Un guerrero no buscó a su amada, quien había sido raptada por Sac Muyal (el espíritu maligno). Pero en un mundo posible, la buscó y se fue por el camino. En el camino, nunca se encontró con la serpiente y dejó de buscar. En otro mundo posible la encontró, pero ésta no le dijo lo que debía hacer; pero en otro, no sólo la encontró, sino que, a diferencia del anterior, ésta sí le dijo lo que debía hacer para encontrar a su amada. Fue así como bebió la sangre de la serpiente, dirigiéndose hacia un monte tupido.
En dicho monte, nunca encontró a la anciana, pero en otro mundo alterno la encontró sin que ésta le dijera lo que debía hacer. Sin embargo, en otro no sólo la encontró, sino que, a diferencia del anterior, ésta sí le dijo lo que debía hacer para encontrar a su amada. Fue así como, después de tomar la hebra de su pelo, la tiró. Lo mismo no ocurrió u ocurrió, tanto con el venado, como con el águila y el escarabajo, a quienes nunca encontró o cuando los encontró, ninguno (o alguno) le dijo lo que debía hacer. Pero en al menos un mundo alterno, todos ellos le dijeron lo que debía hacer. Fue así como tiró al agua la piedra del venado después de haberla tomado, fue así como tomó las garras del águila y fue así como, tras escuchar al escarabajo, se pasó la bolita de tierra por los ojos después de haber sido cegado por la gota de savia que cayó de la anona.
En un mundo posible llegó a la cueva. En la cueva no encontró a nadie, en otro mundo posible encontró a algunos de los seres que le habían ayudado; pero en al menos un mundo posible encontró a todos los que anteriormente le habían ayudado: la anciana, el venado, el águila y el escarabajo. En dicho mundo, sólo algunos le dijeron que hiciera lo mismo para recuperar a su amada; en otro, nadie dijo nada, pero en otro, todos le dijeron que hiciera lo mismo. Así pues, en este último, todos los que anteriormente le habían ayudado, le dijeron que hiciera algo diferente para recuperar a su amada. Y a él se le nubló la visión después de hacer lo que le habían dicho y jamás despertó. Pero en otro mundo posible sí despertó, como de un ensueño, con su amada, dormida entre sus brazos, alejados de Sac Muyal (quien la había raptado). Sin embargo, en otro mundo posible, ninguna, absolutamente ninguna de estas posibilidades, existió porque Sac Muyal nunca existió y, si existió, nunca fue como un espíritu maligno y, por lo tanto, nunca raptó a quien había sido la amada de un guerrero.
Lo que hacemos, lo que pensamos y lo que creemos, está determinado por circunstancias que se dieron y, también, por circunstancias que no pudieron darse.