Un caminante, que se encontraba extraviado en el candente desierto, encontró detrás de una duna a un ser mágico, quien le ofreció concederle el deseo que quisiese. El caminante, irreflexivamente, pidió abundantes riquezas, las cuales le fueron concedidas inmediatamente. Sin embargo, no pudo disponer de ninguna de ellas, pues al poco tiempo murió de inanición.
Los bienes útiles nunca serán preferibles a los bienes naturales.
Latest posts by Guillermo Callejas (see all)
- Visibilidad e invisibilidad del racismo, algunos apuntes sobre el cambio de nombre al edificio “David Hume” en la Universidad de Edimburgo - September 21, 2020
- El hombre irreflexivo en el desierto - September 21, 2020
- La hormiga, el hongo y el fruto - September 6, 2020