es para una evaluación crítica y no solo para la risa. Sin embargo, para hacer frente al shock y alcanzar su aceptación productiva, los memes pueden ayudar. También pueden correr la voz sobre información útil sobre cómo reaccionar ante determinada situación.

El lado oscuro

Sin embargo, su lado oscuro todavía está presente. Aunque la pandemia ha eliminado la posibilidad de resguardo geográfico, también ha sacado a la luz las dimensiones más profundas y oscuras de nuestra sociedad. Ella dejó al descubierto muestras de marginación política, ética, racial y de clase.

Los memes (no todos) se burlan de la desesperada carrera por comprar papel higiénico. Se burlan de los pobres que no se permiten días libres o un chequeo médico. Los memes avergüenzan a los ignorantes que no entienden la gravedad de la situación. También culpan a los ancianos o los débiles, que son, por otro lado, los más afectados. Al hacerlo, los memes permiten a algunos reírse de sus preocupaciones desde un lugar resguardado de su jerarquía social. Esto los hace sentir bien, superiores, seguros y liberan así su propia tensión. En medio de esta pandemia, no marginemos a los grupos de riesgo ni a ningún otro grupo con humor barato e ironía. Por el contrario, seamos responsables y solidarios y distanciemos socialmente para que podamos estar más cerca de los


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The memes-ography of a laughing society

From a niche phenomenon memes have become one of the main vehicules of communicating information in our current network society. This for a good reason. Memes deliver in a compact visual format a great amount of information. This is due to their indexing function. They incapsulate in this tiny format political, societal, and cultural movements, that immediately spring to mind when one sees a certain type of meme. Their indexing function is extended by their humoristic character. Information is usually presented in a way that prompts us to at least blow air through our noses in a timid bodily manifestation of laughter. This combination of visual indexing and humoristic delivery of information seems to be viral. It infects each and any one of us changing the way we see information. Why do we get so infected by them?

Humor?

The visual aspect has on the one side a major impact on the delivery of information, being able to pack in an image the entire context of its production. The humor dimension of memes allows the receiver on the other side to absorb this information without suffering its full tension and impact. Let me expand.

There are three basic theories of humor: the relief, the superiority, and the incongruity theory (see Barber, 2017). The relief theory states that we laugh when we release built up tension prompted by some unexpected or unusual situation.

The superiority theory argues that laughter is based on our competitive tendencies that urge us to manifest ourselves as superior towards others. According to this theory Jokes diminish the authority of other people and allow us to feel superior.

The incongruity theory describes humor and laughter as the result of unexpected results. Similar to the relief theory it holds humor to be the transition from a tense to a more relaxed state. The incongruity theory however also holds that this transition has epistemological values: it allows us to approach certain situations with a certain epistemic felxibility, with a certain openness. For this reason, humor has often been considered a healthy attitude in life – which I also believe.

All three together

Memes are all three of these theories. They help us relief tension mediated by comical images. Hence the gesture of blowing out air through our noses. They present information in unexpected ways and help us to approach that certain information in a flaxible, playful manner. By releasing tension and helping us adopt a relaxed state they also weaken the impact a certain information might have. They thus may make us feel superior to that information or situation. For these reasons, humor often allows us to approach information with a certain distance, with a certain feeling of safety. This feeling of safety then makes it easier to deal psychologically and epistemically with a certain situation, that might otherwise be stressful. This is all good and well on a personal, individual level, within small interacting communities.

The flipside

Humor however also has a flipside. It gives us the space to distance ourselves from issues that do not concern us, it allows us to marginalize suffering. Humor – and memes especially – determine a topography of distance, a geography of foreign events. It allows us to become aware of a certain situation and then laugh it away to some distant corner of society, letting others deal with it. This has been the case with the recent COVID-19 crisis°.

Wihlst COVID-19 was an exotic new virus, isolated somewhere in China, memes were mostly ironic jokes about Chinese culinary preferences, about real life videogame scenarios, about desperate people wearing huge water bottles on their heads in order to protect themselves from the virus. And then, out of nowhere – just like the virus – this meme appeared (along with some other variations):

Imagini pentru me realizing corona is in my country meme

The exotic, distant crisis was slowly closing in on everyone. By doing so it eliminated the possibility of laughing the virus away to some distant corner of the world. The pandemic forced us to acknowledge it and in that forceful impact change occured. People started changing their behaviour. They startet using memes as vehicules of solidarity, as images of awarness and helpful advice. In that fleeting transition from laughter to impact and back again, change was needed and true epistemic, anthropological, social, political flexibility seemed imminent and possible. Now is indeed the time for action and change, for responsibility and solidarity. But it is also for critical assesment and not just for laughter. In coping with the impact and its productive acceptance memes however can help. They can also spread the word on what is to be done.

The darkside

Their darkside is still present though. Eventhough the pandemic has eliminated the possibility of geographical marginalization, it has also brought to light the deeper and darker dimensions of our society. It shows political, ethical, race and clase marginalization.

Memes (not all) make fun of the desperate racing to buy toilet paper. They ridicule the poor that do not afford days off or a medical check. Memes shame the uneducated that do not understand the severity of the situation. They also blame the elderly or the weak that are the only ones at risk. In doing so memes allow some to laugh their worries away to some marginal place of their social hierarchy. This makes them feel good, superior, safe, and release tension. In the midst of this pandemic, let us not marginalize risk groups or any other group through cheap humor and irony. Let us on the contrary be responsible and solidary and distance ourselves socially so that we can be closer to those in need.

  • Barber, M. (2017) / Religion and Humor as Emancipating Provinces of Meaning, Springer.
  • ° see also Empty buses